- Laura López Altares
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- 2024-06-03 00:00:00
El rigor, la constancia, la valentía y la curiosidad inagotable de la directora de I+D de Ramón Bilbao y Lalomba la han convertido en una de las enólogas con más proyección del momento... Tanta, que en unos días podría ser la próxima master of wine española.
La melodía festiva y vertiginosa de la vendimia dio la bienvenida al mundo a Rosana Lisa en un pequeño pueblo de la comarca de Los Monegros. Años después, el mismo día y a la misma hora, la historia se repetiría con su hija Lucía. Parece como si el vino hubiera estado escrito en sus estrellas, con esos aromas de la uva madura y plena, a punto de ser recogida, marcando los primeros aleteos.
La directora de I+D de Bodegas Ramón Bilbao y de Lalomba nos habla de esta curiosísima casualidad con una sonrisa que se adivina al otro lado del teléfono. Tenaz, alegre y muy inteligente, Rosana Lisa encadena retos enormes en su día a día y, de alguna forma, sus movimientos al frente de la innovación de Ramón Bilbao también la han convertido en punta de lanza nacional de uno de los sectores más complejos y efervescentes que existen. Afectado de lleno por el asfixiante contexto climático, se nutre del liderazgo valiente, certero y visionario de enólogas como Rosana: "El cambio climático nos ha llevado a buscar diferentes zonas, concretamente nosotros nos hemos enfocado muchísimo en la altura desde el año 2010 como una herramienta natural que tenemos para combatir lo que provoca. Y también a decidir los momentos de vendimia quizá un poquito más temprano para mantener ese frescor, y a utilizar nuevas herramientas de vinificación que permiten hacer vinos más frescos".
Aunque armada siempre de un rigor incontestable, Rosana tampoco se olvida de esa misteriosa energía que impregna el proceso de elaboración de un vino, y que en muchas ocasiones marca la diferencia entre tener alma o ser uno más: "Hay una conexión entre el vino y el enólogo: por supuesto, aplicas la tecnología y el conocimiento, pero cuando estás elaborando un vino hay una especie de conexión, un vínculo que permite que llegues a su máxima expresión. No es algo únicamente objetivo, hay un proceso de interacción que creo que es muy bonito y muy importante para poder hacer un vino sobre todo con alma. Si no conoces el viñedo, no puedes sacar lo mejor de él, como pasa con las personas".
Tejiendo destinos
Cuenta Rosana que el vino ha estado muy presente en todas las etapas de su vida, casi como un hilo invisible que ha ido conectando su destino al de las personas más importantes que la rodean. Y no solo al de su hija Lucía: a su marido –también enólogo– lo conoció entre apuntes de Enología y catas encadenadas: "Y entonces el mundo del vino de repente cobró mayor importancia". Aunque ese poderoso vínculo se remonta a su infancia en Huesca: "Mi familia tenía un viñedo para el consumo de casa y el momento de la vendimia era una fiesta, nos juntábamos todos a comer en el campo. Y siempre había tenido ese recuerdo guardado".
Después de licenciarse en Químicas en la Universidad de Zaragoza y de estudiar Enología en Logroño, Rosana volvió a su tierra, donde trabajó en diferentes proyectos: "Estuve en Calatayud, Cariñena y el sur de Navarra, y en 2011 me incorporé al Grupo Zamora. Mi primer rol fue la dirección técnica de la bodega de Palacio de la Vega, y ya en 2015 adquiero una posición más transversal para desarrollar la I+D en el área de vinos. Fue entonces cuando comenzamos a estudiar todo a nivel de viticultura –la microbiota, los tipos de suelo–, a conocer más nuestros viñedos y mejorar cada día. Lo que me une al grupo y lo que más me apasiona es esa curiosidad que compartimos, ese afán por aprender y mejorar todo lo que hacemos. En estos 13 años no ha habido dos iguales. Al ser un grupo grande y muy dinámico, tienes unas oportunidades de desarrollar, experimentar y probar cosas que en muy pocos sitios se tienen".
