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En nombre de la tierra

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  • Laura S. Lara, Foto: José Carlos León / DOQ Priorat
  • 2022-12-06 00:00:00

La identidad empieza en la tierra. La viña trasciende, el lugar es la verdadera fortuna. Nuestra responsabilidad debe ser consecuente con este legado. Siguiendo la estela del Viejo Mundo, en España, muchos de los viñedos más singulares esperan recobrar su valor histórico. Es el momento de respetar el origen, de llamar al vino por su nombre. Por el lugar del que procede. Porque la localización otorga al vino su verdadera esencia. Le dice quién fue, quién es, lo describe hoy y determina su tipicidad. 'Los nombres de la tierra' pretende devolverle a Priorat la riqueza de su patrimonio antiguo, la singularidad y gracia aún existente y casi extinguida entre las distintas viñas. Pero, sobre todo, fijar su identidad y su potencial para la posteridad. Una clasificación más coherente y respetuosa con la selección histórica, más documentada y rigurosa, que supone a la vez un compromiso con el territorio. Es una cuestión de credibilidad, confianza y seriedad ante el mundo del gran vino: es hora de llamar a los vinos del Priorat con los nombres de la tierra.


Un gran vino es el resultado de su entorno. El fruto más puro de un lugar privilegiado. Bajo esta premisa, la D.O.Ca. Priorat impulsa la nueva catalogación de los vinos elaborados por sus bodegas poniendo el acento en tres valores: la transparencia, la humildad y la recuperación de aquello que un día fue. Porque, si cerramos el ángulo, defienden, más precisa será la identidad de ese gran vino. Los nombres de la tierra es un proyecto pionero en España que posiciona los vinos de la Denominación entre los grandes referentes europeos, siguiendo el camino iniciado por las regiones vitivinícolas más relevantes del Viejo Mundo para proteger esos tesoros patrimoniales; resquicios de antigua sabiduría y joyas inimitables cuya profundidad y misterio no alcanzan los vinos modernos. Una iniciativa que pone en valor la singularidad del Priorat, destacando sus 459 parajes, además de las viñas singulares y viejas. "A partir del año 2000, con el reconocimiento de Denominación de Origen Calificada, tuvimos la plena conciencia de que la esencia de Priorat son los viñedos. Es el círculo que abarca territorio, naturaleza y trabajo humano. Empezamos a definir Los nombres de la tierra con el objetivo de garantizar la identificación de todas las parcelas vitícolas, ubicándolas en los respectivos parajes y villas, para que sean las uvas las que aporten tipicidad, carácter y esencia a los vinos de cada uno de estos lugares", explica Salus Álvarez, presidente de la D.O.Ca. Priorat. "Cada elaborador, por su parte, aporta la complejidad de su proyecto, y los vinos se convierten en los transmisores de este trabajo realizado por las cepas y el hombre en el singular territorio. La trazabilidad realizada a partir de viña, vino y botella es la garantía de este origen singular. Es dar a conocer al consumidor, comunicándoselo en la etiqueta, dónde ha nacido lo que se encontrará dentro de cada botella", añade.
En este sentido, las ventajas de esta nueva clasificación para la Denominación, para las propias bodegas y también para el consumidor son muchas. "Una denominación de origen es el respeto a un producto fruto de una identidad territorial. Cuanto más valorado y conocido es el territorio en su conjunto, mayor es el grado de satisfacción por parte de la sociedad. El esfuerzo, la tenacidad, la constancia, la singularidad son valores que se tienen que cultivar", defiende el presidente. "En el Priorat estos valores los exige la pendiente, la montaña, el clima. Se le exigen al viticultor, pero también a las cepas. Este proyecto de clasificación pretende ser el transmisor de esta realidad, de esta exigencia". Los beneficios, continúa Álvarez, comienzan con una comunicación compartida. "Las bodegas hablan de la ubicación de las viñas, una parte esencial del valor emocional del vino, y el consumidor recibe una información precisa del origen del mismo. En un mundo cada vez más informado gracias a las tecnologías, la veracidad de los datos tiene que ser contrastada, y este es el papel fundamental del proyecto: garantizar al productor y consumidor que la información referente al origen del vino es fiable".
En el Priorat, la gran mayoría de bodegas ya trabajaba en sus proyectos vitivinícolas a partir de estas condiciones de identidad. Antes de Los nombres de la tierra, muchos elaboradores presentaban sus vinos haciendo referencia a su origen territorial, ya fuese por municipios, por parajes, incluso por viñas únicas, por lo que la implantación ha sido fácilmente asumida en general. "Algunas bodegas se preguntan incluso por qué hacer esta referencia ahora si sus vinos se han basado siempre en esta manera de comunicar. La gran diferencia es que quien avala esta nueva clasificación es la trazabilidad del Consejo Regulador, de ahí la necesidad de este proyecto", asegura el presidente de la Denominación. En este momento, de las 116 bodegas inscritas en Los nombres de la tierra, 68 participan en el plan y las referencias que se comercializan superan las 130.

