• Laura López Altares
• •
• 2022-01-26 00:00:00

El carismático presidente del Consejo Regulador del Cava y de la Barcelona Wine Week tiene predilección por los desafíos, alma de aventurero y las ideas de un visionario.

Ese cóctel explosivo que mezcla la adrenalina del reto y la calidez de los placeres pausados resulta irresistible para la estirpe de hombres y mujeres a la que pertenece Javier Pagés Font. Este hedonista convencido –"me gusta el disfrute" fue su simpática presentación y el preludio de una deliciosa charla– preside desde 2018 el C.R.D.O. Cava y también está al frente de la Barcelona Wine Week, uno de los eventos más revolucionarios del sector (su segunda edición se celebrará del 4 al 6 de abril después de retrasarse dos meses por la situación sanitaria): "Lo que pretende esta gran feria es revalorizar el mundo del vino español, mostrar nuestra atractiva diversidad", explica.
El inmenso desafío que supone gestionar esta fascinante experiencia sensorial y una de las denominaciones de origen más complejas de España –por su variedad de zonas de producción, con más de 38.000 hectáreas de viña– no intimida a Pagés; al contrario, es un combustible para su espíritu aventurero, que afronta cada cima –metafórica y literal– con una alegría inquebrantable: "Es verdad que los retos me atraen mucho, también en mi vida personal. Me gustan las aguas abiertas y la montaña me parece maravillosa: todo está en un estado puro, y te planteas esos retos personales con una gran ilusión, ¡cuando te empiezas a preparar te atreves con todo! Aunque hay un momento a medida que se acerca el desafío en el que empiezas a coger un miedo enorme: te cuestionas si te has puesto el reto demasiado alto, si vas a ser capaz, si estás preparado... Pero ya has llegado hasta aquí, y además no estás solo (lo haces siempre con otra gente y se crean complicidades y grandes amistades entre todos los que vamos hacia esos retos), así que sigues adelante. Es muy bonito hacerlo, y cuando lo has conseguido tienes un subidón de placer... aunque luego vuelves a bajar a la normalidad, claro [risas]".
Entre las cumbres que ha conquistado Javier Pagés se encuentra el espectacular Mont Blanc, pero las que ha coronado en su carrera profesional no se quedan atrás –lejos de alardear, las atesora como silentes victorias–: fue presidente de la OEMV y de la FEV de 2013 a 2015, vicepresidente de la OIVE y CEO del Grupo Codorníu 13 años. Como decimoséptima generación de la histórica saga familiar, Pagés nos cuenta que ha estado ligado al mundo del vino desde la cuna: "Me viene de familia, pero no como algo trazado o premeditado. Siempre me había rodeado, y en la vida a veces eres inconsciente de las cosas que van a tener importancia. Mi recorrido empezó sin saber que me iba a encantar, pero poder formar parte de este mundo es una suerte enorme. Desde el primer momento ya quedas enganchado, y yo soy un apasionado porque creo que hay un mundo de sabores, de conexión social, de placeres. A mí me gusta mucho la gente, y también va muy ligado a la tierra y la naturaleza, ¡no podría trabajar en un sitio mejor!".

Placer efervescente
Precisamente la D.O. Cava, con sus seductoras y crujientes burbujas, es una de las embajadoras más versátiles de los placeres gastronómicos de nuestro país (el cava muestra perfiles muy distintos en función de su lugar de procedencia y elaboración, por eso posee la asombrosa capacidad de armonizar con diferentes bocados y cocinas –desde unas ostras hasta unos tacos mexicanos–), y quizás por eso sea imbatible en el mercado internacional: "Las burbujas dan alegría: transforman tu estado de ánimo y te llevan a expandirte más socialmente, a compartir con los que están a tu lado. Como alguien lo describió muy bien alguna vez, 'el cava es un vino que tiene magia' y que llega realmente al corazón del consumidor. Da un gustazo enorme ver que tiene tanta aceptación a nivel mundial: es el vino más presente fuera de España, el que más se vende a nivel exportación, ¡y seguimos creciendo! Eso no quiere decir que no nos quede una labor enorme: siempre hay retos y trabajo por hacer", sostiene.
Uno de los desafíos más ambiciosos que ha afrontado como presidente del C.R.D.O. Cava ha sido promover una nueva normativa –el reglamento más exigente del mundo entre los espumosos de calidad con D.O. elaborados mediante el método tradicional– que impulsa el valor de los diversos orígenes del cava y apuesta por la producción ecológica: "Nosotros pertenecemos a España, al Mediterráneo: con nuestro clima, nuestra luz, nuestra lluvia, con todo lo que nos rodea. Y eso, sumado a la apuesta por el método de elaboración más cualitativo que existe, nos da una personalidad y un espumoso muy especial. Pero nos faltaba ahondar en los diferentes orígenes del cava, era algo que no habíamos desarrollado por diversas causas, pero que estaba latente. Ahora hemos creado esas subzonas y creo que es uno de los grandes pasos que hemos dado dentro de la D.O., un gran avance que será positivo para los consumidores", afirma optimista.
La forma de elaborar el cava, como destaca Pagés, también marca mucho su calidad y personalidad, con esas largas crianzas que tanta complejidad aportan: "Por eso hemos creado las categorías de Cava de Guarda –quiere decir que ha sido mimado y criado en la cava un mínimo de 9 meses– y Cava de Guarda Superior [requiere al menos el doble de tiempo, de 18 meses en adelante, uvas procedentes de viñedos 100% ecológicos de más de diez años y una producción limitada a 10.000 kilos de uva por hectárea; y se subdivide en Cava Reserva, Gran Reserva y de Paraje Calificado]. Además, hemos querido dar unos cuantos pasos más en nuestro compromiso para alcanzar la máxima calidad, por eso los cavas de Guarda Superior son también ecológicos. La sostenibilidad es la tierra, es todo lo que nos sigue enganchando: cuidar nuestra viña, nuestro paisaje, lo que somos".

Singularidades expuestas
Con su promesa de un verano invencible, la D.O. Cava se ha consolidado como una de las favoritas dentro y fuera de nuestras fronteras, pero España alberga una riqueza vitivinícola emocionante que, según Javier Pagés, todavía necesita darse a conocer con más ímpetu.
Esta es la razón de ser de la Barcelona Wine Week, que en su primera edición acogió a más de 15.000 visitantes y se ha convertido en uno de los mayores escaparates para mostrar el  extraordinario potencial de nuestro territorio: "Lo que intentamos es atraer a todas las denominaciones de origen de España y, aunque sabemos que es imposible, ¡tenemos más de 40! Esta feria es para la gente que trabaja en el sector: distribuidores, restauradores, periodistas, sumilleres... y también tiene una vocación muy internacional porque es ese escaparate para que todos los países vengan aquí y de una sola mirada encuentren lo mejor del vino español", dice su presidente.
La elección de Barcelona como punto de encuentro del sector no es en absoluto casual: "La hacemos allí porque tiene una historia ferial muy grande, este clima, denominaciones de origen cercanas, está al lado del Mediterráneo... es otro gran escaparate como ciudad, muy atractiva. Es una de las primeras ferias del vino que existen a nivel internacional, y es el momento ideal para llegar a acuerdos, para hacer negocio todos... ¡y que se nos conozca!", señala Javier Pagés.
Este amante de los retos nos confiesa que las ganas de volver a la arena después de aplazar tantos encuentros no se pueden medir: "Verse forma parte de nuestro mundo, el del vino, que requiere los cinco sentidos". Pronto.