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La incesante –y deliciosa– búsqueda de los aceites de bodega más singulares de España nos ha llevado en este otoño incipiente hasta una antigua encomienda templaria, Valonga, situada a orillas del río Cinca (Belver de Cinca). Desde 1931, tres generaciones de la familia –de hecho, su evocador vino Tres Teresas es un precioso homenaje a tres mujeres del mismo nombre nacidas en épocas distintas– han cultivado estas generosas tierras aragonesas salpicadas de viñedos, nogales, olivos, almendros y cereales. Variedades como Tempranillo, Graciano, Garnacha, Syrah, Moscatel de Grano Menudo, Cabernet Franc, Chardonnay, Merlot y Cabernet Sauvignon revolotean junto a los nogales, de donde brotan unas nueces exquisitas. Entre las viñas también se extienden dos parcelas de olivos de más de seis hectáreas de la variedad Arbequina, el peculiar terruño del que nace el aceite de oliva virgen extra Finca Valonga. "Proviene exclusivamente de nuestra plantación de olivos, que se encuentran en la misma finca. Es el jugo natural de una selección de aceitunas saludables y cuidadosamente conservadas, de las cuales extraemos el aceite el mismo día de cosecha mediante presión en frío, sin sobrepasar los 30°C en ningún momento de la molienda", explican desde Valonga. De ellas mana aromático, fresco y delicado, con notas a tomate, hierbas frescas, almendras… y un punto picante. Este elixir con raíces templarias se puede utilizar para acompañar platos muy variados, aunque sin duda nos quedamos con la pureza salvaje que muestra sobre una tostada de pan recién hecho coronado por unas escamas de sal.