- Antonio Candelas
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- 2024-11-11 00:00:00
Alfonso Chacón y Belarmino Fernández están de cumpleaños, y es que han pasado 20 años desde que echara a andar esta maravillosa locura que es Canopy. Es una ocasión perfecta para rendir homenaje no solo a este vino excepcional, La Viña Escondida, sino también al amor por la tierra y la viticultura que ha impulsado a Canopy desde sus inicios.
E n esta cata vertical, nos sumergimos en el lugar tan remoto como hermoso donde nace La Viña Escondida, un vino que procede de la parte alta de una pequeña y antigua viña de casi dos hectáreas enclavada en la majestuosa Sierra de Gredos, en el municipio de El Real de San Vicente. Esta parcela, con 95 años de historia, es un testigo silencioso de los tiempos, una joya oculta en un entorno privilegiado. Sus suelos, de apenas 25 centímetros de arena granítica sobre la roca madre, obligan a las raíces a luchar por cada nutriente, aportando a este vino una complejidad única y una expresión pura del terruño.
Con un rendimiento modesto, de apenas 2.000 kilos por hectárea, La Viña Escondida refleja el respeto por la naturaleza y el valor de lo auténtico, lo irrepetible. En su esencia se encuentra la visión de Alfonso Chacón y Belarmino Fernández, los pioneros del proyecto Canopy, quienes vieron en El Real de San Vicente lo que otros no alcanzaban a percibir: un viñedo viejo, a punto de desaparecer, pero lleno de potencial y alma. Su amor por esta tierra y su compromiso con la viticultura tradicional salvaron viñas que hoy nos permiten disfrutar de vinos con verdadera historia.
Esta cata inédita de Gredos nos invita a degustar diferentes añadas y a conectarnos con esta viña remota, con su lucha y su generosidad. Es una oportunidad para saborear el carácter único de una zona vitícola reconocida gracias a estos dos inconscientes aventureros.
La Viña Escondida 2007
Garnacha. 14,5% vol. D.O.P. Méntrida
Primera añada de un vino que por aquel entonces supuso un verdadero reto. La Garnacha no gozaba de un relato de prestigio y menos en el contexto de vino de guarda. Con la aparición de este vino en el mercado, se rompió un techo de cristal varietal y enológico y podemos decir incluso que se dignificó una zona que estaba abocada a la desaparición en términos vitícolas. Notas de endrinas, fruta muy madura, detalles balsámicos y apuntes de frutos secos y hojarasca. En boca mantiene la estructura y una acidez moderada. Recuerdos ahumados al final.
La Viña Escondida 2008
Garnacha. 14,5% vol. D.O.P. Méntrida
La viticultura es más bien de acopañamiento en una viña completamente adaptada al terreno y con una capacidad de resiliencia enorme. Esta añada se conserva con una vida maravillosa. Aún hay detalles de fruta roja, hierbas de monte, toques de pólvora, hongos y sobre todo una textura vibrante, con cierta tensión y un recorrido en el que el tanino está acoplado al vino con verdadera maestría. Con el tiempo en copa aparecen detalles de encurtidos finísimos que amplían más si cabe la gama de registros. Enorme en todas las facetas.
La Viña Escondida 2010
Garnacha. 14,5% vol. D.O.P. Méntrida
Hay que hacer hincapié en la estructura de la parcela. De ella salen tres vinos, y solo de la parte más elevada y más pobre de la viña se elabora este vino. De la parte media sale Tres Patas y de la más baja Castillo de Belarfonso, otras dos referencias de gran identidad de la bodega. Esta añada se muestra más austera en expresión. Notas especiadas, licorosas, con detalles de flores secas. Sedoso en boca, sabroso, con una acidez más moderada. La evolución en copa ofrece detalles más anisados y de fruta confitada. Sorprende la diferencia de textura con el anterior.
La Viña Escondida 2011
Garnacha. 14% vol. D.O.P. Méntrida
En cuanto a su elaboración, hay que resaltar la utilización de raspón en su totalidad para generar una mayor sensación de frescura en el recorrido. En esta añada, encontramos un perfil similar al de la 2007. Aparecen detalles de endrinas, mermelada de frutas silvestres y una parte especiada que aporta sensación de frescura. En boca se desarrolla con cuerpo y un tanino que permanece consistente. En cuanto a asuntos climáticos, es necesario indicar que en aquel paraje existe un microclima que estabiliza las condiciones ayudado por la edad de la viña.
La Viña Escondida 2014
Garnacha. 14,5% D.O.P. Méntrida
En este caso, es justo elogiar una expresión más intensa en la que predomina el monte mediterráneo, que es el que mantiene la sensación de frescura más allá del parámetro de la acidez. Los apuntes de mermelada de fresa hablan de la variedad y los toques especiados y ligeramente ahumados, de su crianza moderada y bien escogida. En boca permanece entero, sabroso, con finura en el tanino y una serie de matices que se despliegan con el tiempo, como la hoja de tabaco o la infusión (té negro). A partir de aquí, encontraremos texturas más plenas en boca.
La Viña Escondida 2015
Garnacha. 14,5% D.O.P. Méntrida
Si hay algún año cálido en esta serie, es este. Se muestra poderoso, intenso, con mucha fruta negra y con una gran profundidad. Hay mayor expresión, con detalles especiados, de flores secas y fruta negra en sazón. En boca muestra mayor corpulencia y una interesante sensación terrosa. El carácter que se aprecia está dibujado sin aristas incómodas. El desarrollo es amable, incluso sedoso. Con el tiempo en copa encontramos unos detalles florales que marcan el estilo del vino y moderan la parte más musculosa del año.
La Viña Escondida 2016
Garnacha. 14,5% D.O.P. Méntrida
Perfil floral delicioso con una gama aromática diversa y bien conjuntada con el trabajo de crianza, que no interfiere en ningún momento. Tiene detalles especiados, con notas de frutos rojos silvestres y pimiento asado, canela y un punto cremoso. Profundo, licoroso, con estructura noble y una sensación golosa que aumenta la amabilidad del trago. El carácter mediterráneo es lo que mejor lo define. Quizá sea en boca donde mejor muestra los quilates que atesora: entrada golosa, desarrollo complejo y final con un toque amargo que lo prolonga con elegancia.
La Viña Escondida 2017
Garnacha. 14,5% D.O.P. Méntrida
Aunque hoy la añada en vigor comercial es la 2018, hemos querido terminar con este año que, en resumen, es el que mejor expresa el carácter de Gredos. Equilibrio entre la fruta y los detalles balsámicos, amabilidad de tanino, con un punto silvestre e incluso herbáceo que le aporta carácter y frescura. Boca sabrosa, fluida, con una acidez enorme que va a permitir que envejezca sin mayores complicaciones. Lo bonito de este ejercicio es pensar que añadas anteriores en algún momento estuvieron como este vino en la actualidad. Felicidades, Canopy.