- Redacción
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- 2002-10-01 00:00:00
Afinales del pasado año, el concurso nacional Vinos de La Mancha, concedió el primer premio de tiendas especializadas a una empresa ejemplar que durante más de cuarenta años ha crecido y evolucionado, sustentada en vocación y conocimiento. Es la sociedad de Valentín Moreno, afincada en Guadalajara, a la que se han ido incorporando sus hijos, Ricardo y Carlos, en cuanto alcanzaron la edad de oler el vino.
Valentín es la memoria del aspecto con que nació su “Despacho de Vinos”, el mostrador de madera, el cajón cuadriculado de las pesetas. Y detrás, las cubas de castaño, las tinajas de 90 arrobas con sus relucientes espitas doradas de las que colgaban, como recogegotas, medidas de cuarto, de medio y de litro. A la puerta acudían los camiones cisterna con el rótulo que daba cuenta de su origen: “Herencia”, “Huerta de Valdecarámbanos”, “Noblejas”... Ahora añoran la estética de los pellejos, de las garrafas de los clientes envueltas en mimbre, esparto o caña, pero no aquellos graneles abiertos de color, huérfanos de sabor y apestados de sulfuroso, ni las hirientes bromas de los parroquianos sobre el cristiano “bautismo” de los vinos.
Lo que les gusta es disfrutar y vender buen vino. Por eso la tienda es hoy una ordenada exposición con más de 1.500 referencias. En un elegante botellero de madera que recorre los muros, bajo una luz comedida, envueltas en una fresca temperatura por debajo de 20 grados y en una humedad del 70%, descansan acostadas las botellas. Otras, las más prestigiosas o las más originales, los vinos de autor, de alta expresión, de pago o “terroir”, o las foráneas de Francia, Portugal, Alemania, Hungría, Australia... reposan en la panza de añosas tinajas convertidas en botellero como un guiño a la memoria de los vinos de pasto, al pasado, a la historia de la casa. El presente está en manos de los dos hermanos, sumilleres preparados con los grandes maestros de la enología pero que aplican su saber a la clientela, con información y lenguaje asequible y con atención al bolsillo. Su filosofía es que cuanto mejores sean los bebedores, mejores serán los vinos. Como ejemplo vale la calidad competitiva de los vinos manchegos que, por supuesto, están bien representados, no por patrioterismo sino por estricta selección.
Hoy recomendarían, para sus clientes que miden precio y calidad: Enate fermentado en barrica, Guitián y Chivite 125 entre los blancos, y como tintos, Castaño Colección, la recóndita sorpresa de Negra, de Raventós. Y de la tierra, Don Pela.
Valentín Moreno e Hijos
C/ del Ferial 25-54 Guadalajara.
Tel 949 22 00 03.
E-mail: vmoreno@line-pro