- Redacción
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- 2014-03-28 09:54:35
La introducción de cepas de otras latitudes en el viñedo español obliga a cualquiera que vaya de “conocedor” a ampliar vocabulario y perfeccionar los acentos más variados.
Repita conmigo: ”guevurs-tramina”, “guevurs-traminer”... O poco más o menos. Entre el acento alsaciano y el alemán hay sutiles diferencias, las mismas que entre el aroma y sabor de esta uva según donde haya nacido. Y ahora nace en muchas regiones españolas, desde el Somontano hasta La Mancha, desde Cataluña hasta Navarra...
En realidad, la Gewüztraminer es una de las variedades de uvas blancas de moda. Es una cepa medianamente productiva que nos llega del norte, aunque en realidad su nombre alemán define otro origen: Tramin es la región italiana de Trentino-Tirol del Sur, y Gewürze significa especias. En Alsacia es la segunda variedad más extendida después de la Riesling y realmente es su riqueza de aromas la razón de que se esté plantando por todo el mundo.
¿A qué huele un vino de Gewürztraminer?
En las soleadas viñas españolas es fácil confundirla, al primer olor, con una Sauvignon Blanc, ya que es un despliegue explosivo de frutas tropicales maduras. Quien haya vivido la experiencia de levantarse un poco tarde en sus vacaciones en cualquier país tropical y, a esa hora, a las 11 y pico, se ha acercado al mercado local o a cualquier mercadillo callejero, seguramente tenga grabada en el olfato la memoria de algo muy parecido a una borrachera, la intensa explosión de la fruta madura a punto de fermentar, o un punto fermentada, envuelta en el calor y la humedad ideal para que las levaduras hagan de las suyas: suena a enjambre de abejas, a baile de moscas perezosas y huele a piña, a fruta de la pasión, a lechoza o papaya, según como se le llame en el país, y -según las actuales fichas de cata, producto de catadores muy cosmopolitas y viajados- también a reminiscencias orientales como el lichi. Por suerte ya no hace falta ir muy lejos. En los mercados nacionales, en las tiendas chinas donde se vende producto fresco ya se puede probar el lichi en sazón. Es una fruta limpia envuelta en su cáscara como un huevo, con un tacto casi gelatinoso y un delicado aroma que vale la pena experimentar y recordar.
Los vinos de Gewürztraminer, en general, son en la copa dorados, en el paladar untuosos y en la nariz, tras esa madurez plena y compleja, reservan sorpresas florales, de agua de rosas. Sin embargo, el final y el recuerdo son tan refrescantes como golosos, ya que perviven notas cítricas.
El resultado de esa complejidad es que gusta a todo el mundo y que no solo se toma joven, sino que, bien cultivado y elaborado, mejora con algún añito de vida.
Enate Gewürztraminer 2012
Enate
D.O. Somontano
Gewürztraminer
Este monovarietal derrocha un sinfín de aromas florales (rosas) y frutales (mandarina escarchada). En esta añada, también repostería de miel. En el paladar entra untuoso y deja matices cítricos con algo de jengibre. No defrauda nunca.
Suerte del Rey Selección 2012
Bodega Peña del Valle
V.T. Extremadura
Gewürztraminer
La variedad muestra un carácter poco habitual, donde resaltan las notas de melazas, flores blancas y hierba seca. Paladar abocado, con justa acidez y ligera sensación de confitería.
Colección Viñas del Vero 2013
Viñas del Vero.
D.O. Somontano
Gewürztraminer
En nariz se muestra eminentemente floral con ciertos detalles de fruta de hueso, tropicales y un punto de cereal muy agradable. Paladar intenso, fresco, con mucha viveza, goloso y lleno de sensaciones de flor de azahar y algún matiz cítrico.