Cinco maneras de entender Priorat
Los nombres de la tierra presenta la siguiente clasificación: Vino de la D.O.Ca. Priorat (reflejo de la personalidad vinícola genérica y de la tipicidad de la Denominación); Vi de Vila (transmite la tipicidad privativa del mosaico paisajístico de un municipio, la suma de la diversidad de sus parajes vitícolas); Vi de Paratge (muestra una esencia aún más pura, un carácter ligado a la orografía, a la geología y a un microclima más delimitado); Vinya Classificada (nace de una producción vitícola individual de virtudes excepcionales que merece ser embotellada aparte); y Gran Vinya Classificada (muestras de talento natural e histórico muy escasas, una conmovedora alianza del capricho de la naturaleza y una tradición que ha sabido interpretar y salvaguardar hasta el presente las joyas vitícolas más exclusivas, inalteradas en el tiempo).
El proyecto de reclasificación de la D.O.Ca. Priorat es el resultado de la identificación, por parte del Consejo Regulador, de todas las parcelas vitivinícolas del Priorat. El objetivo ha sido garantizar el origen de la uva procedente de cada viña y de cada vino según la clasificación otorgada. Los técnicos del Consejo Regulador constatan así, a través de un riguroso control de trazabilidad, que el origen y las normas establecidas en la actual clasificación son aplicadas en todos los vinos. En 2019, cuando esta ordenación del territorio se puso en marcha, la región contaba con algo más de 2.000 hectáreas de viñedo, cultivadas por 532 viticultores y 109 bodegas. El cultivo de la viña y la elaboración de vino son la principal actividad económica de las villas de la Denominación.

Todo ventajas
Los nombres de la tierra tiene como objetivo revalorizar el origen, la identidad y la personalidad del trocito de tierra donde nacen los vinos. "Es el proyecto que conduce a cada coster (pendiente) o terraza a la máxima singularidad concebida por sus características de altitud, orientación, inclinación, localización, suelo, subsuelo, granulometría, etcétera, y todo ello expresado a través de la Garnacha y la Cariñena", opina el viñador Jose Mas, de la bodega Costers del Priorat. "Esta clasificación debe ayudar a entender más nuestro paisaje, nuestros pueblos y nuestros viñedos. Nos permite saber las peculiaridades de cada parcela e interpretar mejor nuestros vinos. La gran ventaja es que cada consumidor, ya sea amateur o amante de Priorat, puede saber el origen de las uvas que se utilizaron para elaborar los vinos que está disfrutando en ese momento", expone. "Podemos decir que es como si de una foto panorámica fuésemos pasando de forma gradual a una foto detalle. Pasaríamos de los vinos que expresan la tipicidad de la D.O.Ca. hasta los vinos que se sitúan en la punta de la pirámide y que representan la definición vínica del dónde y el cuándo. A mayor grado de clasificación, mayor conocimiento de la zona. No a todo el mundo le interesa saber dónde está Els Bancalets en Bellmunt del Priorat, pero debemos ser capaces de mostrar el origen y la calidad de cada vino a los que tienen sed de conocimiento".
Por su parte, Marta Rovira, de Bodega Mas d’en Gil, destaca que Priorat, como zona de vinos de terroir que busca identificar el origen de los mismos, se equipara gracias a esta clasificación a otras zonas del Viejo Mundo, iniciando un proceso de denominación que hace 150 años ya llevó a cabo Francia, después Italia y más recientemente Alemania. "Este proyecto ayuda a poner nombre a la tierra, se trata de poder encontrar en el interior de una botella el reflejo de esas parcelas de viñedo donde la tierra tiene identidad y define la personalidad de un pueblo; el terroir entendido como suelo, entorno, características climáticas de una zona, e identidad vista como tipicidad de vinos del Priorat. La ventaja es ir acotando esa identidad partiendo de una zona hasta llegar a la singularidad de las parcelas más representativas".
Para Jordi Foraster, enólogo de Familia Torres, el concepto de Los nombres de la tierra consiste en devolver al territorio la importancia que merece. "En los últimos años se había dado mucha más visibilidad a la bodega, a la marca, a veces al enólogo, y en este caso, la D.O.Ca. Priorat, con siglos de experiencia a sus espaldas, decidió que había que otorgarle protagonismo a la tierra, al viñedo, al suelo y al clima a la hora de explicar un vino". El lugar de origen describe el vino y determina su tipicidad. Y esta clasificación se apoya en ese origen. "Priorat es una zona vitivinícola muy pequeña, pero a pesar de su tamaño es muy heterogénea debido a su orografía; por eso se pensó que sería bueno ir cerrando desde la base el vino genérico de la Denominación, pasando por el resto de nuevas categorías hasta llegar a lo que sería un vino de finca. De esta manera, identificando el origen del vino, damos más información al consumidor, le ayudamos a situarse mejor".

