- Redacción
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- 2008-09-01 00:00:00
Hay dos tipos de viajeros, los que conservan memoria de los consejos paternos y a la hora de comer echan el freno en los puntos de reunión de los camioneros y los que aceleran huyendo del menú contundente y económico. Para unos y otros, Las Esparteras, a menos de 50 kilómetros de Madrid por la Autovía de Extremadura (A-5), supone una satisfacción y una grata sorpresa. Carlos Víctor y los Barroso, José Antonio y su hijo Raúl, han conseguido crear en medio del páramo una isla capaz de complacer todos los gustos, incluso el más exquisito, el de los buscadores de supervinos, que conocen el valor de una copa. El contraste es sorprendente: la larga barra de la entrada, siempre a rebosar, despacha tentempiés de resistencia, eso sí, con cocina cuidada y buena materia prima. Al fondo, del horno circular, salen corderos y cochinillos que, sólo por el aroma y el crujiente dorado de la piel, son una tentación. Y justo antes, en un pasillo en penumbra, se descubre tras la cristalera una bodega climatizada que obliga a restregarse los ojos. ¿Estaré soñando? Perfectamente tumbadas reposan hileras de Château d’Yquem, Cristal de Roederer, Romanée Conti, Petrús, Pingus, L’Ermita, Vega Sicilia Único, joyas chilenas, estadounidenses, de Italia o Hungría, e incluso aguas sofisticadas de precio estratosférico. Una carrera de fondo Es el divertimento de Raúl: “Yo a mis camioneros los quiero como a mis mejores clientes, son los que paran a diario. Pero disfruto cuando una mesa caprichosa me permite lucir mis preferencias. Y aquí sólo elegimos lo que nos gusta, sin atender a modas”. Muchas de las grandes botellas se venden para llevar a casa. De hecho, cuando las abre en la mesa, con expectativas de 500 o 1.000 euros bajo el sacacorchos, le entran sudores fríos, y eso que nunca ha tenido un disgusto. Enfoca el vino desde la perspectiva del hostelero, es decir, le interesa el cliente, por eso las copas son finas y los precios muy comedidos. “El restaurante es una carrera de fondo, hay que sumar todos los días”. Así, sus precios se marcan en el momento de la compra y no se incrementan aunque la botella salga mucho después. Y por eso su carta empieza haciendo honor a lo bueno del vecindario, Méntrida, La Mancha... Y de ahí al mundo. Las Esparteras Carretera de Extremadura (A-5), kilómetro 47. Tel. 91 817 09 32 / 91 817 09 33 www.lasesparteras.com