- Redacción
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- 2002-11-01 00:00:00
El restaurante cambia la carta cinco veces al año, cuatro siguiendo el curso gastronómico de las estaciones y otra por San Fermín: faltaría más, estamos en el corazón de Pamplona. Los vinos, sin embargo, no tienen mas calendario que el capricho y la ocasión. Y allí están, tras los cristales, tentadores, esperando como el arpa de Bécquer, la mano de plata que sepa escanciarlos.
El sistema es original y eficaz. La enoteca, anexa al restaurante madre, se inauguró en el 95 como un espacio acogedor de picoteo y menú informal. Y el servicio/ autoservicio también lo es. No se presenta carta de vinos que recoja las cuatrocientas referencias que allí se pueden beber; basta con levantarse de la mesa y adentrarse en el sancta-sanctorum, tras los cristales, en la bodega climatizada y humectada, donde en nichos, altillos y mesas centrales se distribuyen las botellas. Cada una con su precio y bien documentada. Maite y Feli, que se encargan de la labor de sumilleres, la descorcharán, la catarán y la escanciarán en unas hermosas copas altas tipo borgoña.
La idea y la realización del local se sustentan en el ánimo contagioso del chef Fernando Flores, Feli Liberal en sala, y, en la dirección y en los vinos, Ángel Regueiro, un joven inquieto, escuchador, estudioso y amante del vino por talante personal y por vocación hostelera. Así descubrió que es preciso ampliar los placeres que el restaurante o el bar ofrecen a sus clientes, que no basta con una cocina cuidada sino que hay que completar la oferta con una espléndida bodega, con una didáctica carta de cigarros puros, con un surtido de buenos cafés.
La respuesta fue inmediata, y en sus mesas recalan conocedores y curiosos, que saben aquilatar el comedimiento de los precios y hacer honores a una colección de las cosechas del 94 y 95 que ya no se encuentran en el mercado. Un público de paladar nacionalista “ma non troppo” ya que, si bien los vinos navarros componen el grueso de la oferta y la demanda, aceptan de buen grado sugerencias y descubrimientos, incluso vinos extranjeros de alta alcurnia. Mouton Rothschild o Cheval Blanc o Château Brion 96 -los más caros, en torno a 50.000 pesetas la botella-, algún sauternes, champagnes, oportos, californianos y hasta la curiosidad de los sorprendentes vinos australianos.
Enoteca Enekane
C/ Yanguas y Miranda 21,
Pamplona (Navarra)
Telf. 948 23 73 48
Director: Ángel Regueiro