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Hemos hablado de la gran personalidad de este fino, y es que su fortificación es llevada a los 17% a la hora de ser embotellado. Una antigua práctica que se ha mantenido y con la que se consigue una mayor presencia en boca. Allí, entre la nobleza de otros grandes vinos de Osborne, descansan las 115 botas repartidas en seis escalas de las que se embotellan dos sacas de 7.341 botellas de 50 centilitros cada año. Su finura, sapidez marina y ese toque delicado a almendra nos cautiva sin condiciones.
1772
Nada más y nada menos que 250 años cumple este año la mítica bodega de El Puerto de Santa María. La fundó Thomas Osborne Mann, un inglés que recaló en territorio jerezano para adquirir alguna bodega y emprender esta larga travesía que aún hoy sigue en manos de la familia.
2021
El pasado mes de septiembre, este fino con seis años y medio de vejez media pasó a formar parte de una nueva gama de vinos en rama, completada con un fino de 12 años de envejecimiento y un amontillado, ambos con el nombre de La Honda. Una manera de revalorizar estas joyas.
Guiño a El Puerto
Este fino de extraordinario carácter brinda con su sugerente nombre un bonito homenaje al cariñoso gentilicio de los habitantes de El Puerto: coquineros. Una señal de admiración y reconocimiento por su esforzada labor de búsqueda de estos diminutos moluscos.
Sabor en rama
La forma de presentarlo es casi como presenciar la emoción del capataz al venenciar la historia de la casa: entre el silencio de la nave, el blanco de la tiza en las botas y el sonido del albero al pisarlo. La fiel recreación de una experiencia cargada de simbolismo y autenticidad.
