- Redacción
- •
- 2011-03-01 09:00:00
Mariano Rodríguez lleva más de treinta años de oficio, siempre en el célebre restaurante Arzak, el primer y único lugar donde ha trabajado este sumiller. Comenzó como barman, con el lapso del servicio militar, y a su vuelta, el mundo de los vinos empezó a seducirle. Sus conocimientos los ha ido adquiriendo en escuelas, en bodegas, durante las vendimias, leyendo revistas especializadas de vinos, con los clientes, los compañeros... En definitiva, “una interminable carrera por aprender”.
Por su restaurante ha visto desfilar todo tipo de modas y tendencias, y Mariano, con el respaldo de varias décadas en la profesión, asegura que “antes, el público preguntaba más sobre la comida, sobre los ingredientes, sin embargo, ahora se aprecia un gran interés por los vinos”. Normalmente, sus clientes suelen pedirle consejo para armonizar vino y comida, pero Mariano advierte de que “un excesivo desfile de vino, de cantidad, puede dejar tocados a los comensales”. Él suele recomendar entre dos y tres vinos, como mucho, durante toda la comida, que son “un blanco fresco, un tinto y un vino dulce”. Aunque entre sus zonas favoritas de España están Rioja, Toro, Jumilla, Bierzo, Madrid, Toledo..., cree que “hoy se elabora bien en cualquier región”, pero en su restaurante, “por la zona donde estamos, muchos clientes piden un solo vino y clásico”. Para acertar con la elección, suele hacer un pequeño cuestionario al cliente, con preguntas como “¿quiere un tinto clásico o moderno, vino de autor o de terruño?” Tiene clientes a los que, aun sabiendo que no tienen problemas de dinero, siempre trata de sorprender con vinos económicos de excelente calidad. “Los caros se venden solos”, señala. No obstante, en este aspecto, se permite dar un pequeño consejo a otros colegas de profesión: “Es recomendable enseñar la botella al cliente antes de descorcharla, para que compruebe que es correcto, incluso advertir de su precio, en el caso de que sea muy elevado. Son detalles que pueden evitar sorpresas desagradables en la factura”, explica Mariano.
Victorino 2007
Bodega Teso La Monja / D.O. Toro
“Me gustan los vinos carnosos, especiados y profundos, cualidades que reúne este Victorino. El Grupo Eguren contagia de pasión todas sus elaboraciones, cuida mucho la calidad, respetando la identidad varietal -como esta Tinta de Toro-, trabaja bien la viña, el terreno... y eso se nota. Su alma de agricultores, de algún modo, los obliga a que sus vinos dejen esa huella en el paladar, a sentir toda la contundencia frutal como en Victorino. Personalmente, creo que es extraordinario”.