- Redacción
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- 1997-11-01 00:00:00
Fué en los años setenta la bodega más representativa de los nuevos aires de renovación que comenzaban a soplar en Rioja. Hoy puede alardear de encontrarse de nuevo en cabeza de los vinos más actuales y prestigiosos
Fue la revelación en los años 70, cuando el panorama vitivinícola riojano permanecía adormecido en una peligrosa autocomplacencia. Bodegas Lan, creada en 1972 por un grupo de inversores vascos amantes del buen Rioja, supuso un golpe de aire fresco, de espíritu innovador, de concepción moderna y audacia comercial. Sus vinos, que se sitúan, en apenas un lustro, entre los mejores de la zona, convierten a Lan en una de las empresas vinícolas punteras, abanderada de la renovación enológica que se extendería luego por toda La Rioja.
Instalaciones de Vanguardia
Pero la bodega se verá sometida a los vaivenes empresariales de la época, pasando sucesivamente a manos de Rumasa primero, y del empresario Marcos Eguizábal después, para terminar en el Grupo Cegasa, liderado por Juan Celaya, que ha apostado decididamente por su completa recuperación. Un desafío que, tras varios años de esfuerzo y fuertes inversiones, ha culminado con éxito.
Antes, hubo que soportar una dura travesía del desierto, durante la cual la eficaz Dirección General de Javier Echarri ha desempeñado un papel fundamental. El visitante que hoy recorre las instalaciones de Lan parece sumergido en un túnel del tiempo que le transporta tanto a la época de la fundación de la bodega como al inmediato futuro: el aire, perfumado de intenso aroma a madera nueva, vainilla y fruta roja, impregna la amplia nave de crianza con más de 12.000 barricas de roble americano y francés; la extraordinaria pulcritud del edificio, sin el menor atisbo de suciedad ni olores extraños, se refleja en el brillo acerado de los modernísimos depósitos de fermentación autovaciantes, con control de temperatura; el apego a la técnica más avanzada se ejemplariza en la informatización de todas la actividades, que, controladas por un ordenador central, permite al enólogo Víctor Leiva desarrollar una eficaz labor de vigilancia y control; la penumbra y el silencio convierten el impresionante botellero donde se afinan más de un millón y medio de botellas en un santuario que infunde admiración y respeto; en fin, el riguroso concepto comercial y de defensa del consumidor ha llevado a Bodegas Lan a extremar los detalles, hasta el punto de indicar en su contraetiqueta la evolución de cada vino, en un riguroso gráfico.
El resultado supera todas las expectativas. Y hoy, los vinos de Bodegas Lan no sólo han recuperado el prestigio perdido sino que superan en calidad e imagen a aquellos vinos fundacionales.
Las bases de la calidad
Para Javier Echarri la fórmula del éxito y el secreto de la calidad se encuentra en la ecuación uvas-acero-madera. Consciente de que la base de todo vino de calidad es una buena uva, extrema su política de compras, sin regatear precio, hasta el punto de llevar un control exhaustivo de las distintas zonas y viticultores que proveerán a la bodega, ya que las 70 hectáreas de viñedos propios de El Cortijo, con plantaciones de un extraordinario Tempranillo, junto a parcelas de Mazuela y algo de Graciano, situados en el término de Viña Lanciano (Rioja Alavesa), se dedican exclusivamente a Grandes Reservas. Gracias a esta política de compras, hoy Bodegas Lan puede jactarse de poseer uno de los stocks de vino mejores de Rioja, con soberbias Crianza, Reservas y Grandes Reservas, de los años 94, 95 y 96. Tintos que se caracterizan por su color rojo picota, bien cubierto, en la línea más actual; el aroma fresco, reconfortante, con la clara presencia de frutillos de zarza en un marco de madera muy ajustada que aporta sutiles brillos de especias. Potentes, suaves y sabrosos, dejan un entrañable final de boca a regaliz.
Completan la línea de productos un rosado, muy actual, un blanco joven aromático y un extraordinario blanco fermentado en barrica que, sin renunciar al perfil de los clásicos blancos de crianza riojanos, estiliza su diseño de forma que la madera no se apodere definitivamente de los aromas frutales de la Viura. Así, el roble, donde el vino ha permanecido menos de un año, aporta los esperados perfumes de especias, con predominio de las notas de madera levemente tostada, y algo de mantequilla; los aportes, todavía nítidos, de la frutosidad originaria se complementan con el incipiente buqué de reducción creado en la botella.
Vinos elegantes, con carácter y prometedora evolución a largo plazo, que son características notables de los vinos de Bodegas Lan.
Bodegas Lan
Paraje del Buicio, s/n.
26360 Fuenmayor (La Rioja)
Tel. 941/45 00 50
Fax. 941/45 05 67