- Antonio Candelas, Juan Esteban
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- 2020-02-28 00:00:00
Comenzamos una nueva andadura en la que el viticultor y su viñedo serán los protagonistas. En ella descubriremos la importancia de un trabajo preciso y respetuoso.
La voz del viticultor pocas veces se escucha y, sin embargo, en su mano está el que una viña se exprese gloriosa en una copa de vino. Es hora de que el viticultor hable, que nos cuente su día a día entre cepas, sus preocupaciones, sus reflexiones sobre cómo se presenta el año y, por qué no, sus alegrías. Al final es la persona que mejor conoce y entiende a cada una de las cepas que compone un viñedo y les sabe dar lo que más les conviene.
Juan Esteban, de Bodegas y Viñedos Valderiz en Ribera del Duero, es la persona que mes a mes nos irá contando los trabajos realizados en el campo, así como las incidencias climáticas y el devenir de un ciclo que concluirá cuando las cepas den su fruto y vuelvan a reposar del titánico esfuerzo hasta el siguiente año. Cuando Juan habla de La Loma, nombre de la parcela estrella de la sección, lo hace con el cariño que le tiene a un lugar donde acudía con su padre cuando tenía siete años para ayudarle a injertar, "o más bien a molestar, porque con esa edad...". Está claro que los mejores injertos no los haría él, pero el afecto a la viña agarró con fuerza en su corazón.
El conocimiento y la experiencia son fundamentales para hablar de viticultura, pero el apego a la tierra es lo que marca la diferencia entre un viñedo impecable y otro con alma. Por eso Juan sabe que esta viña está alcanzando su máximo esplendor y está en condiciones de expresar la pureza del territorio. Comienza una aventura deliciosa en la que la viña nos guiará por un emocionante camino y Juan será el interlocutor entre ella y nosotros. Atentos, que comienza el viaje.
Nombre de la parcela
La Loma
Edad del viñedo
36 años, plantado por Tomás Esteban
Variedades
Tinta Fina y Albillo
Tipo de suelo
Franco-arenoso con afloramientos calizos
Conducción
Vaso
Densidad de plantación
2.100 plantas por hectárea
Altitud
800 metros
Extensión
4,60 hectáreas
Puvliometría desde final de vendimia
216 m2
Temperatura máxima y mínima febrero
17,9ºC y -3ºC
Enero 2020
La poda es uno de los momentos más importantes del año, pero también de los más relajados. Con esta labor controlamos la producción de la cosecha. Es un trabajo que se efectúa pausadamente, cuando la cepa se encuentra en estado de reposo vegetativo, es decir, la savia no circula por el interior de la planta. En Roa, donde se ubica la parcela que da origen al vino Valderiz (foto 1), se poda a ‘vara y terción’ (vara y pulgar), la técnica tradicional para los viñedos en vaso. En la vara (parte superior) se dejan tres yemas productivas y el terción (inferior) se respeta para la poda del año próximo (fotos 3 y 4). La mayor ventaja de la poda en vaso es que se consigue un buen equilibrio vegetativo y la maduración es bastante homogénea.
Febrero 2020
El abuelo Juan Esteban decía que “podar, poda un burro”, refiriéndose a que lo importante es rejuvenecer la madera y buscar una buena proporción entre vegetación, parte leñosa y frutos, tratando de que los racimos crezcan sueltos y separados. En Valderiz la mayor parte de las parcelas están conducidas en vaso, pero también hay una parte en espaldera debido a la reconversión que se llevó a cabo en los años noventa. Además de la poda en vaso, se lleva a cabo poda en doble cordón y ‘pie de pato’ (foto 2). Esta última técnica, inventada por el propio Tomás Esteban, consiste en podar en los extremos, de tal manera que la madera está siempre más aireada y por lo tanto más sana, aspecto fundamental para que la uva llegue en perfecto estado a la bodega.