La curiosidad como brújula
Bodegas Ramón Bilbao, que en 2024 celebra su centenario, ha reivindicado precisamente ese deseo por seguir experimentando e impulsando la innovación desde su nuevo mensaje de marca: La curiosidad nos hace mejores. Un mensaje con el que Rosana se identifica plenamente y que los desafía y guía en la búsqueda de vinos casi eternos: "Gracias a la innovación y a la experimentación eres capaz de sacar nuevos productos y de mejorar lo que haces día a día, que es lo más importante para nosotros. De seleccionar mejor nuestros viñedos y la fecha de vendimia, hacer unas elaboraciones que expresen mejor la identidad de nuestros suelos y un proceso de crianza más adaptado a los vinos con una selección de barricas, e incluso a través del proceso del embotellado, con menos oxígeno. En definitiva, el objetivo es conseguir vinos más longevos".
Entre todos los proyectos en los que participa, la responsable de innovación confiesa que el más fascinante es Lalomba, del que también es directora: probablemente el lado más parcelario y poético del gran grupo, enfocado en la viña. "La elección del viñedo es el punto de partida para la elaboración, ya que son vinos parcelarios. Una vez lo tenemos bien definido y entendemos el potencial que tiene, damos a la bodega las herramientas adecuadas, adaptadas, como un traje a medida para que ese vino brille y hable por sí mismo. La bodega va a ser simplemente el paso, el viaje de transformar la uva en vino de la forma más respetuosa posible con las técnicas de elaboración, materiales, tiempos de afinamiento y de crianza adaptados a cada vino. Mi filosofía es ser lo más respetuosos posible con el viñedo".
También mira a la viña otro de los últimos proyectos de Ramón Bilbao: sus nuevos vinos Early Harvest, una edición limitada compuesta por un blanco de Verdejo (D.O.P. Rueda) y un rosado de Tempranillo Blanco y Garnacha (D.O.Ca. Rioja) que ha nacido con la intención de conectar con el publico más joven a través de "un sabor más vibrante perfecto para acompañar el aperitivo, el brunch o el tardeo", como resumen desde la bodega.
Para Rosana Lisa, se trata de una oportunidad muy especial para explorar los límites del viñedo: "Cada proyecto de Ramón Bilbao tiene sus retos. En este hemos adaptado las técnicas de manejo de la viña para vendimiar dos semanas antes y conseguir grados alcohólicos más bajos. Hace poco hicimos un proyecto muy bonito, cambiando las rutas de elaboración para que el vino fuera más resistente al gusto de luz. Y ahora estamos trabajando también en un proyecto de microbiología para conocer desde el viñedo hasta la etapa final qué microbiología tenemos: un actor muy importante a la hora de definir los aromas, las calidades y el potencial de longevidad de los vinos".
Abrir la mirada
Ese entusiasmo con el que habla Rosana de sus proyectos de innovación es el mismo que ha prendido la llama de su desafío personal más inminente: prepararse para el examen de Master of Wine. "El mundo del vino no se acaba, te atrapa y una vez entras te quedas para siempre. Creo que tiene algo de vocación y, cuando la tienes, despierta una pasión que no puedes controlar, siempre quieres saber y conocer más; de hecho, a mí me ha llevado a estudiar Master of Wine, que jamás lo hubiera pensado. El hueco suele ser de madrugada, un momento que me encanta porque es un tiempo que dedico para mí. Me gusta mucho aprender, conocer y tener una visión mucho más global y holística del mundo del vino, te da una riqueza increíble que a veces los enólogos no llegamos a desarrollar. Te abre mucho la mirada hacia todos los ángulos, variedades y zonas del mundo; pero también, a nivel de mercado, estilos, perfil de consumidores...", explica. Y viajamos juntas a esa Rioja diversa e infinita que tanto sigue sorprendiéndola, a la Galicia tinta "como una oportunidad del cambio climático" y a los secretos de una uva blanca inmortal: "Creo que la Albariño es la reina, la variedad estrella no solo en España, sino a nivel mundial. A nivel internacional me gustan mucho la Syrah de Ródano del Norte y el Riesling de Clare Valley de Australia, aunque allí tengo una mirada un poco especial porque estuve haciendo una vendimia".
Nos despedimos, cómo no, deseándole mucha suerte para la semana que viene: "¡Muchas gracias! La necesito toda (risas). Realmente es un examen de comunicación: el conocimiento lo tienes, pero el reto es expresarlo de forma que lo entienda el consumidor". Y, conociéndola, estamos convencidos de que será la próxima MW española.