Nueva normativa, mismos vinos
Explica Foraster que para Familia Torres los vinos tienen que partir del respeto a la tradición y al territorio, parámetros que han intervenido en todos y cada uno de sus procesos y gracias a los cuales no les supuso ningún problema adaptarse a la nueva categorización. "Para nosotros fue muy sencillo porque nuestros vinos ya seguían esta filosofía. Solo había que imponerles la seriedad que requiere el proyecto. En Torres Priorat elaboramos cuatro vinos tintos y cada uno de ellos se sitúa en una de estas categorías, pero no solo por normativa, sino porque intentamos que estos vinos reflejen dicha categoría", expresa el enólogo. "Empezaríamos por Secret del Priorat, que se situaría en la base de Los nombres de la tierra, junto a los vinos genéricos de la D.O.Ca. que tratan de expresar la diversidad de la región. Es un vino que proviene de viñedos situados en cinco de los nueve municipios y la proporción varietal del coupage respeta la proporción que existe hoy en día en el territorio. Encaja dentro de ese escalón de la pirámide, pero además intenta ser un reflejo del mismo. Y así con todos ellos".
Nacida hace 20 años y levantada en una masía-bodega construida por los monjes cartujanos hace más de 650 años, el carácter de Costers del Priorat está marcado por el máximo respeto por el entorno y el cultivo biológico. Es una de las bodegas con más hectáreas cultivadas en ecológico del Priorat y sus vinos son el reflejo de la complejidad de estas tierras con un estilo directo y hedonista. "Trabajamos un gran abanico de parcelas repartidas por casi toda la Denominación de Origen. Contamos con viñedos en nueve pueblos de los doce que componen la región", describe el elaborador Jose Mas. "Es un cuadro de microparcelas repartidas por diferentes parajes en los que la madre naturaleza les permitió estar. Cada una de ellas cuenta con una personalidad diferente marcada por sus suelos, microclima, distribución paisajística... Esta clasificación nos permite mostrar la riqueza de detalles de cada trocito de tierra, embotellar lo que pasa en la Denominación y en cada pueblo, en cada añada, y que nuestros clientes de todo el mundo puedan disfrutarlo". Actualmente, Costers del Priorat dispone de vinos que recogen la complejidad e intensidad de la Denominación de Origen y también de vinos de villa. "Estos últimos años estamos trabajando duro para clasificar uno de nuestros viñedos más especiales, plantado antes del 1940 en unas pendientes vertiginosas, como Vinya Classificada o Gran Vinya Classificada", adelanta Mas.
En 2008, Mas d’en Gil sacó su Bellmunt Tinto como Vi de Vila, adelantándose a esta calificación. Un vino que, desde su nacimiento, ya se entendía como vino de paraje. Asimismo, la bodega inició antes que el resto el proceso para la clasificación de sus viñedos Clos Fontá y Coma Blanca como Finca Calificada, que hoy, con la incorporación de un quinto nivel en el esquema de Los nombres de la tierra, han pasado a ser Vinya Classificada. Con estos ejemplos, Marta Rovira hace hincapié en la importancia de unificar las prácticas que ya se estaban realizando en la Denominación. "El objetivo de nuestra familia ha sido siempre revitalizar la finca ecológica que nos encontramos al llegar, donde la mitad de la superficie era bosque. Después de diez años, con un plan forestal para limpiar, mantener y aclarar las diferentes zonas, hemos logrado cuidar y reforzar este ente agrícola formado por bosque, viñedo, olivo y frutos secos. Mas d’en Gil es hoy una unidad agrícola en la que practicar la viticultura biodinámica tiene sentido porque estamos aislados naturalmente y nuestro propósito no es otro que el de regenerar la vida de la tierra para ofrecer cada año vinos finos con el carácter del Priorat".

