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Si son importantes los meses de invierno, en los que desarrollamos la poda de la viña definiendo así la arquitectura de la cepa y carga de cada planta, no son menos esenciales los trabajos que se suceden durante junio en las vides.
Nombre de la parcela: Montepedriza Edad del viñedo: 86 años Variedad: Garnacha Tipo de suelo: Francoarenoso con gran pedregosidad superficial Conducción: Vaso Densidad de plantación: 3.000 cepas por hectárea Altitud: 625 metros Extensión: 0,92 hectáreas Pluviometría junio:
Media histórica: 64,1 l/m2 2021: 77,8 l/m2 Temperatura junio: Media histórica: 19,2 ºC 2021: 18,65 ºC
Nuevo ataque a los hongos
Junio es un mes vital para el buen desarrollo de la cepa, y es en estos días más que nunca cuando tenemos que calzarnos las botas y patear cada milímetro del suelo de nuestra Garnacha. Comenzamos el mes realizando un segundo tratamiento fitosanitario para prevenir la posible aparición de enfermedades fúngicas como el oídio y el mildiu. Como siempre, en nuestra mimada Garnacha de Montepedriza solo utilizamos azufre y cobre: trabajos 100% ecológicos en uno de nuestros viñedos más top.
Adiós, brotes secundarios
Durante la segunda semana de este mes comenzamos la costosa pero importantísima operación de la espergura, consistente en eliminar todos aquellos brotes considerados como secundarios y que crearían competencia con los brotes portadores de las uvas, así como generarían también un microclima adverso (falta de aireación y aumento de humedad) en la zona de racimos que favorecería el desarrollo de enfermedades y una maduración heterogénea e incompleta de la fruta.
No todo va a ser trabajar...
Pero es la operación que más nos gusta hacer por muchas razones: hace muy buen tiempo para disfrutar del viñedo, hay una explosión de aromas y colores por la floración, ya podemos ver nuestra futura cosecha… y sobre todo la recompensa final al trabajo bien hecho: la parrillada con nuestro Garnacha Montepedriza 2018. ¿Se puede pedir más? Además, junio ha querido regalarnos algo más de agua en este año tan seco, lo que nos ayudará a afrontar mejor los tan importantes estados fenológicos de floración y cuajado.