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Existen muchos aspectos de Bodegas Muga que la hacen realmente extraordinaria, pero uno de los más relevantes, y hoy en día sorprendentes, es la utilización de procesos estrictamente tradicionales en la elaboración del vino. Desde la utilización de la madera de roble en fermentación alcohólica, maloláctica y crianza, hasta la utilización de clara de huevo como elemento de clarificación de los vinos. Por no hablar de que es una de las pocas casas bodegueras con tonelería propia.
1994
Es su primera añada, pero la historia de esta casa familiar asentada desde 1970 en el afamado Barrio de la Estación de Haro comienza en 1932 en la calle mayor del municipio jarreño. Un ejemplo de cómo el estilo y buen hacer de la bodega han hecho de este vino todo un emblema.
2019
Una añada de gran calidad, puesto que a pesar de que la viña sufrió cierto rigor hídrico y el calor fue la tónica dominante, veníamos de un 2018 especialmente lluvioso, por lo que la cosecha fue sana y sobre todo equilibrada en parámetros enológicos.
Clásico en forma
Son varios los secretos para mantener un estilo propio a pesar de la imposición de las modas, pero uno de los más importantes es mantener el equilibrio entre la acidez y la estructura del vino, cuestión clave para que el paso del tiempo sea benévolo con el vino y lo haga grande.
Creando puentes
Desde la primera añada, este vino ha logrado vestir las mesas al más alto nivel diplomático. En 2018 se sirvió la añada 2014 en la cena de gala celebrada en el Palacio Real con motivo de la visita diplomática del presidente chino a nuestro país, cuyos anfitriones fueron los Reyes de España.
