- Redacción
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- 2009-03-01 00:00:00
C orona la Milla de Oro de Ribera del Duero, justo en el epicentro de ese controvertido camino que flanquea el río hacia Valladolid y que amenaza con transformarse en autovía y llevarse por delante algunas de las mejores cepas de este país. El tótem de pulido acero de la firma refleja el cielo deslumbrante de Valladolid, la viña mimada y, en la cumbre, el integrado y discreto complejo de la bodega Viña Mayor. Integrado, de modo que parece haber estado allí desde siempre, como si formara parte del paisaje. Discreto, porque sobre el suelo apenas aflora una mínima parte de lo que encierra, de las naves subterráneas donde la tierra profunda y oscura es la mejor aliada para la climatización y donde los corredores, la ruta que sigue el proceso del vino, se convierten en un dédalo donde el espacio y la luz juegan al escondite con los sentidos. Viña Mayor es una de las cinco bodegas que componen el grupo Hijos de Antonio Barceló, ubicadas en Rioja, Ribera, Toro, Rueda... Y actualmente convertida en la imagen pública y emblemática de su forma de entender el enoturismo, más allá de la mesa o el alojamiento. Y el vino se hizo arte Lo primero fue el vino. Preparar y ver crecer un viñedo primoroso en una atalaya que contempla los chopos de la orilla del Duero pero que, por altura, pendiente y distancia, sufre el estrés hídrico justo y medido para concentrar las mejores propiedades de la Tinta Fina, la tempranillo de la Ribera. En 1986 se inauguró la primera nave de elaboración, con eficaces depósitos de distinta capacidad, incluso liliputienses, para experimentar con las diferencias de la uva de un pequeño rodal especialmente soleado o con un suelo peculiar. Experiencias que gestan a veces la producción exclusiva, los vinos top más limitados o irrepetibles. En el año 2000, la excavadora dio por concluida bajo el cerro una nueva sala de guarda a medida que crecían las barricas y se apilaban los botelleros. Y a la vez vieron también cómo aumentaban las visitas, junto con las exigencias para certificaciones de calidad, sobre todo las de algunos de los 25 países a los que exportan, de modo que a la eficacia de hacer buenos vinos se sumó el lujo de lucirlos. El camino secreto No hizo falta decoración ni ornato: el espacio, las barricas, las botellas... son el mejor adorno de una bodega. El ingenio y la magia de los encargados de ponerlas en valor consistió apenas en enfocarlas, en iluminarlas. Y así la visita, con Juan Fernández de Navarrete como guía, es tan sorprendente como el camino de baldosas amarillas de la tierra de Oz. Las baldosas tienen aquí los tonos del vino tinto y los techos son tan variados y mudables que cabe todo, la historia, la leyenda, la mitíca, el arte del vino. Y todos sus secretos. De ahí el nombre de su más reciente elaboracion, las dos líneas de Secreto, el Reserva y el moderno Roble. José Nuño, el enólogo, es el primer paladín de estas innovaciones y transmite con pasión su trabajo en la clara sala de cata. Es notable el contraste entre la línea clásica Viña Mayor y la nueva Secreto. Tienen en común siempre la elegante presencia del roble francés o americano -uno más rápido e incisivo, el otro más lento y profundo- que deja en los reservas un largo recuerdo de tostados amables, de golosos tofes, mientras en los más jovenes, el Crianza 2005 Viña Mayor o el Secreto Roble con menos de un año de barrica, pervive e incluso domina la fruta madura, la uva potente y viva o apenas compotada y en la nariz todas las sugerencias de ese campo que se asoma a las cristaleras, del sobrio monte bajo castellano, los hinojos, los tomillos. Ése es el Secreto en la copa. El otro podemos visitarlo diariamente a las 10:00, 13:00 y a las 16:30, o cuando convenga al caminante, sin más que llamar. Ante todo, anfitriones. En Viña Mayor, la ruta que sigue el proceso del vino se convierte en un dédalo donde el espacio y la luz juegan al escondite con los sentidos. Y allí nace Secreto Roble, un vino con menos de un año en barrica en el que pervive e incluso domina la fruta madura, la uva potente y viva o apenas compotada, y en la nariz todas las sugerencias de ese campo que se asoma a las cristaleras. Bodegas y Viñedos viña Mayor Ctra. Valladolid-Soria, Km 325,6 4735o Quintanilla de Onésimo (Valladolid) Tel. 983 680 461 Visitas. 650 451 733 www.habarcelo.es