- Laura S. Lara
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- 2023-09-29 00:00:00
En la comarca orensana de Verín, entre valles y montañas, se encuentra el municipio de Monterrei, nombrado así en honor al conde de Monterrey, Gaspar de Zúñiga Acevedo y Velasco. Desde su castillo, si uno entorna bien los ojos, pueden verse las elevaciones de San Mamede al norte y la Sierra de Laroco al sur, en la frontera con Portugal. También los cursos de agua que atraviesan el término para desembocar en el Támega, favoreciendo godellos que toman lo mejor de dos climas: el cuerpo del Duero y la frescura del Atlántico. Bienvenidos a la denominación menos conocida de Galicia, la que cuenta con más historia de vino a sus espaldas y la que genera, a día de hoy, mayor interés y sorpresa. Recuerden que las cosas no son siempre como parecen ser, la curiosidad crea posibilidades y oportunidades.
Monterrei es, junto con Ribeira Sacra, una de las denominaciones más jóvenes de Galicia. Y también una de las menos conocidas, a pesar de contar con una larga historia de vino a sus espaldas. "El reglamento fue creado hace muy poco tiempo, pero la tradición vitivinícola es la más antigua, como atestiguan la gran cantidad de lagares rupestres que tenemos en la zona", presume Miguel López, director técnico de la Denominación de Origen Monterrei. Otra posible razón de su eventual anonimato puede ser su situación geográfica: "Esta zona siempre estuvo aislada por las comunicaciones, es como una pequeña isla dentro del mapa vitícola de Galicia, no está conectada por ningún río común, como las otras denominaciones que tienen el Miño o el Sil, nosotros pertenecemos a la Cuenca Hidrográfica del Duero", destaca José Luis Mateo, responsable de la bodega Quinta da Muradella. "Somos una región más próxima a Castilla, pero las conexiones nunca nos favorecieron demasiado; el aislamiento hizo que el consumo de vino fuera muy local: la producción de vino del valle se destinaba a abastecer las zonas de la montaña y los alrededores, donde no se producía vino, lo que paralizó el desarrollo de los mercados regionales y nacionales, un déficit de desarrollo que también nos hizo entrar muy tarde en la exportación". Sin embargo, este aparente destierro favoreció que en la comarca se mantuviera un abanico varietal muy amplio e interesante, íntimamente ligado a variedades portuguesas y completamente diferente al resto de otras zonas de Galicia. La soledad también tiene su parte ventajosa.
El punto diferenciador de los vinos de la región, situada al sudeste de Ourense, lindando ya con Portugal, lo pone el clima. El Támega, que recorre esta comarca, es el único río gallego que fluye hasta el Duero y contribuye al microclima de la zona: mediterráneo templado con tendencia continental, influenciado por el océano Atlántico. Los veranos son calurosos y secos, mientras que los inviernos son fríos, con unas considerables oscilaciones térmicas de hasta 30°C durante la época de maduración. Con una insolación de 2.200 horas y una pluviometría media de 750 mm anuales, nos encontramos ante una zona con escasas precipitaciones, lo que permite reducir los tratamientos fitosanitarios, contribuyendo de este modo a un desarrollo sostenible. "Tenemos un clima mediterráneo con tendencia continental muy influenciado por el Atlántico; por aquí entran la mayoría de los frentes, pero la pluviometría es escasa", recalca el director técnico de la Denominación. Este microclima extremo, unido a unos suelos agradecidos y al uso de variedades autóctonas, principalmente Godello entre las blancas, pero también Treixadura y Doña Blanca, y tintas como la Mencía y la Merenzao, hacen de Monterrei un territorio único para producir vinos con características personales y una gran complejidad de aromas.
Pero más allá de climas y suelos, para entender la singularidad de Monterrei es necesario viajar al pasado, como nos cuenta Juan Vázquez Gancedo, director general de Bodegas Martín Códax: "La historia habla de un territorio fuertemente vinculado a la producción de vino desde hace 2.000 años. Desde el propietario romanizado que asentó su villae agrícola de A Muradella en Mourazos (Verín) al pie de la calzada que unía las unidades administrativas de Chaves y Ourense, hasta la viticultura de autoconsumo de los siglos previos a la industrialización, pasando por los grandes propietarios eclesiásticos, como el monasterio benedictino de San Salvador de Celanova, o nobiliarios, como el Condado de Monterrei, que propiciaron la expansión del cultivo de la vid en la comarca e impulsaron la Carta Puebla de Verín (1183), que incluía disposiciones legales sobre el uso y comercialización del vino". En la misma línea, desde la Denominación destacan que "como dato anecdótico, debemos recordar que Felipe II nombró virrey de las dos américas (México y Perú) a D. Gaspar de Zúñiga Acevedo y Velasco, V conde de Monterrey, quien se llevó con él a personas de la zona y con ellos la influencia de prácticas vitícolas y variedades, que probablemente dejarían su huella en el nuevo continente".
