Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).
Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.
Desde la primera y hasta la última gota, todo el proyecto de Tianna Negre trae al paladar la memoria de una tierra fascinante: Mallorca. Y de una familia que ha sabido capturar el alma de esta isla desde la etiqueta de su primer vino, Ses Nines: "Muestra a nuestra madre cuando era niña jugando en su pueblo natal, Consell, uno de esos pueblos con tradición viticultora de la zona de la comarca del Raiguer", explican. Aquella niña, su madre, que venía de una familia de payeses de Binissalem, los Morey Garau, heredó un pequeño viñedo en Consell de más de 35 años, "sembrado exclusivamente con la uva autóctona Manto Negro y al estilo tradicional, con politxó (en vaso entutorado). Gracias a esta pequeña porción de terreno y al amor y cuidado que le profesaban nuestra madre y su familia, nos ilusionamos con la idea de construir una bodega para elaborar nuestros propios vinos", cuentan en su página web. En 2007, el Celler Tianna Negre abrió sus puertas con el objetivo de crear vinos especiales y elegantes que pudieran transmitir lo mejor de Mallorca y también una visión de futuro: "Con la labor del legado de nuestra madre, con el respeto absoluto por la tierra, nuestras tradiciones vitícolas y las variedades autóctonas". Esa filosofía se plasma en el Aceite de Oliva Virgen Extra Tianna Negre, que elaboran con aceitunas procedentes de los olivos de la familia Morey, cultivados –al igual que el viñedo– en ecológico. "En el coupage domina la Arbequina, por lo que es un aceite muy intenso aromáticamente y muy poco amargo... ¡prácticamente se podría beber!", apunta Jaume Vidal Fàbregues, sumiller de la casa. En este delicioso trago mediterráneo de aromas herbáceos y recuerdos a almendras también cabe el alma de una isla.