- Antonio Candelas
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- 2022-10-31 00:00:00
No se me ocurre mejor lugar en el mundo que la Ribeira Sacra para firmar un compromiso. A estas alturas, poco os puedo contar que no sepáis sobre su prodigiosa manera de hacer que la viticultura se integre en el paisaje. Mientras que el río Miño propone al hombre infinidad de orientaciones, él escoge las mejores, no las más cómodas porque no hay opción. El riesgo que imprimen a la vendimia las pendientes imposibles es un capítulo más del relato heróico de hacer vino allí. Entre el vértigo de las cepas encaramadas a las terrazas, la respiración contenida del Miño atravesando aquella tierra sacra y el peregrino de invierno que se atreve con todo se forjó en Bodegas y Viñedos Vía Romana la idea de que la uva Mencía podía crecer hasta lo sublime solo con tiempo. Nada de barricas de ningún tipo, ni de 225 litros, ni de 500, ni de roble francés, americano, castaño o acacia. Nada. Solo el depósito donde fermenta, la botella y el tiempo. Un entorno de austeridad que solo podía aportar fina complejidad a una uva que tiene mucho que contar. En esta cata vertical hemos alternado dos elaboraciones para comprobar que aquella idea de dejar a la variedad sola ante el discurrir de los años ha dado sus frutos. Un atrevimiento que nace de la confianza de que la Mencía y el tiempo podían llegar a una alianza inquebrantable.
Vía Romana Selección de Añada 1999
Mencía. 12% vol. D.O.P. Ribeira Sacra
Como Selección de Añada solo sale al mercado cuando la cosecha bien lo merece y se embotella únicamente en formato mágnum. Tras 60 meses afinándose en bodega, continúa su larga crianza en botella. La evolución que ha ido adquiriendo se ha gestionado de manera brillante. Hay detalles de especias, fruta escarchada, flores secas, humo, balsámicos, regaliz, turrón y hojarasca. Boca con buen estado de salud. Notas de oxidación propia que, lejos de fatigar al vino, se convierten en virtud. Tiene mucho mérito llegar a alcanzar este nivel de evolución.
Vía Romana 2005
Mencía. 12% vol. D.O.P. Ribeira Sacra
El concepto de afinamiento al margen de la madera es el mismo, aunque los tiempos son mucho menores (seis meses en depósito de acero inoxidable y crianza en botella). Aunque la evolución marca el carácter del vino, se aprecian notas de especias, finos ahumados y fruta confitada. Al fondo, toques de caja de puros y tabaco. Elegante en boca, complejo y con un tacto con mayor fluidez que nos indica una fragilidad que, contextualizada, resulta admirable, casi utópica, sobre todo sabiendo que en aquellos años la madera en los tintos era endémica.
Vía Romana 2011
Mencía. 12,5% vol. D.O.P. Ribeira Sacra
Mayor expresividad desde el principio. Es como si el tiempo no hubiera pasado por él. Comienza con sugerentes notas tostadas. Mantiene la parte de paisaje con mucha solvencia. Notas de laurel, eucalipto, musgo, flores y toques de frutos rojos como las endrinas. La entrada en boca aún conserva la energía, en cuanto a acidez y en cuanto a estructura. Hay que dar importancia al grado alcohólico moderado en todas las añadas, una cuestión a tener en cuenta en el momento climático que nos encontramos. Final con detalles de flores secas que permanecen.
Vía Romana 2012
Mencía. 12,5% vol. D.O.P. Ribeira Sacra
Quizá empieza con una acusada austeridad en la expresión, aunque lo que más llama la atención es cómo se mantiene la identidad varietal. Con el tiempo en copa, el vino despierta. Esa frescura de fruta a pesar del paso de los años, el fondo mineral y la buena sensación de frescura que permanece son sin duda las virtudes más destacables de esta añada. Y es que con esta manera de afinar la Mencía, ante todo, se logran apaciguar ciertos amargores en el posgusto que a veces resultan incómodos. En el final de boca ha perdido la timidez del comienzo y se muestra persistente.
Vía Romana Selección de Añada 2017
Mencía. 12,5% vol. D.O.P. Ribeira Sacra
En esta Selección de Añada apreciamos una mínima evolución. Sin embargo, la mayor complejidad ya se nota en nariz desde el principio. Las notas florales se funden con frutos negros del bosque y un toque de eucalipto. Las notas ahumadas procedentes de la crianza en acero inoxidable están en un segundo plano y sugieren mineralidad. Hay que señalar que no proceden de la madera. En boca se preserva la sensación de acidez, aunque hay mayor volumen y un eco de pedernal interesante. La expresión varietal es notable en todo momento.
Vía Romana 2020
Mencía. 12,5% vol. D.O.P. Ribeira Sacra
La botella se presenta con un cambio de imagen. Estamos ante un vino de corte juvenil y con el aspecto floral destacado frente al resto de matices que se muestran (fruta silvestre, hierbas de monte, balsámicos). En boca, la parte mineral se aprecia con nitidez. La finura del tanino y la buena acidez hacen de él un trago refrescante y a la vez serio. La nitidez y potencia de los atributos varietales indican una evolución acertada por el camino de la finura en los próximos años. Habrá que ir viendo su recorrido en el tiempo, pero la energía que atesora ya es indicativa de su longevidad.