- Antonio Castillejo
- •
- 2018-02-06 13:25:01
Originarios de Mesopotamia, según la Biblia y las tradiciones hebraicas, los antiguos judíos eran nómadas que desde los tiempos de Abraham se asentaron en Canaán, donde se convirtieron en agricultores y, entre otros cultivos, cultivaron la vid.
E l propio Moisés quedó subyugado por Canaán, la tierra que daba leche, miel y racimos de uva tan grandes que eran necesarias dos personas para transportarlos. Y es que son ya más de 4.000 años lo que dura la relación del pueblo judío con el vino. De hecho, en la Biblia se habla de la vid como árbol de la vida y para el pueblo hebreo siempre fue símbolo de sabiduría y prosperidad.
Fruto de la vid, el vino es protagonista en numerosos pasajes de la Biblia hebraica, el Tanaj de los judíos y el Antiguo Testamento de los cristianos. El propio Talmud reconoce que “no hay alegría sin vino”. “De la sangre de la uva bebiste vino”, se lee en Deuteronomio 32:14. También aparece en el Cantar de los Cantares, en pasajes referentes a Acab, Nabot y, por supuesto, a Noé, de quien se explica en el Génesis 9:21 cómo al salir del Arca "plantó una viña. Un día, bebió vino y se embriagó, quedándose desnudo dentro de su carpa". Y no hay que olvidar que, sea o no por el consumo de vino, las Escrituras aseguran que Noé vivió hasta la edad de 950 años. Por cierto, que no es la de Noé la única borrachera del Antiguo Testamento, ahí está también la de Lot en Génesis 19:33: "Y dieron a beber vino a su padre aquella noche, y entró la mayor, y durmió con su padre; mas Lot no sintió cuándo se acostó ella, ni cuándo se levantó".
Pero el pueblo judío no puede beber cualquier vino, debe consumir únicamente vino kosher según las leyes del Kashrut recogidas en la Torá y que ordenan la dieta judía. El término kosher se traduce como apto o adecuado. Para ello, su elaboración debe estar controlada desde la vid hasta su embotellado por un rabino que supervisará también la limpieza de todos los materiales utilizados a lo largo de todo el proceso de elaboración. Además, las cepas utilizadas para el vino kosher deberán llevar plantadas más de cuatro años, sus racimos nunca podrán tocar la tierra, no habrá ningún otro cultivo cerca del viñedo, que además será orgánicamente abonado justo dos meses antes de vendimiar y deberá descansar cada siete años. En España elaboran vinos kosher bodegas como Celler Capçanes, Elvi Wines, Fernández de Arcaya, Freixenet, Nexus, Pinord, Ramón Bilbao, Saavedra o Tío Pepe.
Además, este vino está presente no solo en la vida cotidiana de los judíos, sino también en sus más importantes ceremonias y celebraciones, como el Shabat o el Pesaj, la Pascua judía que conmemora la liberación del pueblo hebreo de la dominación egipcia. Con tal motivo, en el Pesaj es necesario beber cuatro copas de vino para celebrar los cuatro grandes aciertos del pueblo de Israel durante sus años de esclavitud en Egipto: no variar sus nombres hebreos, continuar hablando en hebreo, no participar de las costumbres egipcias y seguir siendo fieles entre sí.