- Ana Lorente
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- 2017-05-04 12:49:07
Desde los tataratatarabuelos que ya criaban uvas en Rueda hasta la nueva bodega de los hermanos Sanz, Menade, ha pasado mucho agua por el Duero y mucho vino por las bodegas. Por eso sorprende que el resultado sea la vuelta a los orígenes, a la tierra, a la naturaleza, a la libertad. Pero una libertad muy bien vigilada y protegida.
H ay que ver cómo es el diccionario, una mera transcripción del pensamiento imperante. Por eso cuando define a las ménades, las sacerdotisas de Baco, añade un trasunto con la imagen peyorativa de “mujer descompuesta y frenética”. Baco, varón, es –a resultas del vino– alegre, sociable y plácido. Ellas, en su encantadora danza, “descompuestas”. Viene esto a demostrar que la visión de las situaciones depende de valores fijados por lo más básico, como el género o la edad. Y –ya llegamos, ya– viene a colación de la historia de la saga familiar de los Sanz, donde cada generación ha puesto en cuestión los criterios y principios de la anterior. Criados en la viña, trabajadores listos y dispuestos a sacar lo mejor de ella. Pero, ¿qué es lo mejor? Y, ¿cómo sacarlo? He ahí la diferencia.
Menade es la obra actual de los hermanos Sanz, la sexta generación, al frente del verdadero orgullo de la bodega: su gran equipo humano. Marco, el mayor, piensa, vive, cuida la viña desde siempre y escucha con tanta atención a los viticultores de la zona como a la naturaleza. Alejandra es periodista y tiene espíritu viajero, así que se encarga de la exportación, las ferias, el conocimiento del exterior y, a la vez, de la comunicación de la bodega. Y entre los dos, Richard, el enólogo, el adolescente creativo y rebelde por el que la experiencia, los países –Chile, Hungría, Francia…– y los años solo pasan como el viento, para refrescar y airear las ideas. Junto a ellos un director, Juanjo, que se enamoró de las bodegas a través de su anterior profesión y ya ha cumplido, cada día mas risueño, cuatro años en la casa.
Naturaleza desde el satélite
Empezaron por el fin, que es una limpieza general en profundidad: una viticultura natural a través de la que se puede devolver a la tierra la vida. A 800 metros de altitud y en medio del páramo es posible aplicar una viticultura sana, sin abonos químicos, con pasillos de hierba cada dos líneas de cepas, polinización a base de su granjita de insectos, saltamontes y gusanos aireando el suelo, pastando a su aire en 200 hectáreas de finca ecológica de suelo llano de erosión, calizo, arenoso y de canto rodado a siete kilómetros del Duero.
La llanura es inmensa pero en detalle está viva. Por debajo, aguas subterráneas; por encima, un exceso de conejos que dan algún quebradero de cabeza, una pareja de burros zamoranos recién adoptados y al lado lirios, romeros, lavandas, un verde resort para insectos en medio del secano... Y de pronto el tractorista corre al despacho porque ha grabado con su móvil a una liebre y sus lebratos y no se atreve a mover el tractor por no asustarlos. Y sus compis suben el vídeo a la Red como celebración de la primavera, de la vida.
Así es aquí la vida, sustentada con abono natural, protegida con 17 tratamientos preventivos a base de leche en suero y riegos con lo que conviene en cada caso. Marco es como el brujo Panoramix y de sus ollas salen mezclas con ajo para espantar o con canela para atraer y así favorecer la polinización. Pero detrás de esa magia primitiva hay conocimiento y "análisis hipertécnicos", dice. Hay constante trabajo de laboratorio, seguimiento permanente del suelo por satélite, control de humedad, de acidez o injertos planificados como el de una viña con “Verdeja”, que son las prefiloxéricas que casi han desaparecido y se distinguen con un lazo blanco.
La nueva bodega es de piedra y metal, práctica y bella, técnica, caprichosa sin lujos, un espacio para trabajar y vivir, luminoso, con cristaleras y terrazas, miradores de las viñas. Para la guarda alterna con la vieja, la primitiva bodega del abuelo en La Seca, la fascinante Sécala, donde duermen las cubas de roble de 500 litros y los experimentos en arcilla, en tinos o las vinificaciones naturales y crianzas oxidativas, como en los orígenes de la región...
Los vinos viajan con éxito a 25 países. Cinco blancos, tres de Verdejo y dos de Sauvignon Blanc, sin sulfitos, fermentados con levaduras propias que funcionan muy bien puesto que los granos no están tratados. La imagen, el nuevo vestido de las botellas, también refleja su estilo: un dorado canto al campo y sus habitantes, símbolos de la defensa ecológica. Canto a la vida en unas copas.
Bodegas Menade
Ctra. Rueda - Nava del Rey, Km 1 47490 Rueda (Valladolid)
Tel. 983 103 223
Twitter: @bodegasmenade
Instagram: @bodegasmenade
Facebook: /BodegasMenade