Como adelantaba el director técnico de la D.O.P., en Monterrei se encuentra la red más relevante de lagares rupestres de Galicia. Estos vestigios de tiempos pasados son las bases de prensas para el pisado o prensado de uva excavadas en afloramientos de roca natural. La mayoría estarían destinados a la elaboración de vinos blancos y claretes, aunque en algunos se realizaron adaptaciones posteriores para poder elaborar vinos tintos. "Tenemos localizados más de 60 lagares, de diferentes tamaños y morfologías, que se encuentran ubicados a pie de viñas o en castros", matizan. Más tarde, en el siglo XVIII, los viñedos eran omnipresentes en la comarca, como se recoge en las entrevistas del catastro del Marqués de la Ensenada. En 1965 se creó la Cooperativa de Monterrey para impulsar la comercialización del vino de la zona, que llegó a comprar cuatro millones de kilogramos de uva al año a 600 viticultores de la comarca. Pero la emigración, el cierre de esta bodega y el abandono de las tierras debido a la escasa rentabilidad de los cultivos estuvieron a punto de llevar a la desaparición del viñedo. Sin embargo, a partir de los años ochenta se comenzó a realizar una profunda reestructuración del viñedo y se apostó por los vinos de calidad, lo que llevó consigo el resurgir de esta comarca vitivinícola y, por ende, al nacimiento de la D.O.P. Monterrei, aprobada por Xunta de Galicia en noviembre de 1994, pasando a ser la más joven de Galicia, aunque quizá sea la que puede acreditar una mayor y más dilatada historia de viticultura. Una Denominación que hoy cuenta con 28 bodegas adscritas. "Tras la profunda crisis del último cuarto del siglo XX y gracias al impulso de las instituciones y las bodegas, Monterrei vive ahora un periodo de expansión y valoración creciente a nivel nacional e internacional", opina Juan Vázquez Gancedo, director general de Martín Códax. "En 2020 alcanzó las 27 bodegas, con 5,6 millones de kilos vendimiados en 2019 en sus casi 600 hectáreas de viña. Una denominación de origen con una importante historia de viticultura donde, en la actualidad, la modernidad y la vanguardia son su principal signo de identidad, siendo una de las zonas de producción de Godello con mayor potencial".
Godellos del futuro
"Con toda la historia de esta Denominación de Origen y con todos los conocimientos que hoy en día hay de viticultura, apostamos por Monterrei porque consideramos que es la denominación de origen gallega con más interés para la producción de un vino blanco de Godello", continúa el director general de Martín Códax con respecto a Terras do Cigarrón, una bodega que nace en 2002 fruto de la unión de una veintena de viticultores y que ya es todo un referente en la región. "Esta Denominación tiene las características orográficas propicias para un vino continental, ya que el río Támega es el único gallego que desemboca en territorio de Castilla; y es que Monterrei pertenece a la cuenca del Duero; sin embargo, la influencia atlántica se deja notar en el clima y en el perfil de sus vinos. Por eso decimos que los godellos de Monterrei tienen lo mejor de cada uno de sus climas: tienen el cuerpo, la estructura de los vinos del Duero y, a su vez, la frescura de los vinos atlánticos, tan necesaria para elaborar un buen godello". El portavoz de esta bodega situada en Albarellos de Monterrei destaca así el gran potencial de la región en lo que a la elaboración de vinos blancos se refiere. "Apoyándose en su historia y sin ser una zona productora nueva, se ha construido una viticultura moderna, basada en los conocimientos que existen hoy como la viticultura de precisión y, en definitiva, en una viticultura más sostenible. Tanto la Denominación de Origen como nosotros como bodega caminamos en esa línea", concluye Vázquez Gancedo.
