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El arte de la etiqueta

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  • Redacción
  • 2017-05-05 09:43:15

El vino es una referencia cultural desde la más remota antigüedad, pero ¿cuál es el origen de las etiquetas en las botellas, cuyo diseño sigue siendo un arte?

F ue Howard Carter, posiblemente el arqueólogo más famoso de la historia tras descubrir en 1922 la tumba de Tutankamón, quien ese mismo año encontró la que para muchos es la etiqueta de vino más antigua del mundo mientras excavaba en el enterramiento del rey Tut. Se trata de una etiqueta del año 1532 a.C. en la que se hace referencia a la zona de cultivo, la fecha de la vendimia y el enólogo encargado de supervisar la misma. También Herodoto dejó escrito que en el siglo vi a.C. la dinastía persa de los Aqueménida registraba en sus botellas los datos de su procedencia.

En Europa, la referencia más antigua conocida es la del monje benedictino Dom Pierre Pérignon, que en el siglo xvii escribió a mano sobre un pergamino atado con un cordel al cuello de una botella las características del vino que contenía. Ya en el siglo xviii, el consumo empezó a generalizarse y en Burdeos comenzó a proliferar la fabricación de etiquetas diseñadas sobre piedra, a la que se aplicaba tinta para su impresión en papel. Y fue a partir de 1796 –con la llegada de la técnica de la litografía– cuando las etiquetas pudieron elaborarse de forma masiva.

Conforme la industria vitivinícola iba creciendo, las variedades de vino iban en aumento y su distribución crecía exponencialmente, por lo que la necesidad de etiquetar las botellas se hizo aún mayor. En el siglo xix, las alemanas eran ya impresas en rectángulos donde se especificaba, en letra gótica, el tipo de vino y, cada vez más, su nombre y año de cosecha. Los productores comprendieron que la etiqueta era una posibilidad más para ensalzar la bondad de sus vinos y fueron incluyendo en ellas las medallas y galardones que habían obtenido. También en el siglo xix, pero sobre todo a principios del xx, los vinos italianos comenzaron a mostrar en sus etiquetas escudos de armas, paisajes y retratos. La regulación en las etiquetas comenzó a hacerse coincidiendo con las legislaciones referentes a las denominaciones de origen, pero esto no impidió que se fueran convirtiendo en pequeñas obras de arte, muchas de ellas creadas por grandes artistas como las que conformaron la exposición que el MoMA de Nueva York dedicó en 1996 (el mismo año en que en Francia comenzaron a aparecer etiquetas con caracteres en braille) a la colección de la familia Vietti. De hecho, a lo largo del tiempo han sido muchos los artistas –algunos tan renombrados como Picasso, Dalí, Braque, Kandinsky, Chagall o Andy Warhol– que han diseñado etiquetas.

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