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Es su desbordante simpatía la que ha domado a los clientes más incrédulos y escépticos, aquellos que no entendían cómo una mujer estaba encargada del vino. Incluso recuerda una anécdota con cierta simpatía que le brindó un cliente: “Ya hasta en el vino mandan las mujeres”. Aunque es un comentario con aires machistas, reconoce que no ha tenido este inconveniente, su figura de sumiller es aplaudida y respetada por todos sus clientes.
Pero a base de simpatía está claro que no se convence. Se formó en Agrícolas y después en el curso de sumilleres de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid. Su primer y único trabajo fue en el Casino de Madrid, hace diez años. Su tiempo libre lo dedica a reciclarse, antes colaborando con la Guía Gourmets y ahora con el equipo de la revista Sobremesa, entre otros.
Su búsqueda vinícola para el restaurante se centra en la elegancia, con el obligado requisito de hacer disfrutar a sus clientes. La carta está elaborada con su criterio personal y las propuestas que le sugieren sus clientes.
Respecto al gusto dominante, admite que hoy es muy variado en zonas, estilos aunque asegura que si la hubiéramos preguntado hace unos años, la respuesta hubiese sido: Rioja. “El público, ahora, pide un estilo de vino, no una zona” aspecto que Mª José considera muy positivo. “Y, desde luego, cada vez crece más un tipo de público más inquieto, que quiere probar vinos originales, distintos, al margen de la zona o cualquier otro hándicap”. Considera Jerez la mejor zona de España, pero también apoya el Priorat, el Bierzo, el Levante o las garnachas de Aragón.
Clos erasmus 2004
Bodega Clos i Terrases.
D.O.Q. Priorat
“Garnacha, Carinyena y Cabernet Sauvignon. Me sorprende la potencia ante todo, así como su concentración frutal, de regaliz, especiados, ahumados... Muy mineral; la boca pide prudencia (hay que guardar), pero manifiesta magnífica acidez y tacto, así como su sello mineral nítido”.