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Hitos de la Historia del Vino. Capítulo 1. Las copas están llenas de mentiras

  • Redacción
  • 2012-03-01 09:00:00

CAPÍTULO 1: Mitos y leyendas, cálculos, comercio y exquisito deleite. Desde este número, les llevaremos de viaje a lo ancho y largo del eje del tiempo por los hitos más relevantes de la historia del vino.
Nuestro guía, Rolf Bichsel, les explicará el porqué y el cómo.



En primer lugar, destilemos claridad. Al principio no fue la palabra, sino el malentendido. La historia del vino no existe. Eso de la historia del vino es una construcción semántica, un neologismo que promete más de lo que puede cumplir. Aunque es cierto que hay historia e historias sobre el vino, no constituyen una Historia del Vino. Porque no hay historiadores del vino. Hugh Johnson no es un investigador, sino un autor con talento que deberíamos leer mucho más y con más frecuencia. Roger Dion y Marcel Lachiver, los dos corifeos más citados de la historiografía vinícola francesa, son reconocidos historiadores (¡no historiadores del vino!) que, como Johnson, han escrito obras de consulta ya clásicas sobre el vino y su historia. Todos ellos son representantes del siglo XX. Al igual que Columela, Plinio y Diodoro de Sicilia fueron historiadores de la Antigüedad que de vez en cuando dedicaron una o dos frases al tema del vino, frases que, comparadas con el total de su obra, no son más que una gota de agua sobre piedra caliente, tan recalentada que solo queda un poco de vapor. La primera enciclopedia universal del vino de la que tengo noticia, la Topografía de todas las regiones vinícolas conocidas, fue redactada en 1816 por André Jullien, comerciante en vinos y no geógrafo ni historiador.
No, la historia del vino es un invento de estos tiempos modernos y, en la mayoría de los casos, es perversamente utilizada para demostrar que A es mejor que B y que, por ello, A hace mejores vinos que B, para que A pueda vender sus vinos más caros que B. La historia del vino –con demasiada frecuencia– rima muy dolorosamente con el ripio del comercio. Pues el vino no necesariamente implica la verdad.
La historia es útil. Ayuda a comprender el presente e interpretar el futuro. Lo cual también es válido para la historia del vino y de los vinos. Pero la historia también se puede convertir en un misterio inescrutable que nubla la vista sobre la verdad. Se deja manipular, interpretar y reescribir, incluso retorcer torticeramente aún más que la Historia del Mundo, precisamente porque hay pocas fuentes fiables. El emperador Domiciano no restringió la vinicultura en las provincias para proteger los vinos italianos, sino más bien para evitar que los provincianos murieran de hambre. No fue Dom Pérignon el que inventó el champán, sino un físico inglés, ¡tres años antes de que el tan citado Dom siquiera llegara al convento! Burdeos no es la región vinícola más importante del mundo porque en sus alrededores se hallen los mejores suelos para la viticultura y el clima sea de lo más favorable, sino porque Burdeos es una zona portuaria que navegó bajo bandera inglesa durante 300 años.
La Historia no es una carta blanca para lograr el éxito. Si así fuera, hoy vinificaríamos vino de dátiles egipcios en lugar de Château Margaux. Numerosas regiones vinícolas históricas han desaparecido de la faz de la tierra. Otras aún están por surgir. No hace falta tener una larga historia para producir un gran vino. Lo que hoy se nos antoja revolucionario, mañana será... historia.


Posiblemente, el principio de la vinicultura. En Georgia quizá ya desde el año 7000 antes de Cristo
5000 a.C.

Los egipcios se fueron convirtiendo en especialistas de la vinificación y ya conocían diversos tipos de vinos, entre ellos también algunos no elaborados con uvas.
3000 a.C.


El emperador Domiciano prohíbe la plantación de viñedos nuevos en Italia, además de arrancar la mitad de los viñedos en las provincias romanas.
92 d.C.


El rey de Inglaterra Enrique II contrae matrimonio con Leonor de Aquitania. Así, durante 300 años, Burdeos se halla bajo domino británico y se convierte en el mayor productor de vino de su tiempo.
1154


El físico inglés Christopher Merret (1614–1695) documenta en ocho páginas dirigidas a la Royal Society cómo lograr vino espumoso a partir del vino de Champagne seco.
1662


El comerciante de vinos André Jullien publica su Topographie de tous les vignobles connus (Topografía de todos los viñedos conocidos), una obra de consulta obligatoria en la que describe detalladamente todas las regiones vinícolas conocidas entonces.
1816

>> ¿Todo claro? ¡Pues salgamos de viaje!
La primera parada, en el próximo número:
Desde Domiciano hasta Bruselas, o por qué las prohibiciones de plantas se mantienen durante largo tiempo y, sin embargo, no se respetan.

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