- Redacción
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- 2001-07-01 00:00:00
Habla un correcto francés, y lo demás lo suple con expresividad, con una psicología aprendida en el trato y con un derroche de entusiasmo, de amor a los vinos de esta tierra.
La casa exige un ejercicio permanente de adivinación puesto que allí recalan todos los viajeros que recorren La Rioja en pos de su afición por los vinos. Vienen de todo el mundo, de oriente y occidente, ruidosos norteamericanos, coloristas indios, curiosos japoneses que pretenden interpretar cada etiqueta, judíos internacionales y, por supuesto, una mayoría de vecinos franceses y un río de españoles de todas las regiones.
Laguardia es parada obligada, parada y fonda para recorrer la villa a cada hora, sus rincones y empedrados, las luces cambiantes, el panorama desde la proa de la ciudad, junto a la muralla. Y allí en la plaza de arriba, frente al ayuntamiento, el atractivo escaparate de La Vinoteca, el reluciente cobre de los alambiques, el pulcro brillo de la cristalería y las etiquetas míticas de las botellas son una inevitable tentación.
Manuela Lamiquis y su marido, Asier, que se encarga de la sala en el hotel y restaurante Marixa, uno de los estableciemientos de más solera de la villa, montaron este pequeño altar del vino hace un par de años. Resulta sorprendente, pero en toda Laguardia no había más que una tienda especializada, la de Bodegas Palacios, que en buena lógica estaba enfocada a la promoción de sus propios vinos.
La Vinoteca nace como un escaparate de la Rioja, sobre todo de la Rioja Alavesa, pero, puesto que el espacio es limitado y La Rioja inabarcable, el catálogo es producto de una selección personal, a la vez rigurosa y caprichosa en la que también tienen cabida bocados típicos exquisitos.
Manuela se ha criado muy cerca, en Leza, rodeada de vinos y de amigos vinateros, y durante toda su vida ha jugado con ellos a vendimiar o a pisar uva. Ahora, con una formación más profesional, con los cursos y catas que requiere el trabajo en La Vinoteca, puede colaborar en las trasiegas, en los remontes y en las vinificaciones. Esa páctica, y el conocimiento de cada bodega, de cada marca y cada añada, es el mejor apoyo en la relación con los clientes. Una relación directa que exige intuir lo que busca y lo que complace a culturas y personalidades muy diversas. Siempre hay un Rioja como respuesta, aunque en las estanterías tienen su puesto algunos Rueda y no desprecian un Vega Sicilia.
La Vinoteca
Plaza Mayor, 2. 01300 Laguardia (Álava)
Tel. 941 12 12 13