Un buen momento para Priorat
"El Priorat, al igual que la mayoría de territorios vitícolas y no vitícolas de montaña de España, pasó buena parte del siglo XX sin encajar. No éramos mecanizables, no éramos productivistas, no formábamos parte de la revolución agrícola", recuerda Salus Álvarez. "Nuestros territorios eran idóneos para bosque, caza y recreo. Pero se nos olvidó que en estos primaba la calidad, no la cantidad. Y aquí estamos, reivindicando que los Grandes Vinos, dígase grandes territorios, pueden convivir con los Vinos Grandes, dígase volumen". Priorat ha conseguido hacerse un hueco en los vinos de calidad del mundo y ha marcado un referente para otros territorios vitícolas de España que han evolucionado en esta misma dirección, recuperando el orgullo y poniendo en valor su terruño. "Nos sentimos orgullosos del trabajo hecho y somos plenamente conscientes de que lo importante es seguir siendo activos en los valores que la sociedad reclama: honestidad, fiabilidad y credibilidad. Si estos objetivos los tuviera que resumir en una sola palabra, sería sostenibilidad. Por respeto al clima, al ecosistema, a la viña, a nosotros mismos, y especialmente a nuestro futuro", afirma el presidente de la D.O.Ca. Priorat. "Todo el trabajo de estos años en el proyecto Los nombres de la tierra va encaminado a ser más conocidos por lo esencial, el origen. Estamos aplicando nuevas tecnologías para ser más eficientes en la comunicación que realizan nuestros vinos respecto este origen y la Denominación tiene un claro objetivo vitícola y vinícola orientado hacia la sostenibilidad integral del territorio y las bodegas".
Para Jordi Foraster, Priorat se encuentra en un momento muy interesante, de mucho movimiento. El enólogo de Familia Torres confirma que hoy en día hay más demanda de uva que oferta en la Denominación. Un indicativo claro del potencial que augura a la región un futuro prometedor. "Hay muchas bodegas pequeñas con nuevas inquietudes. Tantas maneras de pensar diferentes, juntas en una denominación de origen tan pequeña, generan un caldo de cultivo, una búsqueda continua para adaptarse a los nuevos tiempos sin renunciar a lo que ha sido históricamente. Los vinos del Priorat eran conocidos por un estilo que no siempre se ha adaptado a las tendencias de consumo, pero ahora hay nuevas ideas y filosofías, algunas prudentes, otras más atrevidas, pero con mucha sabiduría detrás. En los últimos años nos hemos ganado nuestro actual prestigio partiendo del esfuerzo, y eso hay que mantenerlo. Desde aquí, insto a probar tantos vinos de Priorat como nos sea posible, porque el inmenso catálogo de maneras de pensar e interpretar la zona hace que no haya una idea única, y esta es la verdadera fuerza de la región".
Jose Mas también ve el presente y el futuro de la Denominación con mucho optimismo. "La D.O.Ca. Priorat muestra una excelente salud. Las denominaciones de origen de culto mundial como Barolo, Borgoña o Champagne siempre han tenido sus vinos en las cartas de los mejores restaurantes del mundo. Esto hace que la gente se fije en ellas y muestre interés. Nosotros tenemos que continuar trabajando como se ha hecho hasta ahora: primero en el campo, después en la bodega. Hemos recorrido muchísimos kilómetros para mostrar nuestro día a día en este paisaje tan especial".
Marta Rovira incide en la fase de expansión en la que se encuentra Priorat y en el cambio de mentalidad de las bodegas. "A nivel de vinos, lo más importante es que estamos en un siguiente capítulo, en buscar más la identidad y en reforzar más las variedades locales", opina. "Mas d’en Gil es una de las bodegas históricas de la región, de las primeras en embotellar vinos en botella borgoñona. En la familia Rovira Carbonell nos sentimos herederos de la tradición y el legado de la casa y de su fundador, Francisco Gil; nos hace especial ilusión continuar la senda empezada por mis padres y seguir elaborando vinos clásicos en esta finca histórica, con personalidad, equilibrio, elegancia y fluidez". Un deseo compartido por una Denominación que camina hacia la consolidación de una manera de entender el vino que sitúa en lo más alto de la pirámide la calidad y la identidad.

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