- Redacción
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- 2008-05-01 00:00:00
El restaurante Bellavista ha cumplido 30 años en una discreta colonia en los alrededores de Almería. No es aquel buen clima para conservar vino y, de hecho, aún hoy, pese a la proliferación de armarios e incluso habitaciones climatizadas, es raro encontrar una sensata selección de botellas y, aún menos, bien conservadas.
La casa de los Freniche, con Francisco, el hijo, al frente de la bodega, es una ejemplar excepción y la prueba de que es posible si se hace con cuidado, con conocimiento, con medios, por capricho y sin escatimar medios. Por eso tambien ofrece asesoramiento, utensilios de servicio, cursos...
Así, descender las escaleras desde el comedor es adentrarse en la cueva del tesoro, es recorrer boquiabiertos las marcas, las añadas, las selecciones míticas de lo mejor que se elabora en este país, y parte del extranjero, partidas a las que no tienen acceso restaurantes de alcurnia y con las que aquí se pueden permitir el lujo de organizar para amigos, bodegueros ejemplares y buenos aficionados una cata vertical. Como la que celebraron el año pasado con su colección privada de Vega Sicilia de sus tres décadas de vida, desde 1970 hasta 1996.
Pero las joyas de esta bodega reflejadas en la extensa y bien organizada carta de vinos no son exclusivamente vinos inalcanzables, sino, por el contrario, descubrimientos al alcance del común de los mortales. Porque lo que no olvidan es que estamos en un restaurante, donde el puesto del vino es la mesa, la alegría de brindar, de compartir, de armonizar las copas con el menú. Desde el aperitivo al cierre, ya que, entre sus originalidades está una carta de postres con una docena de golosas tentaciones caseras y, al lado, rubricados con sus etiquetas, casi 30 vinos adecuados para ese momento, desde Tokajis a Eiswines, sobremaduros del Loira, Portos, moscateles malagueños... En fin, un sabio recorrido por la dulzura de este mundo.
Un picoteo
Antes, por supuesto, se impone un picoteo con los regalos del mar, busccados desde Alborán hasta el Atlántico: el clásico escabeche de bonito de la casa o la inolvidable receta almeriense de calamar al aceite, y gambas y gambones de los alrededores, mero vestido de una deliciosa faja de gelatina como nunca se viera, o gallo San Pedro, pargo y, por supuesto, arroces de mar y tierra, y hasta cabrito de la Alpujarra, para un homenaje en petit comité en algunos de los acogedores comedores privados, la bodega, el museo, la vinoteca, el albatros o incluso en grandes banquetes que la cocina de Teresa es capaz de bordar.
BELLAVISTA Restaurante Bodega
Llanos del Alquián, 04130 Almería
Tel. 950 297 156
