- Laura López Altares
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- 2018-02-27 13:41:00
La televisión nos ha descubierto una estirpe de mujeres fuertes y triunfadoras que aman el vino y exhiben su poder sin complejos. De la pionera Angela Channing a la implacable Cersei Lannister. Así son las reinas de copas más icónicas de la pequeña pantalla.
E l acto de blandir una copa de vino en la pequeña pantalla puede convertirse en un exquisito desafío. Especialmente si quien sostiene el cáliz es una mujer fuerte y ambiciosa. El reinado televisivo de los hombres poderosos con su sempiterna copa de whisky en la mano ha llegado a su fin: The times they are a-changin, que cantaría Dylan. Aunque lo cierto es que los tiempos ya empezaron a cambiar en los vertiginosos ochenta, década en la que irrumpió en escena la despiadada Angela Channing, emperatriz de Falcon Crest. La gran estratega de las viñas despertó el odio de toda una generación; pero su excepcional villana de mirada inquisidora y voz ronca sentó las bases de una estirpe de heroínas televisivas que conquistarían el mundo copa a copa.
Alicia Florrick, The Good Wife, es el ave fénix de nuestros días y digna heredera del empoderamiento vinícola de Channing. Una mujer capaz de reinventarse una y otra vez tras la humillación pública a la que la somete su mediático marido al comienzo de la serie. Lejos de hundirse, da una lección de dignidad y lanza al mundo un valioso mensaje: una mujer puede llegar exactamente donde se proponga con altas dosis de paciencia, sangre fría, determinación... y buen vino. “Que no es que necesite el vino, es que me gusta”, aduce la brillante abogada Florrick botella en mano. Y muchas espectadoras se reconocen inevitablemente en este complejo personaje cuando se sirven una copa al volver del trabajo. Aunque lo hagamos en cocinas de ocho metros cuadrados con una camiseta de andar por casa.
Sí, la sofisticada liturgia que rodea al vino en la pequeña pantalla dista bastante de la realidad cotidiana de la mayoría de mortales. No hay más que fijarse en Olivia Pope, la vinófila protagonista de Scandal. A la gladiadora especialista en resolver asuntos escandalosos también le gusta disfrutar de una copa de vino (caro, a poder ser) cuando regresa a su espectacular apartamento de Washington. Y lo hace enfundada en su icónica bata de seda. Pero a ella le perdonamos el exceso de perfección estilística. Incluso que no sepa coger bien la copa.
Porque "power is power", que diría Cersei Lannister. Y ellas sujetan sus copas con firmeza para mostrar su poder. Sin titubeos. No es casualidad que la leona más fiera de Juego de Tronos –adicta confesa al vino tinto– protagonizase una de las mejores secuencias televisivas de los últimos tiempos. Una soberbia melodía golpea al espectador mientras Cersei contempla cómo arden, a los lejos, sus enemigos. Victoriosa, se sirve la dulce copa de la venganza. Y acaricia mentalmente su corona. Largo sea su reinado. El de todas ellas.