- Redacción
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- 2008-12-01 00:00:00
La situación es un privilegio. A los pies del castillo de Peñafiel, la histórica bodega Protos extendió sus calados a lo largo de 2 kilómetros para acunar sus vinos. Ahora el roble francés viste las salas de una obra espectacular que en primavera abrirá sus puertas al enoturismo. Entre los muchos hitos que jalonan los más de 80 años de vida de Protos, la vendimia de 2008 se escribirá con letras de oro. Es la primera que ha llegado a la nueva sede, al magnífico edificio que a lo largo de tres largos años ha crecido a los pies del castillo de Peñafiel, soberbia continuidad de los dos kilómetros de calados de la bodega histórica, donde hasta ahora reposaban sus vinos. La inauguración oficial está prevista para la próxima primavera, pero el ensayo general ya se ha realizado con éxito, la fachada lateral se alzó como una gigantesca visera para recibir la uva, los depositos que llaman campechanamente “arañas” la seleccionaron con una vanguardista técnica de infrarrojos a la que no se le escapa el mínimo defecto de un grano, y ya los flamantes tinos troncocónicos de acero han concluido su labor de fermentación y acunan el vino nuevo. Se abre el telón El espacio diáfano y luminoso de dos plantas de 12.000 metros va cobrando vida, ya hay alguna botella en el frigorífico de la cocina que servirá de apoyo al catering en recepciones previstas hasta para 400 asistentes, ya están en su sitio las cabinas de blanco purísimo de la sala de cata y los albos sillones donde los catadores, al concluir, comentarán los vinos. Ya está en su puesto, en cristalinos despachos, el equipo ejecutivo, con el añadido de un flamante director general, Antonio Obieta, que viene a redondear el organigrama histórico de la Junta presidida por Miguel Ángel Carrascal. A ellos se debe el impulso de esta ingente innovación. A su osadía, digna continuadora de la que derrocharon los fundadores. Aquéllos, con las limitaciones de 1927, crearon la primera gran bodega de la región. De ahí su nombre, Protos -la primera, en griego-. Y su acierto al bautizar el vino, premiado ya en la exposicion de París de 1929, como Ribera del Duero, nombre que cedieron en los años ochenta a la recién creada Denominacion de Origen. Los actuales sucesores emprendieron el proyecto de renovación con una generosa inversión que se cifra en 36 millonos de euros. Para darle forma eligieron al estudio de arquitectura del prestigioso Richard Rogers y el resultado es tan impactante como respetuoso con la filosofía de la bodega. No se trataba de crecer, eso vienen haciéndolo en sucesivas ampliaciones y adquisiciones con una vitalidad ejemplar, sino de cincelar un joyero para el prestigio de la marca y un acomodo donde hacer brillar la máxima calidad, donde gestar con los medios más eficaces e ingeniosos los proyectos de vinos de alta gama. Tentación para enoturismo Todo está dispuesto. El edificio, al pie de la colina del castillo, es un caparazón coronado por cinco bóvedas de tono rojizo que evocan el color de las tejas y de la tierra. La semiplanta superior acoge la sala de recepción que, para recibir la vendimia, se abre completamente al nivel por el que entra la uva. Abajo, a un lado, tras las cristaleras, los depósitos de elaboración y guarda, y al otro, los despachos y la refulgente zona de trabajo. Una escalera central es el nexo de todo el edificio y conduce al piso inferior, la zona social, de cata, de presentaciones y de atencion al enoturismo que sin duda será ingente y constante, puesto que ya se acumulan las solicitudes. Las salas se abren aquí a un patio interior, recoleto, zen, sin más ornato que el rumor de una cascada. Y ya en las profundidades, a 15 metros bajo el ras, se apilan las barricas y duermen las botellas junto al museo, que está en pleno montaje. Todo es hormigón y cristal, en un juego luminoso y refinado, tanto que incluso el tacto del cemento se vuelve sedoso al haber empleado planchas únicas, diseñadas exclusivamente para esta obra. Elegancia y delicadeza que remedan las de los vinos, el alegre Protos Rosado o los rotundo tintos, desde Roble al Gran Reserva o al Selección. Historia viva para que viva el vino. Bodegas Protos C/ Bodegas Protos 24-28 47300 Peñafiel (Valladolid) Tel. 983 87 80 11 / Fax. 983 87 80 12 E-mail: bodega@bodegasprotos.com www.bodegasprotos.com