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Desde la centenaria casa bodeguera (www.bodegasriojanas.com) sostienen con acierto que "el único compromiso cuando el legado llega a ti es compartirlo y dejarlo siempre en las mejores manos". Esta afirmación es exactamente lo que Monte Real Crianza trata de transmitir a través de su reconocible estilo. Una suerte de viaje de ida y vuelta constante: de aquellos días de 1933 en los que el enólogo Gabriel Larrendant construyó Monte Real, icono de Bodegas Riojanas, a un presente actualizado y vigente.
2001
Hablar de Monte Real es hablar de la historia de una marca que nació hace 90 años, creando un estilo y un modo muy concreto de entender la viña y la enología que aún perdura. Es en 2001 cuando esa filosofía se traslada a un nuevo miembro de la familia en versión Crianza.
2021
La añada actual es sin duda un ejemplo de expresión renovada de un crianza riojano clásico gracias a ese punto extra de fruta que lo actualiza. Una bonita manera de mostrar los aromas, sabores y texturas de la uva Tempranillo integrados en una barrica muy bien balanceada.
Esencia intacta
Aunque en tiempo y forma el vino tiene identidad y vocación propias, la fuerza de la marca imprime un carácter que, como siempre ha ocurrido, nace en el viñedo: parcelas seleccionadas de Cenicero procedentes del Paraje El Monte entre los 430 y los 630 metros de altitud.
Visión de futuro
La leyenda de Monte Real se asienta en un pasado lleno de orgullo y en una forma singular de entender la viña de Cenicero y su cultivo. Esa interpretación es heredada por el Crianza con el único fin de conquistar el futuro y dar continuidad a la visión genial de Román Artacho.