- Redacción
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- 2010-02-01 00:00:00
El corcho cierra el 72% de las botellas de vino del mundo, una cifra que deja bien clara la confianza depositada por industria y consumidores en este material a pesar de la presencia en el mercado de otros sistemas de cierre, como los corchos sintéticos o el tapón de rosca. El corcho es la corteza del alcornoque, un árbol que se cultiva principalmente en España, Portugal, Argelia, Marruecos, Francia, Italia y Túnez, pero sobre todo en la península Ibérica. Por eso, los mayores productores de corcho del mundo son Portugal y España. El corcho es un producto natural, renovable y biodegradable, cuya producción no produce contaminación ni perjuicio ecológico, ya que se obtiene de la corteza del alcornoque, sin cortarlo, en un proceso que no es tan sencillo como muchos podríamos pensar. Para fabricar un corcho se necesita como mínimo medio siglo. Pasan 25 años hasta que se realiza la primera extracción (se despoja al alcornoque de su abrigo de corcho). Pero esta primera extracción -o saca- no sirve para fabricar cierres por no reunir la calidad deseada. Después, la ley española exige que pasen nueve años antes de realizar una segunda extracción, que tampoco reúne la calidad necesaria. Transcurren otros nueve años hasta que se efectúa la tercera saca, que es de la que sale el primer corcho tras un año de trabajos para depurarlo. El corcho mejora el vino Su uso como método de cierre bien puede deberse a que pocos materiales han demostrado tanta fiabilidad y resistencia a deteriorarse con el tiempo. Además, los últimos estudios inciden en la capacidad que tiene el corcho de interaccionar con el vino, a diferencia de los otros tipos de cierres presentes en el mercado. Se ha demostrado que contribuye a mejorar la maduración del vino, pues cede compuestos orgánicos volátiles, como la vanilina, que enriquecen el perfume y el sabor del vino. También pasan del corcho al vino los polifenoles -que son antioxidantes, ayudan a reducir el riesgo cardiovascular y retrasan algunas enfermedades degenerativas-. En cuanto a la opinión de los consumidores sobre los distintos métodos de cierre, sirvan como reflexión tres investigaciones -realizadas por la revista americana Wine Spectator, la asesora especializada en investigación vinícola Wine Intelligence y la Federation Française des Syndicats Liège-. Los datos revelaron que más del 80% de los encuestados designaban el corcho como el mejor material para garantizar la conservación y la calidad del vino.