- Redacción
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- 2010-02-01 00:00:00
Que no, que no es preciso que la letra con sangre entre. Es mucho mejor conocer, aprender, abrir la mente y los sentidos a base de humor y vino. Así lo ha entendido Jesús Herraiz a la hora de “importar” y dar forma a una idea que conoció en Alemania. Allí, como método de acercarse al conocimiento de la bebida patria, la cerveza, disfrutó de un ameno recorrido interactivo. Y de la misma forma este emprendedor hostelero se lanzó a la aventura de coronar su cadena de tabernas castizas Toma Jamón con la guinda de una propuesta didáctica en torno a nuestra bebida totémica, el vino. Así nace La Rebelión de los Mandiles, en uno de esos edificios entrañables del Madrid secular, una construcción de ladrillo mozárabe distribuida en dos plantas y diseñada como un recorrido tan juguetón como descubridor. Los guías, ademas de las reales, Patricia y Laura, son una familia virtual de vinateros, bodegueros, toneleros... En fin, los oficios en torno al vino, desde el campo hasta la botella, simbólicamente ataviados con los mandiles propios de cada tarea. Ellos van trazando, pormenorizado, el camino que conduce desde la tierra hacia la copa y son quienes invitan al visitante a acompañarlos en una agotadora y a la vez jubilosa jornada de vendimia, en una carreta traqueteante, cubiertos con sombrero de paja, camino de la viña. O piden ayuda para pisar la uva chapoteando en las cubas, un momento que se convierte en divertido juego competitivo para los participantes. Y después de visto, vivido y entendido, llega el momento de adentrarse en las profundidades: de la cava y de la copa. Allí abajo, una sala de cata montada al detalle es el espacio abierto a bodegueros y profesionales para lucir o comparar sus vinos, en el silencio y la paz que requiere una cata o una cena dedicada a armonizar platos y vinos. Pero es también, desde la barra y para cualquier amateur, el momento de asomarse a la experiencia palatial, a los rudimentos de la cata y a los placeres de la degustación acompañada de un típico tapeo. Ése es el punto final de la visita guiada, a la que se puede acudir por las mañanas, de 11.00 a 14.00, y al caer la tarde, de 19.00 a 22.00. El recorrido dura algo más de una hora y cuesta 15 euros. Al salir, propios y extraños, nativos y turistas extranjeros, habrán captado, siquiera someramente, el valor de esa obra compleja que es el vino -algo que debería enseñarse en las escuelas de este país- y la forma de disfrutarlo mejor. LA REBELIÓN DE LOS MANDILES C/ San Isidro Labrador,10. 28005 Madrid Tel. 91 3656270 www.larebeliondelosmandiles.es.