Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).
Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.
No se puede entender el vino en España y en Rioja sin hablar de CVNE. Una bodega familiar que nace en 1879 y que, tras cinco generaciones, ha sabido mantener un estilo clásico que no deja de acaparar las atenciones de todos los que nos confesamos fieles seguidores. Monopole es ejemplo de una evolución que ha consistido en rememorar con exquisito respeto un blanco que nació con vocación de vino joven y ha ido haciéndose mayor mostrando una elegancia sorprendente.
1915
Este vino nacido en Haro a principios del siglo XX esconde singularidades únicas, desde la elaboración hasta su archiconocido nombre. En 1915 se registra la marca Monopole. De esta manera pasaría a la historia por ser la primera marca de vino blanco registrada en nuestro país.
2014
En los ochenta, Monopole deja de elaborarse y no es hasta 2014 cuando renace. El prestigioso enólogo de la época, Ezequiel García el Brujo, volvió a participar en la nueva creación, recuperando su esencia para relanzar el prestigio de lo que había sido un referente.
Icono blanco
El nombre y su estilizada y evocadora botella rin lo convirtieron en un referente de vino blanco en la sociedad española de las décadas centrales del siglo XX. Dicha fama llevó a CVNE a considerarlo uno de los vinos más importantes de la casa riojana.
Rescate de estilo
La magia está en aportar una pequeña parte de manzanilla. El toque del velo de flor hace que sea un vino diferente, en el que la parte fresca y la tan valorada sapidez refuerzan un carácter único hasta convertirlo en un vino de gran finura y complejidad.