- Antonio Candelas
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- 2023-05-31 00:00:00
En el actual contexto climático de eventos de sequía prolongada y elevadas temperaturas, el viticultor está obligado a recapacitar sobre la viña del futuro con un compromiso firme de reparación del medio. Bodega Hermanos del Villar es un ejemplo pionero en la D.O.P. Rueda.
El viaje histórico de Hermanos del Villar comienza en los castellanos campos de Rueda en 1955. Unos años complicados en los que la dureza de las labores agrícolas y la delicada coyuntura social hacían navegar a la familia Villar Escudero entre la aventura y el reto. En aquella familia de aguerridos y esforzados agricultores fue permeando la vocación de generación en generación entre viñas y cereal hasta llegar a nuestros días. Hoy, Pablo del Villar Igea, haciendo gala de la herencia más preciada que se puede recibir, la vocación, lidera el proyecto bodeguero sin perder de vista ni un solo instante lo más importante: la viña.
Afortunadamente, en la actualidad, esa dedicación al viñedo es generalizada, pero hacerlo utilizando la viticultura como "cortafuegos" para frenar el avance de la desertización provocada por el cambio climático –además, por supuesto, de ser la clave fundamental para crear un buen vino– es realmente digno de elogio. Desde hace tres años, la práctica totalidad de las 130 hectáreas de viñedo que tienen en propiedad, ubicadas en el municipio de Rueda, las cultivan bajo la disciplina de la viticultura regenerativa, una filosofía que entiende su cultivo teniendo en cuenta el entorno como un todo y centra su atención en la regeneración de la vida del suelo.
Hacer resiliente la viña
Este cambio de paradigma a la hora de desarrollar el trabajo en el viñedo es fruto de una reflexión continua en la que Pablo entiende que cuanto más diversa sea la vida del suelo en el que está plantada, tanto mejor dotada estará la cepa de mecanismos de defensa. Algo así como crear una suerte de escudo protector para minimizar el déficit de agua y demás amenazas que acechan al viñedo. De esta manera, a partir de agosto evitan arar el suelo, trituran los restos de poda y los incorporan al sustrato, inoculan micorrizas para favorecer la fijación de nitrógeno y nutrientes. Y cuando llega la primavera siegan la cubierta vegetal y la dejan entre las filas de viñas a modo de manto para preservar la humedad... Toda una serie de prácticas que persiguen mantener el suelo vivo, favorecer la resiliencia de la viña, revitalizarla y convertir el conjunto del viñedo en un elemento de captación de carbono.
Crear el mejor vino posible
Cuidar el ecosistema de la viña lleva consigo vendimiar una uva equilibrada y verdaderamente única con la que hacer vinos emocionantes. Cada elaboración se perfila en unas instalaciones de reciente construcción en las que se ha pensado hasta el más mínimo detalle. Maceraciones más breves de lo acostumbrado, recuperación de las lías gruesas para utilizarlas como elemento antioxidante y de volumen son algunas de las inteligentes intervenciones que buscan mantener la personalidad de los vinos y dotarlos de una mayor capacidad de guarda.
Pablo es consciente de que cada cosecha es una oportunidad única para plasmar en la viña las particularidades del entorno sin sacrificar ni la identidad varietal ni la frescura. Por eso, cada parcela se elabora por separado y de manera diferente en función de sus características. Entre todas ellas hay una que es especial en la bodega, e incluso en la D.O.P. Rueda. Se trata de Finca Los Hornos, un viñedo con un suelo inusualmente ácido en la zona gracias a una veta de yeso sobre la que está plantado. El resultado es un vino más sobrio aromáticamente, pero de una maravillosa finura y longevidad que hay que saber interpretar para no desvirtuar las cualidades de la parcela. Esa singularidad se verá reforzada a partir de la añada 2022 porque saldrá al mercado con la distinción Gran Vino de Rueda avalada por la propia D.O.P. Rueda.
En esa búsqueda incesante de la excelencia, la inquietud de Pablo va más allá y experimenta con todo aquello que intuye que puede mejorar sus vinos. Quizá más pronto que tarde nos sorprenda con alguna deliciosa y sutil incursión en el mundo de la crianza biológica. Hasta entonces, bendita reflexión a pie de viña.
Bodega Hermanos del Villar
Cordel de las Merinas, s/n
47490 Rueda (Valladolid)
Tel. 983 868 904
Instagram: @orodecastilla
Facebook: @OroDeCastilla
Twitter: @Orodecastilla