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De emperatrices y avezados riojanos

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  • Antonio Candelas
  • 2023-03-01 00:00:00

Los hermanos Eduardo y Víctor Hernáiz son conscientes del valor histórico que atesora el terreno en el que cultivan sus mejores viñas en Baños de Rioja, pero también del atractivo vitícola por su privilegiado enclave.


La historia de la finca vitícola que un día de 1996 la familia Hernáiz adquirió en Baños de Rioja es apasionante, y es que durante la segunda mitad del siglo XIX perteneció a la Emperatriz Eugenia de Montijo, a la sazón esposa de Napoleón III, cuya influencia en el mundo del vino fue determinante por impulsar durante el periodo en el que fue emperador de Francia la clasificación oficial del vino de Burdeos.
Mientras indagáis en la interesante vida de esta influyente mujer, no debéis dejar pasar la oportunidad de disfrutar con los vinos que Hermanos Hernáiz elaboran de aquella finca, con una histórica vocación vitícola que ya quedó reflejada en el catastro de Marqués de la Ensenada de 1749. Como bien sabréis, la D.O.Ca. Rioja es el lugar de la Península Ibérica donde confluyen sus tres climas característicos: Atlántico, Continental y Mediterráneo. En el caso de la Finca La Emperatriz, ubicada a 570 metros de altitud en la parte noroccidental de la D.O.Ca. entre las sierras de Cantabria y de la Demanda, predomina el carácter atlántico apaciguado por la cercanía del mar y por la estructura del suelo, formado por una manta de canto en superficie que favorece el drenaje y una óptima iluminación de la vid.
De aquel singular paraje nacen un blanco y un tinto de una autenticidad riojana fuera de toda duda. En estas dos miniverticales quedará acreditado su potencial de guarda y cómo se comporta la finca en añadas de diferente perfil.


Finca La Emperatriz Blanco Gran Vino 2016
Viura. 13,5% vol. D.O.Ca. Rioja
Añada con marcado carácter atlántico sobre todo hasta agosto por la precipitación recogida (400 mm entre los meses de enero y abril). Las viñas, que rondan los 60 años de edad, tienen que buscar el agua necesaria en los horizontes arenosos encontrados bajo los cantos para subsistir durante los meses en los que el calor aprieta. Esto hace que las raíces exploren profundidades importantes. Es un vino fresco, con notas de hinojo, flores y con camino por recorrer. Enérgico en boca, salino y con una sensación de finura que ha ido adquiriendo con el tiempo en botella. Una añada muy beneficiosa para los vinos blancos longevos en aquella zona.


Finca La Emperatriz Viñedo Singular Blanco 2017
Viura. 13,8% vol. D.O.Ca. Rioja
Año de la catastrófica helada que fue rematado por uno de los veranos más cálidos y con menor lluvia caída en el conjunto del ciclo. Con este panorama se tuvo que trabajar intensamente en viña eliminando segundas brotaciones que no favorecen a la calidad. Perfil completamente diferente. Hay mayor sensación de volumen y cremosidad con detalles de fruta madura y una madera que se deja notar algo más sin estar descontextualizada. Estamos ante una interpretación más disfrutona con una textura que tiende a envolver el paladar. Lo que llama poderosamente la atención es cómo la acidez mantiene el tipo.


Finca La Emperatriz Blanco 2018
Viura. 13,5% vol. D.O.Ca. Rioja
Volvemos a una añada de comportamiento atlántico y con momentos complicados para la integridad de la uva, puesto que a principios y a finales de verano cayeron sendas granizadas que tocaron algunas de las parcelas y tuvieron que ser cautelosos a la hora de afinar en la selección. Ha salido reicentemente al mercado y nos encontramos con un vino de un nervio extraordinario en el que la fruta fresca está en primera línea. La textura vuelve a mostrar el brío de un año frío necesitado de ese tiempo en botella para apaciguarlo y afinarlo. Lo que revela su potencial de guarda es la gran acidez y el toque salino tan apetecible. Es curioso el punto de trufa final.


Finca La Emperatriz Tinto Gran Vino 2016
70% Tempranillo, 28% Garnacha, 2% Viura. 14,5% vol. D.O.Ca. Rioja
En paralelo en cuanto a las condiciones de suelo y añada, empezamos con el tinto. En su elaboración se juega con una particularidad interesante. La vendimia de las tres variedades se realiza a la vez y cofermentan en depósitos de hormigón. El punto de maduración lo marca la uva mayoritaria, por lo que, en este caso, la Garnacha entra con un punto extra de frescura. La constitución del vino es buena. Mantiene una fruta que ha madurado, pero sigue fresca. Los detalles de regaliz y algún especiado dan profundidad. Sabroso, equilibrado y con textura aún firme con margen de evolucionar en botella.


Finca La Emperatriz Viñedo Singular Tinto 2017
76% Tempranillo, 22% Garnacha, 2% Viura. 14,6% vol. D.O.Ca. Rioja
Las complicaciones de la añada se tradujeron en un adelanto de la fecha de vendimia (25 de septiembre) y se trasladaron al vino en forma de un perfil de fruta más negro (moras, ciruelas) con una distribución en boca más a lo ancho que a lo largo. El tiempo de crianza se vio reducido en cuatro meses con respecto a la añada anterior (de 18 a 14 meses) para que no se viera apabullado el vino y mantuviera el carácter de la añada. La buena polimerización del tanino y la sensación golosa que dejan los recuerdos de fruta en sazón hacen que el tacto sea amable y redondo.


Finca La Emperatriz Tinto 2018
76% Tempranillo, 20% Garnacha, 4% Viura. 14,5% vol. D.O.Ca. Rioja
Al igual que ocurre en el blanco, esta es la añada que ha salido al mercado recientemente, y lo hace con un magnífico potencial. La fruta es de una pureza extraordinaria, la crianza está bien elegida y ya a estas alturas tiene un importante nivel de integración. La textura es noble y, aunque tiene ese 24% de Garnacha y Viura, la interpretación del Tempranillo riojano es impecable. Desde su elegante austeridad hasta la redondez de la textura y la sensación de sucrosidad. Entre tanto, los frutos del bosque se cuelan por todos los rincones favoreciendo la identidad. Vino paradigmático de la Rioja Alta con gran futuro.

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