- Antonio Candelas
- •
- 2022-09-28 00:00:00
Bodegas Vizcarra ha cumplido 30 años. Toda una vida reconociendo las raíces de las cepas como propias, empatizando con el terreno y sintiendo la acogedora caricia del hogar cuando trabajas la viña que antes trabajó tu padre. Un emocionante motivo de orgullo.
Han pasado tres décadas desde que Juan Carlos Vizcarra elaborara sus primeros vinos en un pequeño garaje en el diminuto pueblo burgalés de Mambrilla de Castrejón. Al acabar los estudios de Enología, este castellano viejo de raza reconoció en las vetustas viñas que cultivó su padre una posibilidad de desarrollo profesional. Aquel vino inicial –joven, fresco y de una potencia frutal conmovedora que cautivó los paladares de los entendidos del momento– fue lo que desató en él un torbellino de ideas y ganas por crear vinos que pusieran en el mapa este pueblo de apenas 100 habitantes, pero cuyas interminables bodegas subterráneas narran una próspera actividad vitícola anterior.
Celebrar los 30 años de un proyecto vitícola siempre es causa de satisfacción, pero hacerlo en el municipio de Mambrilla es más especial si cabe. Desde aquel balcón que mira al Duero, se divisa una magnífica cantidad de orientaciones con suelos de composición arcillo-calcárea y textura de gravas y arenas. El lugar ideal en el que Juan Carlos ha ido creando un verdadero jardín de viñas de poda precisa y posibilidades infinitas con un único propósito: dar continuidad a su labor a lo largo de las generaciones.
Coleccionistas de viñas viejas
En estos 30 años de vida de la bodega se ha forjado un viticultor experimentado que sabe que hay que tener el mayor número posible de herramientas para las dificultades que se puedan presentar. Por eso, Juan Carlos es de esos viñadores de mente abierta que no concede todo el beneplácito a la plantación en altura como única solución al reto climático. Orientación del viñedo y viticultura son sus mejores aliados para preservar la frescura del fruto; y una técnica de poda adecuada, la manera más eficaz de conseguir viña vieja de calidad porque un amante de la viña vieja –las colecciona con verdadera pasión– sabe que no solo cuenta la edad de la parcela. Hoy cultiva en torno a 60 hectáreas, pero esa cifra va aumentando poco a poco cada año. La selección masal con la que planta cada nueva parcela asegura la calidad del material genético y la variabilidad, mientras que la conducción que más le convence es la del vaso o formaciones libres. Una manera de favorecer la conducción de la savia sin que heridas de poda y recovecos innecesarios estorben y que permite poder intervenir en la arquitectura de la cepa.
En bodega hay una sana obsesión por la separación de clones, suelos y parcelas. Solo así se puede conocer cómo influyen todos los aspectos de la viticultura en el vino. Esto explica que a las referencias clásicas de la casa –Senda del Oro, Vizcarra, Torralvo, Celia e Inés– se hayan incorporado otras tantas fruto de esa inquietud: un rosado con crianza en barrica, un monovarietal de Garnacha, otro de Merlot e incluso su blanco Alejandra. Pero atención al Torralvo Vizcarra 2015 Añadas Singulares, elaborado para la conmemoración de las tres décadas de la bodega. Es ya excelente, pero será un vino de clase mundial. La raza, la elegancia y la finura van a contribuir a ello. Tan solo hay 1.360 botellas.
Celebrar el talento
La formación académica y la experiencia son claves para trabajar una viña con anhelos de calidad destacable, pero la intuición, el olfato que persigue la excelencia se hereda. No se trata de una herencia genética, no, sino a una herencia que se traspasa por contacto con el entorno, con la labor cotidiana que encandila y con la forma de entender la vida desde la aspiración de mejora.
Celia, la primogénita de Juan Carlos, a pesar de su juventud, tiene claro que Bodegas Vizcarra ha de seguir siendo un referente no solo en toda la Ribera del Duero, sino en los pueblos más cercanos. Y lo hará con el conocimiento que adquiera en casa y en las demás experiencias académicas y profesionales vividas, pero sobre todo con la sagacidad que solo se concede al que cree desde el primer momento en la valía de la tierra que le vio nacer. No puede existir un mejor colofón a este aniversario, sobre todo sabiendo que están al alcance otros 30 años de excelencia y pasión por la Ribera.
Bodegas Vizcarra
Finca Chirrí, s/n.
09317 Mambrilla de Castrejón (Burgos)
Tel. 947 540 340
Instagram: @bodegas_vizcarra
Facebook: @bodegasvizcarra
