- Antonio Candelas
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- 2023-09-29 00:00:00
Durante la segunda mitad del siglo XIX, Haro debía de ser una cuna de prosperidad al aliento de un sector vitícola en plena expansión. Una época en la que Félix Martínez Lacuesta fundó junto a su padre una de las casas bodegueras familiares con más tradición de la ciudad jarrera.
Todo comenzó en el número 25 de la calle de la Vega de Haro en 1895. Allí, en un modesto local comercial, Eloy Martínez y su hijo Félix, de 22 años, dieron vida a lo que, en la actualidad, más 125 años después, es Bodegas Martínez Lacuesta. Entrar en aquel despacho era como sumergirse en un mundo de sugerentes aromas por descubrir a través de los alimentos que comercializaban, además de los vinos que ellos mismos elaboraban motivados por la efervescencia vitícola de la ciudad y la inquietud emprendedora de Eloy. Vendían distintos tipos de vinos y bebidas, así como café, chocolates, té e incluso ostras en fechas señaladas como las navideñas. Una suerte de tienda de delicadezas gastronómicas que solo podía desarrollarse con éxito en una sociedad dinámica y próspera como la de Haro en aquellas décadas.
Félix Martínez Lacuesta, abogado y periodista de formación, logró proyectar el desarrollo de Haro más allá de la elaboración del vino. Su visión universal, inconformista y emprendedora favoreció la sólida construcción de un sector vitícola, poniendo las bases de la defensa del origen y del pequeño viticultor. Un ejemplo claro de ese compromiso con el sector y la sociedad jarrera fue la creación de la Caja Vitícola, que funcionó como elemento clave para la reconstrucción de un viñedo arrasado por la filoxera. Hoy, la cuarta y quinta generaciones son herederas de una hermosa historia de esfuerzo y convicciones que han superado todos los escollos habidos y por haber.
Artesanos en el siglo XXI
El crecimiento del proyecto bodeguero hizo que a comienzos de los dos siglos siguientes se produjeran sendos traslados; en 1904, a las instalaciones de la calle Marqués de Francos (hoy, de La Ventilla); y en 2009, a las actuales ubicadas a las afueras de Haro. Lo verdaderamente maravilloso de este relato es que esa adaptación a las necesidades de los nuevos tiempos no ha influido en absoluto en la esencia de sus vinos.
Resulta emocionante comprobar que se siguen realizando las trasiegas del vino a la manera tradicional de cada una de las 4.500 barricas que reposan en una inmensa sala que destila historia a través del aroma que se respira. Ver que la herramienta utilizada para comprobar la turbidez del vino y cortar así la trasiega es una sencilla vela o cómo apuran el llenado de las barricas a través del sonido de la madera al golpearla con un martillo sobrecoge. Aquí, la única tecnología utilizada es la gravedad y la destreza con la que las dos personas llevan a cabo esta importante labor.
Pero el empeño de conservar esta forma de trabajar en bodega trasciende a la perpetuación de una antigua técnica bodeguera. La familia Martínez Lacuesta sabe firmemente que el carácter de sus vinos, en buena medida, depende de detalles como este. Un carácter que encierra historia, artesanía, estilo y origen.
Cómplices del tiempo
Pero el clásico no solo tiene que respetar una forma de crear estilo mediante la herencia del conocimiento, ha de aliarse siempre con el tiempo para que de alguna manera este también haga su trabajo.
Esa alianza es la que apreciamos en cada elaboración de Martínez Lacuesta. Cada una es diferente, pero todas convergen en puntos de virtud como la nitidez, el equilibrio y el refinamiento. Si Hinia es fino, ágil, fresco y fluido, el Colección de Familia resulta jugoso, con más consistencia y tensión. Sin embargo, el Gran Reserva elaborado para la conmemoración del 125º aniversario está preparado para la eternidad gracias a su equilibrio inalterable. Todo ello sin olvidarnos de Campeador, una marca mítica que nos habla del estilo de los vinos de Rioja Oriental con la Garnacha como seña de identidad en la compañía de la Tempranillo.
Lo más fascinante de Bodegas Martínez Lacuesta es que su historia, antes de ser creada, fue soñada y no se me ocurre algo más hermoso que beberse los sueños.
Bodegas Martínez Lacuesta
Paraje de Ubieta, s/n
26200 Haro (La Rioja)
Tel. 941 310 050
Facebook: @MartinezLacuesta
Instagram: @bodegasmartinezlacuesta
Twitter: @BodegaLacuesta