- Redacción
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- 2016-09-08 14:27:34
La cuenca alta del río Júcar es tierra manchega agreste de Cuenca y Albacete; bella, poco poblada, refugio de caza en cielo y tierra. Aún lo era más allá por el año 1626, cuando el rey Felipe IV otorgó a la familia Prósper la Finca Buenavista, un espléndido coto de 3.000 hectáreas en Pozoamargo (Cuenca) a 750 metros de altitud que justifican su nombre: una terraza sobre el panorama. Las 400 hectáreas actuales son tierra de labor y 100 de ellas se dedican, con pasión y conocimiento, al vino.
La finca se ha ido segregando a lo largo de los siglos, de las generaciones, pero el peso y el poso de la historia siguen en las ramas genealógicas de la familia. La tradición vinícola de la región es también secular. Cereal y viñedo, salpicado de almendro y quizá de algún rodal de olivo y de azafrán han sido el sustento de la agricultura de la zona. Y así es Buenavista: un palomar sustituyó a la caza; en el campo crece trigo, leguminosas, almendros y, desde hace cuatro generaciones, una especial dedicación al viñedo. La bodega, sin embargo, es joven, tanto como la propia Denominación de Origen en la que se ubica, Ribera del Júcar Ambas nacieron oficialmente en 2003 y en paralelo han corrido su devenir y su consolidación, su fama, puesto que Javier Prósper -el ingeniero agrónomo y enólogo que ha sido sucesivamente presidente de la Denominación- se encarga, junto a su mujer Carolina Hernández, también enóloga, de la dirección técnica de Illana.
Un paso adelante
Antes, siempre, el vino ha estado ahí, pero solo desde fechas recientes ha pasado de la producción a granel y generalmente en cooperativa a la valoración y el cuidado del embotellado, la elaboración propia y el prestigio de marca.
Hasta la construcción de la bodega, de regia e intemporal elegancia, también las uvas de Buenavista iban a la cooperativa local, pero tras estudiar las posibilidades de un proyecto individual decidieron elaborarlas ellos mismos. El proyecto de construcción de la bodega comenzó en 2003, aunque las primeras plantaciones de Bobal se remontan al año 1972 y la viña en espaldera de Cabernet Sauvignon y Cencibel (la Tempranillo local) se plantó en 1985, de modo que ya disponen de viña asentada, vieja, garantía de calidad.
El estilo château
El edificio de bodega se situó estratégicamente en medio del viñedo, para facilitar el control, para acortar el transporte de la vendimia y, sin duda, también para disfrutar de la contemplación. Ahora cuentan con 10 variedades, siete tintas y tres blancas. Continuadoras de la tradición varietal de estas tierras son las más abundantes -Cencibel y Bobal- y la histórica Moscatel de Grano Menudo. Además, también se cultivan Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Petit Verdot, Cabernet Franc y Sauvignon Blanc sobre suelos arcillososo-calcáreos, cubiertos de cantos rodados, un terreno que retiene el agua y permite gran regularidad en los periodos más avaros dentro de un clima continental y seco. Desde la selección de los terrenos y clones más idóneos, cada paso es controlado por los enólogos y técnicos de la bodega, garantizando el seguimiento durante todo el proceso de producción de la uva en pos del equilibrio entre producción y calidad.
El vino que viene
Desde principios de agosto, el equipo técnico recorre las distintas parcelas estudiando la evolución de la maduración y el estado sanitario de la uva y decidiendo el momento óptimo de la vendimia. Así, ha comenzado la etapa de máxima actividad en la bodega, cuando se lucen las modernas instalaciones, las innovaciones tecnológicas que permiten elaborar un millón de kilos de uva en depósitos que van de los 5.000 a los 30.000 litros, dependiendo del destino que vaya a tener cada uva. Detrás están los valores de origen, innovación, autenticidad y calidad. El trabajo y la filosofía familiar, el legado que conservan en la dirección Fernando y Miguel Prósper. En la copa, vinos equilibrados y sutiles con aromas intensos que expresan pasión, personalidad y singularidad:
Casa de Illana Alma. Blanco joven vivo, equilibrado y franco elaborado con un 90% de Sauvignon Blanc y un 10% de Airén que descansan tres meses sobre lías finas.
Casa de Illana Expression. Monovarietal de Tempranillo vivaz, ligero y goloso con un breve paso de tres meses por barrica Fácil de tomar, rebosa fruta, para consumo diario.
Casa de Illana Tres de Cinco. Selección de Petit Verdot (43%), Merlot (32%) y Syrah (25%) con 12 meses de crianza y elaboración especialmente cuidada, sometiendo las uvas a un suave estrujado y posterior maceración en frío. Concentrado, pero no agresivo.
Casa de Illana Carmen. Solo salen al mercado mil botellas de este monovarietal de Sauvignon Blanc que ha pasado seis meses sobre lías en barricas de roble francés de 500 litros antes de llegar a nuestras copa como un vino moderno, sabroso, persistente y vivaz.
Casa de Illana Selección. Con las mejores uvas de cada vendimia y criado en roble francés nuevo. Una vez terminada la elaboración de cada variedad se decide cuál será la proporción en cada futuro Selección. Uno de los más premiados de la bodega.
Casa de Illana Bobal Vino de Parcela. Monovarietal de Bobal criado 14 meses en barrica que resulta intenso, maduro, con buena acidez, expresión golosa y amplio posgusto.
Probarlos in situ y a la vez conocer sus secretos es una experiencia inolvidable con los recorridos enoturísticos que ofrece la bodega.
Bodegas Illana
Finca Buenavista, s/n
16708 Pozoamargo (Cuenca)
Tel. 969 147 039
www.bodegasillana.com