A partir de los años ochenta del siglo pasado, en la D.O.P. Monterrei se dio un gran salto cualitativo tanto en la recuperación de las variedades preferentes como en la elaboración del vino. En la actualidad, se siguen manteniendo los sistemas de formación en vaso griego, pero en muchas de las nuevas plantaciones se introduce otro sistema de cultivo que se realiza en espaldera a doble cordón para facilitar el laboreo y la recolección. Esto, junto con la inversión en tecnología y la adopción de nuevas prácticas enológicas, supuso un gran impulso al sector vitivinícola en la comarca. "La D.O.P. Monterrei se encuentra hoy en día en una dinámica de expansión enorme, tanto en superficie de viñedo como en producción de uva, se están haciendo muchas plantaciones y está entrando capital de bodegas de fuera a invertir aquí, lo que nos lleva hacia un concepto de competición bien entendida que nos obliga a enfocarnos en la calidad", comenta José Luis Mateo. "El reto ahora, desde mi punto de vista, es digerir adecuadamente ese aumento de producción y de plantaciones para proyectar los vinos en el mercado de manera coherente de cara al futuro, que no sea un boom temporal, sino que contribuya a asentar y profesionalizar el sector, a consolidar la Denominación, para que la viticultura sea una opción fuerte y dinámica que invite a quedarse a trabajar". Desde Quinta da Muradella observan una carencia en la formación, una falta de personal especializado en labores de viña y bodega, aunque el principal dilema sigue siendo el precio medio de la botella de vino que sale al mercado: "En niveles de precio medio-bajo, como los que nosotros tenemos, el mercado es muy agresivo y nos puede desplazar en cualquier momento; esta banda de competencia es muy difícil para una denominación de origen como esta". Opinión que respalda Vázquez Gancedo: "En estos momentos en los que, en el mundo en general y en España en particular, los vinos blancos están de moda, son muchas las iniciativas, tanto de prestigiosos grupos bodegueros como de grupos empresariales no necesariamente vinculados a la viticultura o al mundo del vino, interesadas en invertir en esta zona y hacer crecer la D.O.P. Monterrei. Por ello, el reto ahora es ordenar ese crecimiento paso a paso, conseguir que este sea progresivo y ordenado, recuperando toda la historia de esta denominación de origen y poniendo en valor todo lo que la región representó en su día (el Castillo de Monterrei, los lagares rupestres, las bodegas ancestrales…) hasta convertirlo en un destino enoturístico con múltiples y fabulosos atributos, y con la ventaja que tiene estar a dos horas en tren de la capital".
Mención aparte merece la amenaza del cambio climático. "Adaptar las plantaciones a un clima cada vez más cambiante e imprevisible es una de nuestras principales preocupaciones; para afrontarlo, estamos cambiando tanto los sistemas de plantación como el abanico varietal del viñedo o el concepto de cultivo en las fincas, un trabajo arduo y muy a largo plazo que se suma a una acotación de los volúmenes de producción", declara Mateo. En este sentido, Quinta da Muradella lleva años profundizando en el conocimiento de la zona, delimitando zonas de producción, haciendo estudios de suelo, clasificando las parcelas, desarrollando cada vez más el conocimiento de sus terruños para dejar hecho un proyecto al que recurrir en caso de que el clima lo imponga. En esta apuesta por adelantarse a los efectos del cambio climático y empezar a pensar en verde, como quien dice, Terras do Cigarrón destaca su proyecto de Vilardevós: "Se trata de una plantación ejemplar de viñedo de cerca de 100 hectáreas que ha supuesto que esa zona pasase de estar invadida por las mimosas y otras especies sin interés (pastos de las llamas de la zona cada verano por los incendios) a ser un viñedo con dos balsas de agua para administrar las lluvias del invierno y repartirlas a lo largo del ciclo vegetativo, que además es utilizada en ocasiones por los equipos contraincendios para tomar agua para apagarlos", explica Juan Vázquez Gancedo. En otra de las laderas del valle, en Castrelo do Val, la bodega cuenta con una plantación de 45 hectáreas de viñas y castaños cuya intención es crear un núcleo productivo de biodiversidad: "La idea de combinar el viñedo con otros tipos de plantaciones nos va a permitir mejorar nuestra huella de carbono, tener una economía más integrada en el entorno, así como desarrollar actividades de enoturismo y acciones en las que se impliquen los vecinos, como recolección de setas o castañas". Por otro lado, la filial de Martín Códax trabaja en la aplicación de agricultura regenerativa en zonas donde se están descubriendo socalcos o bancales de una viticultura ancestral, abandonada en su momento, que ahora pretenden recuperar manteniendo aquellas prácticas como contraste a la viticultura moderna de sus explotaciones: "Apostamos por la recuperación de viñedos ancestrales bajo una orientación de viticultura regenerativa que puede además impulsar el turismo de vino de la zona, no solo para rescatar el fondo cultural y la historia del territorio, sino también aquella manera de hacer las cosas en el viñedo y en la bodega, donde ya estamos haciendo elaboraciones con técnicas ancestrales". Como parte de esta filosofía, en 2016 empezaron a trabajar en la restauración del Muro de Medeiros en colaboración con la Universidad de Santiago de Compostela. "Somos muy respetuosos con las bodegas de la región y en ellas esperamos encontrar inspiración y buenos ejemplos de lo que podemos hacer. Pequeñas bodegas de viticultores apasionados de la Godello, la Mencía y la Bastardo, jóvenes que han heredado la bodega de su familia pero que han adquirido los conocimientos en viticultura y enología necesarios para llevarla a otro nivel conforman hoy una zona productora de la cual no queremos diferenciarnos sino mimetizarnos, con nuestra personalidad pero respetando y aprendiendo de los que allí están", manifiesta Vázquez Gancedo.
