- Redacción
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- 2014-03-27 12:13:21
Capítulo 19: Los galos utilizaban barricas de madera para luchar contra los romanos, y los revolucionarios franceses construyeron con ellas sus barricadas. Además, estos recipientes también sirven para elaborar vino.
El término barrica es de origen occitano. En el año 51 de nuestra era, durante la batalla de Uxellodunum (en el actual departamento de Lot, en el suroeste de Francia), que marcaría el fin definitivo de la Guerra de las Galias, los sitiados llenaban toneles con azufre, brea y virutas de madera, les prendían fuego y los hacían rodar sobre los sitiadores. ¿Será la barrica de madera un invento celta? Un texto de Heródoto (484–425 a.C.) lo desmiente: según este escrito, el vino de dátiles se transportaba en barcas circulares de Armenia a Babilonia, en recipientes de madera de palma, lo cual convertiría a los armenios en los inventores de la barrica.
Lo cierto es que ya los antiguos galos eran unos auténticos maestros de la tonelería. La barrica pequeña servía para transportar cereales, cerveza de miel, mantequilla, arenques salados y otras delicias, se fabricaba con madera de castaño o abedul principalmente, aunque también con tilo, acacia o roble. Todavía no se empleaba para el vino, que se transportaba en ánforas o en botas. La barrica de madera, si bien era un recipiente multiusos ideal y perfectamente reciclable, al ser porosa permitía el paso del aire, que oxidaba el vino. Para la fermentación, los romanos empleaban recipientes de arcilla (dolia) de hasta 1.200 litros de capacidad.
Como muy tarde, desde principios de la Edad Media, la barrica de madera se convirtió en el recipiente exclusivo para el vino, y lo seguiría siendo durante varios siglos. Aún no se había inventado la botella y el corcho, y habían caído en desuso las ánforas taponadas. Cada pueblo tenía su tonelero y en las ciudades portuarias donde se comerciaba con vino había barrios enteros de toneleros, que alcanzaron prestigio y fortuna. El vino llegaba en barricas hasta el consumidor, que las pinchaba y las iba vaciando poco a poco; para el verano anterior a la nueva cosecha, como muy tarde, el vino se había avinagrado y todos esperaban ansiosamente la mercancía fresca. La barrica de vino se fabricaba casi exclusivamente de madera de roble. Como envase de un solo uso, casi siempre era nueva y confería al vino un agradable sabor a vainilla y humo. La homeopatía considera el roble (Quercus) un medio para combatir el alcoholismo: parece ser que el vino elaborado en barrica contiene su propio antídoto…
Desde la plenitud de la Edad Media se clasifican los barcos según su tonelaje. Y un tonel de 900 litros corresponde, al menos en Burdeos, a cuatro barricas de 225 litros; y cada barrica, a 300 botellas Fontignan de 0,75 litros. En Burdeos, aún hoy el precio del vino a granel se sigue fijando por tonel.
En respuesta a la constante subida del precio del pan y el aumento progresivo de los impuestos sobre el vino, unos contrabandistas de vino y revolucionarios prendieron fuego a las barreras aduaneras en París el 11 de julio de 1789 y construyeron barricadas con toneles vacíos. El consumo de vino de un hogar parisino entonces era de media barrica al mes, así que no había escasez de toneles vacíos.
El éxito de la barrica de madera continúa inquebrantado hasta principios del siglo XX, cuando empieza a considerarse anticuada y antihigiénica. Parte de la culpa de esa mala fama la tuvo que cada vez más vinicultores embotellaban en la propia bodega, reutilizando las barricas -a veces, durante décadas-. La barrica no verá un renacimiento hasta mediados de los ochenta. Desde entonces, la aromática de vainilla y humo se ha vuelto imprescindible para los paladares americanos, cuya educación se basa en el bourbon. Pero las modas son fugaces: el característico sabor de barrica ya está empezando a quedarse anticuado.
5 a.C.
En el libro 1, capítulo 194, de sus Historiae o Los nueve libros de historia, el sabio e historiador griego Heródoto describe el comercio de vino (de dátiles) de Armenia: “La carga generalmente consiste en recipientes de madera de palma llenos de vino”.
51 d.C.
En el libro 8, capítulo 43, de su De bello gallico o Guerra de las Galias, Julio César escribe: “En esta triste situación, los sitiados llenaban toneles de basura, brea y virutas de madera, les prendían fuego y los arrojaban sobre los sitiadores.”
1214
Los ciudadanos de Burdeos, que desde 1152 pertenecían a Inglaterra, lograron que el rey Juan sin Tierra aboliese todos los impuestos que gravaban la exportación de vino. El puerto de Burdeos se convirtió en el mayor puerto de exportación de vino del mundo. Los vinos se suministraban en barricas.
11 julio 1789
Después de que la policía descubriera a unos contrabandistas de vino, éstos, con el apoyo de algunos ciudadanos, furiosos por la subida del precio del pan y los impuestos sobre el vino, levantaron barricadas hechas con barricas vacías y ocuparon las barreras aduaneras, convirtiéndose así en el detonante de la Revolución Francesa. Tres días después se produjo el asalto a la Bastilla (prácticamente vacía). Unos años después, el Consejo revolucionario tomó este acontecimiento como fecha oficial del inicio de la Revolución Francesa, lo cual convierte a estos truhanes contrabandistas y sedientos ciudadanos en patriotas defensores de la libertad.
>> En el próximo capítulo:
Último capítulo de nuestra serie ‘Hitos de la historia del vino’