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La pizarra en los terrenos ofrece numerosas ventajas. Por un lado ayuda a una mejor filtración del agua, aunque cuando la zona es muy soleada esta característica puede llegar a ser un problema. Su color, generalmente negro-azulado, capta y retiene los rayos del sol, propiciando una maduración más prolongada. En zonas calurosas, los viticultores tapan la pizarra en las horas más fuertes de sol. En España las mayores concentraciones de viñedo en terrenos pizarrosos se encuentran en Priorat, Bierzo y las proximidades del río Sil, en la Ribeira Sacra. También podemos encontrarlo en las cercanías de Cebreros, los Arribes del Duero, Málaga (concretamente la zona de la Axarquía), las zonas altas del Valle de Güimar (en la isla de Tenerife) y pequeños pagos de Calatayud y Empordá-Costa Brava.
En los vinos elaborados en estas zonas se aprecia un olor mineral quizás más difícil de captar y percibir por el aficionado, por no tenerlo registrado organolépticamente. Es un aroma similar al de una piedra lavada con agua fresca del río. Si aún así no lo reconoce, realice la siguiente prueba: sírvase una copa voluminosa de vino de 14% vol. (el alcohol potencia los aromas), y a continuación introduzca un pedazo de pizarra dentro. Agite la copa con cuidado y huela: eso es la mineralidad de la que hablamos.
¿Por qué emborrachan más las burbujas?
Si cree que los espumosos suben esa sensación antes que un vino, mire la etiqueta de ambos y se dará cuenta de que no puede ser cierto, porque los espumosos suelen tener menos grados. Entonces, ¿por qué tenemos esa sensación? El motivo se debe a la acumulación de gas carbónico, a la dilatación que provoca en el esfínter del intestino delgado. Cuando esto ocurre, el esfínter se abre antes de tiempo, y el espumoso entra en contacto con la sangre, agilizando nuestra sensación de aturdimiento.
¿Qué aromas básicos aporta la madera al vino?
El abanico posible es extensísimo, aunque pueden resumirse en los siguientes: almendras tostadas, caramelo, café, avellanas, vainilla, clavo, pólvora, sudor de caballo, nuez de coco y cedro. Si las duelas están muy tostadas aportarán al vino aromas torrefactos considerados como un defecto.