Política sobre cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros, así como los datos de la conexión del usuario para identificarle. Estas cookies serán utilizadas con la finalidad de gestionar el portal, recabar información sobre la utilización del mismo, mejorar nuestros servicios y mostrarte publicidad personalizada relacionada con tus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos y el análisis de tu navegación (por ejemplo, páginas visitadas, consultas realizadas o links visitados).

Puedes configurar o rechazar la utilización de cookies haciendo click en "Configuración e información" o si deseas obtener información detallada sobre cómo utilizamos las cookies, o conocer cómo deshabilitarlas.

Configuración e información Ver Política de Cookies

Mi Vino

Vinos

CERRAR
  • FORMULARIO DE CONTACTO
  • OPUSWINE, S.L. es el responsable del tratamiento de sus datos con la finalidad de enviarles información comercial. No se cederán datos a terceros salvo obligación legal. Puede ejercer su derecho a acceder, rectificar y suprimir estos datos, así como ampliar información sobre otros derechos y protección de datos aquí.

Santi Rivas

0S1J4I8T5S9F9L6R4I5C6S7T0J6R3E.jpg
  • Laura S. Lara, Foto: Abel Valdenebro
  • 2023-09-29 00:00:00

Si el diccionario admitiera el concepto de 'enodivulgador', habría una foto de Santi Rivas al lado. La cara visible de Colectivo Decantado se encuentra en lo más alto de su carrera como comunicador, catador de vino y escritor. En su momento óptimo de consumo. Señoras y señores, ha nacido una 'wine star'.


Una servidora fue la primera que le propuso abrirle un club de fans a Santi Rivas. Por eso me permito empezar así esta entrevista. Porque, como el propio Rivas dice, "entre colegas no hay entrevistas, sino charlas". Fue antes de que acudiera a los salones rodeado de marieventos del vino, de que su nombre apareciera en las revistas de tendencias y su presencia ocupara todos los paneles de cata. Mucho antes de que escribiera el absoluto bestseller de la editorial Muddy Waters Books Deja todo o deja el vino. Cuando al líder de Colectivo Decantado solo le reconocían por la calle unas pocas frikis como yo y él aún luchaba por quitarse de encima el sambenito de teleñeco del vino, un mote acuñado por quienes no le conocían ni tenían ganas de hacerlo, y que Santi Rivas manejaba con verdadera maestría. Pocos años después de aquello, no solo he tenido que esperar mi turno para entrevistar a la wine star, sino que me ha resultado tremendamente difícil preguntarle algo que no le hayan preguntado ya.
La verdadera fama de Santi Rivas comenzó tras ganar varios concursos de cata a ciegas. "Hay dos saltos reputacionales en mi vida, el primero fue ser tercero en el concurso de Vila Viniteca y ganar el Campeonato de España, aunque esto sigue siendo un nicho pequeño; el segundo, por constancia y un poco por aburrimiento, fueron los directos que empecé a hacer en el confinamiento. Estuve tres meses conectándome a diario y raro era el día que no me escribiese sorprendido un sumiller o una bodega para decirme, básicamente: yo creía que eras subnormal y no lo eres". Desde entonces, ningún profesional del vino duda de su conocimiento. Aunque, como a toda estrella, haters no le faltan. "Me entero porque me lo dicen terceros, nadie ha tenido narices a venir a decirme nada a la cara, son todo perfiles anónimos. Si casi soy yo más hater de otros. Con la gente que me cae mal no paso ni cinco minutos".
Su primer libro (Rivas amenaza con nuevas entregas), Deja todo o deja el vino, es una suerte de camino del héroe. La historia de una persona que empezó a beber vino de manera consciente a los 16 años y que, gracias a la mentoría de un familiar, con las posibilidades que le daban la tecnología y su conocimiento, continuó expandiéndose hasta hallar en el vino una misión vital. "He encontrado el areté, que diría un griego, de querer divulgar el vino". Una etapa importante sucede en Francia en 2003, cuando nuestro protagonista tiene acceso a vinos que hoy en día son prohibitivos. Ahí empieza realmente su formación práctica. "Cuando volví a Madrid, me fui a vivir al lado de Lavinia, y eso me permitió seguir investigando. Después aparecieron las redes sociales y en 2008 comencé a divulgar en Facebook, pero hasta 2016 prácticamente no pasa nada". El primer ingreso que consigue por algo relacionado con el vino, recuerda, se produjo en 2018. Hasta ese momento Rivas se dedicaba, oficialmente, a las finanzas y, extraoficialmente, a revolucionar el sector con su particular manera de comunicar. "Independizarme del todo no ha ocurrido hasta 2022", asegura. Porque a él lo que de verdad le interesa del vino es la parte sociológica, detectar tendencias y conductas. Precisamente de la observación de un cambio de paradigma en el mundo del vino surge la idea de este libro. "El consumo se ha espectacularizado en los últimos años, la gente quiere decir cosas con su consumo, manifestar una parte de sí mismos, y esto genera comportamientos miméticos bastante curiosos", explica. "Por ejemplo, si yo hago una wine party en mi casa y todo el mundo tiene que traer una botella, esa persona sabe que la vamos a juzgar por lo que traiga. Y no se trata de apostar por lo más caro, sino por un vino de culto, porque hay vinos caros de los que nos reímos los iniciados. Otra cosa es que luego haya vinos que no son de culto y que debieran tener más reconocimiento. Es como las estrellas Michelin. ¿Los mejores restaurantes son los estrellados? Pues igual no, pero desde luego es una garantía de calidad".

