- Redacción
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- 2007-11-01 00:00:00
Muga, en el Barrio de la Estación de Haro, está abierta a los visitantes para lucir su calidad y sus peculiaridades, la tonelería en la que vemos a Isaac Muga o la clarificación con huevo natural. Podría parecer que en La Rioja vitivinícola, de tan larga tradición, ya está todo hecho, que no hay cabida para la originalidad. Pero los Muga han afianzado su imagen, tan distinta y distinguida, precisamente gracias a eso, a la continuidad, eso sí, basada en el análisis puntilloso de una forma histórica de hacer vino. Con una acertada visión, precursora de la moda del enoturismo, su bodega siempre está abierta, con un amplio horario de visitas guiadas. Es la ocasión para comprobar que Muga no se parece a las bodegas al uso, y ni siquiera a muchas vecinas del aristocrático Barrio de La Estación de Haro, el corazón vinícola de la Rioja Alta. En el patio hay madera apilada secándose, en las naves, sierras, punzones, aros de hierro, tiras de enea, capazos con huevos... Tinos de madera para fermentar El hermoso caserón de piedra se construyó en el XIX y fue uno de los últimos caprichos del patriarca, el abuelo Isaac. Desde los años 30, sus hijos afianzan el prestigio de la firma y se enfrentan con la responsabilidad de una arriesgada decisión. Llegaban aires de cambio, descubrimientos, desarrollo tecnológico y la fascinación por el aséptico acero, por el automático control de temperatura, por los filtros cada vez más sofisticados... y ellos resistieron la tentación. Así, sus vinos siguen fermentando en los tinos de madera, remontados a mano, clarificados con clara de huevo, decantados por gravedad, y bien trasegados antes del dulce y largo sueño en las barricas que construyen, igual que los tinos, en su propia tonelería, como toda la vida. No en vano heredaron el conocimiento de dos ramas de larga tradición vinícola, la de Jorge Caño, de Haro, y la de Antonio y Baltasar Muga, de Villalba de Rioja, que ya en 1877 recibieron en la Exposición de Madrid una mención especial en Viticultura. La joven generación de los Muga se ha preparado a conciencia para estar a esa altura antes de asumir responsabilidades en la bodega familiar. Son hermanos y primos, cada cual con su especialidad, como Jorge, el enólogo, que estudió en Canadá, se especializó en Rioja y practicó en pagos tan exóticos como son las bodegas sudafricanas. Y lo sorprendente es que ese apabullante bagaje de técnica a la última se aplica a una bodega “a la antigua” y a unos vinos de vocación clásica, a contracorriente. De la uva sale el vino Por ejemplo, aunque ahora parece evidente, fueron de los primeros en darse cuenta de detalles como que los tinos de madera son una cuna incomparable para la fermentación, o de que el buen vino sale de la uva, y que la viña propia, cuidada por su mano, garantizaba la mejor selección. Sus viñedos están enclavados en las faldas de los Montes Obarenes, la Rioja más norteña. Los suelos, arcilloso-calcáreos, tienen una personalidad muy definida, algo muy importante, pues los vinos de Muga están elaborados predominantemente con Tempranillo, una de las variedades que mejor reflejan el carácter del terruño. La combinación con su Mazuelo, Graciano y Garnacha aporta equilibrio, perfección. El clima de la zona es idóneo para la uva, porque obliga a un ciclo vegetativo largo, en el que el fruto tiene una maduración prolongada y compleja, que es la clave del potencial de calidad de esta zona. Vinos con nombre Aro es la joya de la casa. Elaborado a partir de una selección planta por planta de viñedos de más de 60 años, fermenta en depósitos de roble y se descuba en barricas nuevas donde finaliza la fermentación. La crianza se prolonga 18 meses en roble nuevo francés, del bosque Tronçais, de grano excepcionalmente fino, de modo que en el paladar, la potencia frutal y la sensación del tacto envuelven la madera que solo aparece en el largo recuerdo. Los clásicos Reserva, Prado Enea y el excelso Torre Muga, que evoca la torre que caracteriza a la bodega, son vinos de larga fermentación y crianza en madera, que se clarifican levemente con albúmina, con huevo natural, como hace siglos, cuando en las regiones vinateras las monjas acuñaron una exquisita dulcería basada en las yemas que sobraban en las bodegas. Aquí el pasado se hace vanguardia. Bodegas Muga Barrio de la Estación, s/n 26200 Haro (La Rioja) Tel. 941 311 825 Fax 941 312 867 info@bodegasmuga.com www.bodegasmuga.es