Nunca llueve a gusto de todos
"En términos generales, podemos hablar de una vendimia tranquila y selectiva. El clima de este año, cálido y con lluvias, con sobresaltos propios del mes de septiembre pero que no han supuesto problema, ha permitido una buena fertilidad y tamaño de racimo, con una uva sana, de calidad y abundante", apuntan desde Terras do Cigarrón. "Este año se presenta una cosecha buena y equilibrada, tanto en calidad como en cantidad, superior a la del año pasado". No obstante, y aunque los resultados en cuestión de calidad se prevén buenos, la experiencia de vendimia de José Luis Mateo en Quinta da Muradella es un poco diferente: "2023 es un año marcado por la presión de hongos y enfermedades debido a las lluvias en floración, un año muy difícil que ha generado mucha desigualdad de unas parcelas a otras, lo que se reflejará en mermas importantes y en una caída de la producción, sobre todo en las variedades blancas". Las líneas generales sobre la vendimia las aporta Miguel López según datos de la D.O.P. Monterrei: "Este año, las condiciones climáticas han sido favorables, por lo tanto el estado fitosanitario de las uvas es excelente y confiamos en que esta cosecha será de mucha calidad. Esperamos recoger en torno a los seis millones y medio de kilos de uva".
Un enoturismo en ciernes
Uno de los mayores reclamos en cuestión de enoturismo que ofrece Monterrei es la gran concentración de lagares rupestres en la comarca, la mayor del noroeste de la Península Ibérica. "Son excavaciones realizadas en la roca que permiten hacerse una idea de la tradición vitivinícola de la región y el gran peso que tenía el cultivo de la vid hace 2.000 años", dice el director de la Denominación, Miguel López.
En lo que respecta a Terras do Cigarrón, Juan Vázquez Gancedo añade que, además de la visita a sus instalaciones, la propuesta enoturística de la bodega se basa en conocer el entorno. Empezando por los más de 50 lagares rupestres ubicados a pie de viñas e incluso en castros, el Castillo de Monterrei o la ribera del río Támega. "Nuestra oferta pronto se verá completada con todos los proyectos de recuperación de socalcos, viñedos y castaños que comentaba anteriormente".
Por su parte, Gargalo, proyecto que vio la luz en 1998 de la mano de Roberto Verino, uno de los diseñadores de moda más importantes de nuestro país, y actualmente impulsada por Bodegas Riojanas, también centra sus esfuerzos en compartir con los amantes del vino una ubicación privilegiada en las laderas del Castillo de Monterrei, atravesadas por la garganta de agua del río, un paisaje sobrecogedor que destaca por su imponente belleza y por ofrecer unas inmejorables condiciones naturales para el cultivo de vinos de calidad. "Nuestra bodega apuesta por los vinos de finca y por el enoturismo, somos puerta de Galicia y puerta del Alto Douro, tenemos dos importantes llaves de entrada a espacios vitícolas muy relevantes", aseguran desde la bodega. "El nuestro ha sido siempre uno de los lugares emblemáticos del valle de Monterrei para producir vinos de gran calidad, del topónimo de este lugar tomó el nombre la bodega para honrar a esos años de historia de buen vino. Queremos pujar fuerte por el turismo del vino para hacer prender la semilla en la comarca". Porque, como defiende Gargalo, "uno solo no es nada".