• Redacción
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• 2013-02-01 09:00:00

Buscada y estudiada, con un suelo mineral único en la zona, la finca Vistahermosa, guiada por sabia mano desde 2002, gesta excepcionales vinos de autor

En esas costas gaditanas, el fondo marino atesora pecios, restos de naves vencidas por los vientos poderosos de dos mares, que narran la historia del comercio remoto y de la industria local más pujante, la que se dedicaba a la exportación. Allí se han hallado, en ánforas griegas, etruscas y sobre todo romanas, vestigios de vinos y del más famoso de los condimentos, la salsa llamada garum que no podía faltar en las mejores mesas del Imperio.
Solo una bodega tan cuidadosa, tan pensada y a la vez tan emotiva como Luis Pérez podía haber amalgamado esa memoria y revivirla en forma de un vino que bautizan como Garum, que es hoy el tinto más vendido de la casa y del que -como homenaje y recuerdo de esa historia gaditana- se sumergen algunas ánforas a lo largo de un año en el Atlántico de Cádiz. Está hecho de uvas Merlot, Syrah y Petit Verdot, una combinación que luce el mimo, la modernidad y la diversidad de sus viñedos y que revela profundo conocimiento enológico, el del fundador, Luis Pérez, profesor de Enología, catedrático de Tecnología de los Alimentos y heredero del saber de su suegro, bodeguero jerezano de larga tradición.
Ahora Luis y sus hijos se ocupan de otro tipo de vinos, de diseño, de autor, de recuperación de variedades como la Tintilla de Rota, de la que ya está preparado un monovarietal. Precisamente esa uva viene a ser la muestra de que ésta fue, mucho antes que los generosos, tierra de tintos, y que aquellas elaboraciones fenicias de hace tres milenios dejaron incluso la huella de variedades autóctonas.

La andadura y la huella
En sus 10 años de vida, de viñedo y elaboraciones, la bodega de Luis Pérez también va marcando su propia huella. En el entorno, la Hacienda Vistahermosa y su lagar de 1844, donde la bodega puso en pie un edificio tan espectacular y bello como eficaz; en la viña y en el museo del viñedo, que reúne en el centro de interpretación -La Memoria y la Tierra- las 20 variedades de mayor peso en la viticultura mundial. Y también en el propio paisaje, como esa deliciosa intervención en el viñedo, a base de lana blanca, que fue la sorprendente celebración de su décimo cumpleaños. Y sobre todo, año tras año, con nuevas elaboraciones que comienzan con la vendimia manual y nocturna -tan blanca y delicada como la simbólica lana- para garantizar el mejor trato de cada racimo.

El resultado
El terroir, el clima especial de sol y luz, y los patrones de las variedades seleccionadas se suman para una maduración perfecta. Selección en la planta y en bodega, análisis sucesivos y valoración sensorial de cada vino elaborado por separado dan vida al monovarietal de Petit Verdot, al Garum, y a otro que procede de un complejo y armónico coupage, el Samaruco, que se cría 12 meses en roble francés. No se clarifica ni se filtra. Al cabo de otro año de reposo en botella lucirá en todo su esplendor un vivo tono picota, un intenso aroma de hierbas y especias, de grafito, trufa y de guindas en licor... y en la boca un persistente recuerdo de chocolate. En fin, una delicia.
Todas las fases de la elaboración están dirigidas por la familia con una filosofía ecológica, protectora e integradora que rige campo y bodega. Para mostrarlo y extender ese evangelio, las puertas están abiertas al visitante, y siempre alguien de la familia lo acompañará para señalar los detalles, para compartir, junto al vino y en el vino, la satisfacción de la obra propia, del trabajo amado y bien hecho.



Bodegas Luis Pérez
Hacienda Vistahermosa
Hijuela de Rompecerones
Ctra. Jerez-Sanlúcar-Trebujena
Tel. +34 956 92 26 18
www.bodegasluisperez.com