- Redacción
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- 2009-05-01 00:00:00
La naturaleza es una espléndida dehesa mediterránea poblada de encinas y aromas. La viña es el ingenio de Richard Smart traducido en cuatro variedades, y el vino lleva el sello de Miguel Ángel de Gregorio. María Marsans se ha hecho cargo de la caprichosa joya con el mismo entusiasmo y placer que motivaron a su marido, el fundador, José María Entrecanales. Todo fue cuidado al detalle y a capricho. Se bautizó como uno de los arboles favoritos de José María Entrecanales, el mirto, que los árabes llaman al-rayan, el aromático; se plantó con las variedades idóneas, se acunó en perfectos robles y se vistió con esa cabeza inconfundible, orlada de uvas, con la que el pintor Eduardo Arroyo ha personalizado la bodega. Así, desde la primera añada, la de 2003, el Arrayán, adscrito a la D.O. Méntrida, nacido en tierras de Toledo, en el horizonte de la Sierra de Gredos, deslumbra a los prescriptores de vino y sorprende a los conocedores. Nace en la finca La Verdosa, 12.000 hectáreas del encinar mas grande de Europa, regado por el río Alberche en Santa Cruz de Retamar. Desde hace más de 20 años y hasta que murió este verano, era el refugio familiar, la escapada, el paisaje amable y amado de Entrecanales, el creador de Acciona, magnate de la construcción y obras públicas. El portón anuncia El Alamín, la histórica finca original que fuera del Marqués de Comillas, hoy dividida en otras seis inmensas. Conserva intacto el carácter de finca rústica y de caza que esta larga primavera salpica a la vez de nevada jara, cantueso explosivo y retama brillante como fuegos artificiales, y puebla de sordas carreras de los gamos, de ojos tímidos de los cervatillos. Una bodega a medida Una doble flecha separa el camino a la casa y a la bodega, pero desde que María Marsans ha tomado las riendas de la heredad de su marido, no resiste la tentación de pasar antes por la viña y admirar la prisa floreciente de la Merlot, o de abrir las puertas de la restaurada Casa de las Cuatro Rayas y aspirar el aroma del Arrayán Premium que duerme en las barricas. Álvaro García de Oteiza hizo realidad el capricho del fundador en busca de un vino original y de calidad, que ya venía gestando con la compra de Hijos de Antonio Barceló. En 1999 pusieron el terreno en manos del ingenio del australiano Richard Smart, que realizó un exhaustivo estudio del relieve, el suelo, el clima, las exposiciones y orientaciones más favorables, y decidió plantar cuatro variedades pioneras en la zona -Syrah, Petit Verdot, Cabernet Sauvignon y Merlot- que hoy cubren 24 hectáreas, dejando además intacta la naturaleza del bosque autóctono de encinas que rodea e incluso salpica el viñedo. Las elabora la experiencia de Miguel Ángel de Gregorio, que ya en 2002, con cepas de año y medio, empezó a cosechar premio incluso con las variedades más complicadas, como la Petit Verdot, que da un vino redondo, complejo y con largo futuro. La espléndida realidad El tándem que Benjamín completa en el día a día como bodeguero se ha revelado perfecto. La plantación se realizó en espaldera con poda en Smart-Dyson, un sistema con dos cepas unidas, de modo que al competir hunden las raíces en un suelo muy profundo, bien drenado, arenoso. Crecen de forma ecológica, sin abonos o desherbantes químicos, y la producción se controla con rigor y poda dura. La vendimia se realiza de forma manual, en cajas de 20 kg, que son conducidas a la bodega, donde los racimos después de pasar por la mesa de selección son despalillados y vinificados en pequeños depósitos de acero inoxidable de entre 3.000 y 50.00 litros, y se crían en roble de diferente procedencia y tueste, en barricas firmadas por las mejores tonelerías francesas. María conocía a fondo este mundo recóndito, pero es ahora cuando se enfrenta con el otro lado, el del comercio, el público, la crítica, y lo hace con un delicioso equilibrio de inteligencia, sensualidad y talante de perfecta anfitriona, es decir, las tres patas que definen al propio vino. Y con valor. Por ejemplo, el sorprendente acierto de combinar espárragos con el frutal Rosado 2008, elaborado con las cuatro uvas que se embotellan como monovarietales y que aquí deslumbran con un brillante color fresa, aroma de bayas maduras y largos recuerdos de cítricos y perfumadas frutas tropicales. Un deliciosa novedad. ArrayÁn Finca La Verdosa 45513 Santa Cruz de Retamar (Toledo) Tel. 91 663 31 31 / Fax: 91 663 27 96 www.arrayan.es