- Sara Cucala
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- 2016-02-09 15:20:28
Me gusta comprar vino en las pequeñas vinotecas. Esas de “a pie de calle” donde alguien ha montado su tiendecita con todo el cariño del mundo y te cuenta los vinos con ese entusiasmo contagioso. Cuando compro vino en tiendas pequeñas, me dejo llevar, me intento emocionar tanto como ellos y, la verdad, acabo llevándome un montón de referencias desconocidas al menos para mí. Por proximidad y porque considero que francamente lo hacen muy bien, suelo comprar muy menudo en la vinoteca de mi barrio, en Vino&Co, en plena Plaza de Olavide.
Últimamente, cuando compro un vino, me dejo llevar por la uva y por la zona. Soy caprichosa con la elección. Tengo temporadas de vinos alicantinos, otras de Riojas serios y últimamente, lo que toca, ¡no sé por qué!, son los vinos del Bierzo. Sinceramente, me gasto los ahorros en Godellos y Mencías -lo iréis viendo a lo largo de este blog-. Por eso, cuando una tarde lluviosa entro en esta vinoteca con vistas a la Plaza de Olavide de Madrid, no lo pienso mucho. Me dirijo a la zona del Bierzo y opto por llevarme a casa el Tilenus La Florida 2008. Un cien por cien Mencía, mimado en barricas de roble francés, que tantos premios ha recibido y tan buenas puntuaciones en diferentes guías de vinos nacionales e internacionales.
No es que me fíe mucho de los premios y galardones, tampoco me fío de las Estrellas Michelin (lo digo de paso…), pero es cierto que cuando la gran mayoría de mis compañeros de profesión premian un vino será porque algo tendrá ese vino. Tenía ganas de probarlo y no lo dudé.
Grata sorpresa encontrarme un vino por menos de 12 euros en el mercado que me sorprenda ya en copa… Sí, siempre me enamoro de un vino solo con olerlo. Tilenus me regaló un ramo de frutos rojos, un ligero perfume a pimientas negras, un sutil aroma a clavo. En boca es un sutil y de goloso trago, nada empalagoso, que invita a seguir bebiendo, a disfrutarlo cada segundo. Así es, para mí, Tilenus. Vamos, que con la fecha que se acerca del Día de los Enamorados, yo no lo dudaba y apostaba por poner este vino en una cena romántica.
Siempre pienso que a un buen vino le sigue una buena historia, aquí os dejo lo que la familia Frías cuenta de su Tilenus en su página web. Creo que la historia merece su espacio en este blog: “El proyecto Tilenus nace en 1999, cuando se decidió recuperar una antigua lechería situada en la pedanía de Dehesas, para albergar allí las instalaciones de Bodegas Estefanía. La filosofía fue, desde el principio, la de una bodega pequeña, capaz de elaborar vinos monovarietales con personalidad, que fuesen capaces de transmitir la esencia de los viñedos viejos del Bierzo. Para ello se trabajó con una serie de viticultores para establecer unos parámetros de calidad. Al mismo tiempo que comenzaba un lento y complejo trabajo: la compra de aquellos viñedos que reunían una serie de características extraordinarias.
Sobre el año 25 a. C. el imperio romano tenía en Iberia una de sus fuentes de ingresos. Aquí en el Bierzo comenzaron a explotar el yacimiento aurífero de las Médulas. Pero también supieron aprovechar la tierra para extraer otro tipo de riqueza: el vino. En esta época plantaron viñedos y comenzaron a elaborar con las técnicas que habían desarrollado para otras zonas de Europa.
Al poblar estas tierras respetaron la cultura y las costumbres de sus gentes, y adaptaron su religión a las creencias que aquí encontraron. En esta parte del mundo existía un primitivo dios llamado “Teleno” (dios de la guerra). El equivalente romano era “Mars” (Marte), por lo que el resultante de esta convivencia fue “Mars Tilenus”. El recuerdo evocador de esta época dorada, queda grabado en nuestras etiquetas con una moneda romana que fue hallada en uno de los viñedos. Y el nombre que da vida a nuestro vino: Tilenus”.
El día que probé Tilenus tenía en mi casa una cena para seis personas. Preparé arroz basmati con setas chinas y, de segundo, una carne de ternera a la brasa con coulis de frutos rojos. No creo en más armonía perfecta que la que dicta tu apetito y gusto. Pero tengo que decir que el vino fue perfecto para la complejidad de sabores de mi pequeño menú. Vamos ¡que triunfé! Realmente pienso que es perfecta la imperfección del gusto y también es perfecto encontrar siempre un buen vino para compartir con gente que quieres. En este caso, el vino no solo nos acompañó en la comida sino que quedó esa última copa que uno se bebe a modo de sobremesa, con total calma y enfrascado en una cálida conversación.
Lo dicho, un vino por menos de 12 euros que os dará más de un placer.
Tilenus La Florida 2008
Precio: 11,16 euros
Si quieres saber más cosas, échale un ojo a su web.
Tienda: Vino&Co
Plaza de Olavide, 5
28010 Madrid
Tel. 914 441 278