- Antonio Candelas
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- 2020-09-07 00:00:00
No hace tantos años, hacer una cata vertical de un blanco no era frecuente y menos de un Verdejo de Rueda elaborado en su momento para ser consumido como joven. Cierto es que siempre ha habido creyentes de esta uva para crear vinos frescos y vibrantes, pero también auténticos convencidos de que esos mismos vinos podían evolucionar en el tiempo hasta adquirir una nobleza sin igual nada más que con conocimiento y paciencia.
Pablo del Villar, presidente de Bodegas Hermanos del Villar, es un ferviente convencido y por eso no tiene inconveniente en mostrar con orgullo ese preciso juego entre el trabajo de lías, la madurez de la uva y su acidez. Las tres claves para que una elaboración de este tipo no solo mantenga la personalidad de la variedad, sino que logre una complejidad solo al alcance de los mejores blancos de guarda de Europa. Al final, todo se traduce en poner de nuestra parte al tiempo y hacer que obre maravillas en un vino brillante cuando apenas tiene unos meses y un superclase con el paso de los años. Una conquista que bien merece un brindis.
Oro de Castilla 2012
Verdejo. 13% vol. D.O.P. Rueda
Año equilibrado en conjunto, pero complejo por los periodos de sequía que se vivieron durante el verano. El vino goza de una intensidad notable en aromas de fruta de hueso madura, hojarasca, turba, hongos y hierbabuena. El eco mineral lo hace extraordinario. En boca discurre con una maravillosa sensación golosa bien acompañada de una acidez elegante y bien educada por el paso del tiempo. Posgusto diverso con recuerdos balsámicos e incluso especiados que acompañan a ese punto ahumado tan característico de este tipo de evolución.
Oro de Castilla 2014
Verdejo. 13% vol. D.O.P. Rueda
Nada que objetar sobre las condiciones climáticas de la añada. Podríamos decir que fue un año redondo en este aspecto, y eso se traslada al vino. Aunque comienza más tímido que el anterior, el desarrollo aromático posterior es delicioso. Tiene notas de melocotón, acompañadas de toques herbáceos que sorprenden por su viveza, hidrocarburos y un deje oleoso que lo diferencia. Paladar soberbio, con mucho carácter, elegancia y cierta sensación de estructura. Tiene vida para algunos años más. Al final, agradables recuerdos de hinojo.
Oro de Castilla 2016
Verdejo. 13% vol. D.O.P. Rueda
Tras un invierno y una primavera generosos en lluvias, las raíces de las cepas tuvieron que esforzarse para ganarse el sustento en un verano muy severo. Avanzamos en añadas y notamos ese acercamiento a la juventud. Tiene matices de fruta exótica, recuerdos de hierba fresca y flores. En boca quizás sea el más goloso. La buena acidez equilibra el conjunto y lo hace más jugoso. Cuando pasa un rato en copa, se imponen los aromas florales sazonados por unos toques de piel de cítricos que dan viveza.
Oro de Castilla 2018
Verdejo. 13% vol. D.O.P. Rueda
Uno de los inviernos más lluviosos que se recuerdan. Gracias a la capacidad de drenaje de los suelos pedregosos, los recursos hídricos se distribuyeron a lo largo del ciclo sin que la planta sufriera ningún tipo de estrés. La intensidad aromática es tan seductora como nítida. Aquí se adivina la fruta fresca y los detalles de hierba recién cortada. Todos, aromas muy juveniles, pero al fondo hay ya apuntes de lo que puede llegar a ser: toques minerales, ahumados, salinos... Será una gran añada porque a todo eso le acompaña una buena sensación de frescura.
Oro de Castilla 2019
Verdejo. 13% vol. D.O.P. Rueda
Ciclo marcado por la sequía en el que se tuvo que mantener a raya a las hierbas del suelo para evitar competencia de los escasos recursos hídricos y favorecer el sombreado de los racimos durante el verano. Todo ello para no perder acidez y contener la maduración pausada de la uva. Es un vino limpio, vivo y fresco. En nariz prevalecen los detalles herbáceos (ortiga, hierbabuena). La fruta aparece con recuerdos de nectarina que en boca ganan presencia. Al final se encuentra el punto amargo de la variedad. Está en disposición de ganar finura con los años de botella.