- Redacción
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- 2001-12-01 00:00:00
Una mina de oro supuso el florecer y el declive de un rincón del desierto de Almería, Rodalquilar, en el extenso término municipal de Níjar, que mira al mar en el horizonte .
En los tiempos más activos, cuando el ruido de las tolvas era el fondo sonoro de día y noche, cuando el polvo rosado, el residuo de los lavaderos de oro, amenazaba con ocupar el valle y llegar hasta la playa, circulaban por allí hasta 3.000 personas, con sus escuelas, su mercado, sus cines y todos los servicios básicos. Hoy el censo se escribe en dos folios, son unos 60 habitantes en una pirámide de población invertida: una niña y más de 50 jubilados.
Pero eso no define un pueblo muerto o triste; al contrario, el movimiento de admiradores forasteros y de añorantes nativos que regresan a sus lares en cada día libre mantiene una hostelería viva, media docena de bares de muy diverso estilo. Sin embargo, la oferta de tragos en las barras, con una sola excepción, y en las escasas tiendas del entorno, se limita a cañas y tintos de verano, un blanco casi siempre oxidado y un rioja rutinario. En ese erial surgió la sorpresa de La Viña, en una casita encalada, junto a la plaza, con un mínimo patio, una mesa que permite la degustación allí mismo, a la sombra acogedora, y una bodega climatizada donde los visitantes descubren novedades de la zona y los estables pueden llevar a casa vinos de calidad y bien conservados.
La responsable es Andrea Jellinghaus, alemana, profesional de la publicidad y turista enamorada de la zona que, después de años de acudir de visita, decidió afincarse allí. Eso fue en el 89, en medio de una crisis, y el proyecto era vivir allí seis meses al año.
Seis largos meses en los que una amante del vino echa de menos una buena oferta. Allí, en Berlin, un fin de semana al mes, los amigos se reunían en una vinoteca para catar y degustar vinos españoles, para conocerlos más y revivir sus recuerdos, sus vacaciones, en torno a unas copas. De allí surgió la idea, la fórmula y el asesoramiento. Con eso, y un puñado de guías de vinos, floreció hace cuatro años este oasis, imprescindible, diminuto y milagroso, con un catálogo que se renueva y se amplía con marcas de toda España. Vinos para conocer y para beber, más que para lucir o regalar. Por eso la botella más cara apenas supera las 2.000 ptas. -un Barjal de las Alpujarras, de Bod. Padules- y el surtido más amplio no llega a 1.000 ptas. Aun así, reúne más de 40 referencias que Andrea selecciona y recomienda con conocimiento. Cuando acude un cliente conocedor se cambian los papeles, y es ella la que escucha como una aplicada alumna. Eso, la lectura y los viajes proveen un surtido caprichoso que incluye también aceites y mieles varietales.
La Viña. 04115 Rodalquilar (Almería)
Tel. 950 38 97 93
Propietaria: Andrea Jellinghaus