- Laura López Altares
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- 2020-11-04 00:00:00
Codorníu, la bodega más antigua de España y la "descubridora" del cava, lleva dentro el magnetismo de los pioneros y esa inagotable capacidad para innovar. Su última campaña, "Vivir para celebrar", tiene como protagonistas a la actriz Amaia Salamanca y a su emblema, Anna de Codorníu.
En 1551, cientos de años antes de la invención del cava y de la terrible tiranía de la filoxera, la familia Codorníu ya poseía viñedos, prensas, barricas y cubas para la elaboración de vino en Sant Sadurní d’Anoia, todavía su hogar –aunque en la actualidad cuentan con quince bodegas en España, Argentina y California, así como con 3.000 hectáreas de viñedo en propiedad–.
Uno de los momentos decisivos de la historia de la empresa elaboradora de vinos y cavas más antigua del país tuvo lugar en 1659, con la boda entre Anna, heredera de los Codorníu, y Miquel Raventós, que sellaría la unión entre las dos sagas de viticultores más importantes de la zona. Precisamente aquella revolucionaria mujer inspiró la creación del cava más icónico de la bodega: Anna de Codorníu Brut, emblema de la casa y eje de la campaña Vivir para celebrar, que invita a disfrutar de cada instante en estos días inciertos y cuyo espectacular spot protagoniza la actriz de renombre internacional Amaia Salamanca. Una muestra más de la constante capacidad para innovar del grupo Raventós Codorníu, al que pertenece la bodega Codorníu, que ha ido evolucionando a lo largo de cinco siglos, adaptándose al latido de los tiempos y respondiendo así a la creciente demanda de cavas y vinos singulares.
El valor de la Historia
Símbolo de continuidad, innovación y fidelidad a sus orígenes, la bodega encarna el legado de 18 generaciones y combina tradición y modernidad con maestría. En 1872, cambiaron para siempre la historia del vino: fue entonces cuando Josep Raventós elaboró la primera botella de espumoso aplicando el método tradicional a la combinación de las variedades clásicas del Penedès –Xarel·lo, Macabeo y Parellada–. También fueron pioneros en la utilización de nuevos métodos de prensado, en la mejora de los sistemas de removido y en la introducción de variedades como la Chardonnay (en 1984) o la Pinot Noir (en 2002). Además, llevan siglos apostando por el arte, y las impresionantes Cavas Codorníu de Sant Sadurní d’Anoia –diseñadas por el arquitecto modernista Josep Puig i Cadafalch e inauguradas a comienzos del siglo XX– son Monumento Histórico-Artístico desde 1976. Estas bodegas, visitadas por unas 80.000 personas al año, representan la historia y los valores de Codorníu y son el corazón de la casa. Y el alma de sus vinos, esas magníficas uvas que cuidan de forma minuciosa en el viñedo: "La mejor manera de preservar la personalidad de cada parcela es dejar que la naturaleza lo haga todo", sostienen.
Oda a la vida
Fruto de ese trabajo sostenible y exhaustivo que se traslada también a bodega, nacen unos vinos únicos y con un carácter muy personal que han cosechado grandes reconocimientos de la crítica internacional. Anna de Codorníu Brut, líder del mercado de cavas en nuestro país, ha sido distinguido este 2020 con la Medalla de Oro and Best of Show del certamen Mundus Vini o la Medalla de Oro en el Concours Mondial de Bruxelles, entre otros galardones. Delicado, vibrante y muy fresco (¡y con botella personalizable!), es el protagonista de la última campaña de Codorníu, Vivir para celebrar. Como explicó durante su presentación Sergio Fuster, CEO de la casa desde septiembre, "en Codorníu llevamos cinco siglos celebrando la vida, cada pequeño momento. Y hoy, esta filosofía cobra más sentido que nunca". El director de Marketing de Raventós Codorníu, Emmanuel Pouey, destaca que la voluntad de la campaña es "reinventar totalmente el lenguaje de la marca Anna de Codorníu, elevarlo al lujo que le corresponde, un lujo asequible pero que no tiene nada que envidiar a los mejores espumosos del mundo”. Según el estudio que forma parte de Vivir para celebrar, el 77,4% de los españoles cree que la situación generada por la COVID-19 ha provocado un cambio en su forma de pensar: un 71,8% valora más los pequeños momentos y quiere celebrarlos con sus seres queridos, y el 89% valora más que nunca poder celebrar la vida con gente a la que quiere. Por eso esta campaña es "una oda a la vida, una invitación a tomar las riendas, a soñar", concluye Pouey.