Requisitos para ser un winelover
Pero, ¿qué es un vino de culto? "Pues ese a través del cual tú puedes expresar cosas más allá de un mero consumo", responde. Porque el vino tiene un poder evocador: "El vehículo socializador que es el vino es tremendo. También intelectual, a través del vino puedes hablar de muchas cosas". Ese fenómeno cultural global en torno al vino de culto al que se refiere Rivas hace que haya un importante grupo de personas que estén sosteniendo una industria: "La nuestra, que no la del vino", matiza. Una industria propia sostenida por el universo winelover. "Porque cuando un vino se vuelve de culto, lo normal es que se especule, se gentrifique su precio, porque hay mucha gente que lo quiere, pero vino hay el que hay". ¿Y qué debe tener un vino para ser de culto? "Hay una parte que es aleatoria, pero hay otras que ayudan: en primer lugar, que el vino esté bueno (no hay vino de culto malo), luego que sean producciones de cierta limitación o que esté hecho con variedades autóctonas. Hay que tener en cuenta que el consumidor iniciado está construido sobre unos prejuicios. Lo llaman sesgos cognitivos, pero son prejuicios", sentencia. De todo hay excepciones, continúa Santi Rivas. "Hay regiones que lo tienen más crudo, porque están casi invisibilizadas. Hay gente que lo hace muy bien pero también hay gente que cumple el vademécum del vino gentrificado o el vino que va a ser de culto y no lo consigue. Esto es lo bonito. El vino depende de seres humanos y los seres humanos son irracionales. Pero tienes mayores posibilidades de generar un vino de culto si pasas ciertos filtros del prejuicio del iniciado". Porque aquí también hay paradojas, como pasa con el precio: "El vino tiene que pasar de cierto precio para que el winelover se entere, hay quien no vende sus vinos porque son muy baratos".
"El winelover siempre se hace, y el caladero básico es la burguesía embrionaria occidental. Lo que yo llamo los aburridos". Según Rivas, en cada país hay el número de personas suficiente para sostener este mercado, mucha gente que tiene dinero para consumir etiquetas de tres cifras, porque no hace falta ser rico, sino tener mucho tiempo libre y pocos hobbies. "No es tan raro que una pareja gane cinco o seis mil euros entre los dos, hay mucho paro pero ese tejido también existe; tienen ese dinero, trabajan bajo presión y están aburridos, así que se lo gastan en socializar, en comer y beber bien. El caladero winelover no es esa mentira que cuentan las grandes superficies y los grupos bodegueros. La gente no se inicia en el vino tomando calimocho o bebiendo vino en lata, esa gente después no te pide Pinot Noir. Se inician por la curiosidad que les genera el poder acceder a grandes vinos, empezando poco a poco. ¿Para qué vas a beber un vino de tres pavos si te puedes pagar uno de 15? ¡Ya no digo de 50!". En el momento en que pruebas un vino de esta categoría, dice Rivas, "empieza lo que yo llamo la sangre vampira: ya la has probado y no hay vuelta atrás. Porque mejora tu vida, te lleva a lugares más divertidos que la vida que tenías".

Qué beben los que saben
"Nunca España ha hecho mejores vinos, lo que pasa es que seguimos estando muy lejos de otros países; de Francia sin duda, para mí estamos ahí con Italia. Aunque Italia tiene una viticultura de prestigio muy joven. Ahora estamos todos flipados con el Barolo, pero no lo quería nadie a principios de los setenta. Y la Toscana se tuvo que reconvertir con los Supertoscanos en los ochenta para que alguien se los bebiera. Nos hacen falta más vinos de prestigio, que más proyectos se asienten y abran. La brecha está hecha porque ya hay un consumidor que va a entender esto. Es cuestión de tiempo". Rivas destaca que por primera vez en este país hay terceras generaciones de familias bodegueras que empiezan a subir el precio de la uva para no venderla a terceros, que elaboran pensando en precios más elevados, con pretensiones. Algo que ya es sostenible. Según el experto, las regiones que mejor lo están haciendo en este sentido son Rioja y Galicia. "Nunca ha habido tanto número de bodegas que hacen vinos excelentes en estas zonas", defiende. Fuera de España, se decanta por Borgoña y Piamonte. "Estas regiones están muy descubiertas y los precios son prohibitivos, a mí me está llamando mucho la atención el fenómeno de la Pinot Noir de Alemania, la Blaufrankisch austriaca y la Gamay suiza, los tintos centroeuropeos. Y después Sudamérica: Chile y Argentina, también muy bien".
¿Hay un Santi Rivas más allá del personaje? "No, ese barco zarpó, yo no tengo vida ajena al vino, todas mis amistades son del sector, no hay una parte privada fuera de ahí, igual que no hay unas vacaciones ni nada de eso". Deja todo o deja el vino, de manera literal. "Pero soy muy feliz porque una de las cosas que afecta a la salud mental de la gente es pensar qué hago yo aquí. Una vez que lo tienes claro, te vuelves letal. Tu vida tiene sentido".

enoturismo


gente del vino