• Redacción
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• 2005-02-01 00:00:00

La primera elaboración que estrena Ada es resultado de un proyecto moderno y unas garnachas centenarias. Su ideólogo, Roberto Flamarique, se ha rodeado de un equipo entusiasta, y derrocha amor a las raíces y buen gusto. Cómo nace una bodega? Quedaría bonito decir que las respuestas son tan múltiples como bodegas, pero no es así. De hecho, en los últimos tiempos, simplemente suelen ser hijas de inversores. Por sorprendente que parezca, el caso más infrecuente es éste, el que ha gestado Ada. Un concienzudo viticultor navarro, Ricardo Flamarique, va repuliendo sus viñas heredadas, reduciendo la producción, podando sin piedad y mejorando su vendimia hasta la excelencia, tal como la información que baraja, su buen criterio y su visión de futuro le indican. Ha oído, ha leído que cada vez más bodegas premian esa calidad. Sin embargo, un año, porque sobra uva en las bodegas y el precio cae, otro, porque escasea y la pagan a lo que se pida, el caso es que no ve recompensado su esfuerzo ni ve apreciada en lo que vale su producción. Y decide tirar por la calle de enmedio y elaborar él mismo sus uvas. Fue el principio de una compleja urdimbre, primero amalgamar un grupo de empresarios navarros, apasionados del vino y de su tierra. Al mismo tiempo, ya que para el proyecto no bastaba la uva propia, durante varios años han estudiado exhaustivamente todas las zonas vitícolas diferenciadas de Navarra en busca de la mejor calidad dentro de la Denominación de Origen. En Serga encontraron inmejorable suelo y clima, y viñedos considerados como las mejores Garnachas de Navarra.Y una bodeguita, base de la primera elaboración de Finca Zubastía. Luis Carlos de la Calle, con amplia experiencia en elaboraciones en Chile, en Altos de Luzón y finalmente en Abadía Retuerta, en la Ribera del Duero, ha asumido el apasionante reto del proyecto de Bodega Finca Zubastía, supervisando los trabajos de investigación, junto a David Alonso, del campo con Bea Fernández, y la elaboración de un único vino: Ada. Conjunción de inteligencias Serga, en una ladera bajo un penacho de molinos eólicos, a un lado la Valdorba, al otro Val de Aibar, a 600 metros, es una villa monográficamente vitivinícola. Ignacio Iriarte, elegante incluso con su mono azul, es alcalde de 82 vecinos, como él viticultores con mucha experiencia, que ahora cuentan con apoyo enológico, de investigación y control diario desde el campo hasta la botella. Así nació Ada, de 40 has. en propiedad -14 de Merlot, 18 de Cabernet Sauvignon, 5 de Tempranillo- y además, controladas, 46 has. de Garnacha en 100 parcelas de más de 60 años, algunas con más de 120 años, salvadas de la filoxera. En la bodega de Serga se ha elaborado la primera cosecha, la del 2003. A finales de abril se hizo el primer embotellado de este primer vino, del que en total habrá 270.000 botellas. Este primer vino está elaborado a base de Garnacha procedente de viñedos viejos, Merlot, Tempranillo y Cabernet. Su concentración, complejidad y aromas, combinados con una suavidad en boca, y un ligero toque de paso por barrica, sorprenden dentro de la oferta de vinos de calidad y más aún dentro de la oferta de vinos de Navarra, gracias a su excelente relación calidad-precio, en torno a 5 euros. Vino pensado para acompañar los platos, para disfrute de cuerpo y mente. Con un complejo aroma de tonos minerales y metálicos, de fruta madura casi compotada y un paso de boca goloso y delicado que invita a seguir bebiendo. A partir de la cosecha 2004, Bodega Finca Zubastía producirá también dos vinos más: un rosado original, fresco, afrutado, concentrado y sin barrica, y posiblemente un blanco de alto nivel, con 80.000 botellas de cada uno de ellos. La máxima producción que aspira elaborar alcanzará las 600.000 botellas en 2005. Para ello crece junto a la bodega tradicional de la villa que se reserva para elaboración, una nueva edificación, generosa en espacio, inteligente en dotación, distribuida entre nave de maloláctica, de barricas, y confortable zona social y de cata. Como muestra del respeto al entorno, al encanto del pueblecito, ya se ha cubierto la primera con púdica teja vieja, para que no desentone. La piedra, la caliza amarillenta en los muros es el siguiente e inmediato paso. Esa misma piedra que nutre, avara, las viñas, y que discreta y deslumbrante, aparece en la copa. Finca Zubastía C/ Extramuros s/n 31493 Lerga (Navarra) Tel. 948 19 97 33 E-mail: r.flamarique@basanda.es