- Redacción
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- 2012-02-01 09:00:00
Alma de viejas garnachas, cuerpo joven y atlético cincelado por moderna tecnología. Y el Moncayo al fondo.
Se encuentra en una zona con suelos de piedra caliza, junto al Moncayo, en las estribaciones del Sistema Ibérico, donde existe un microclima soleado con lluvias moderadas que hacen una base excelente para el cultivo de la vid, La mejor prueba es la tradición vitivinícola que instituyeron los monjes del monasterio de Veruela, que ya en el siglo XII elaboraban con abundancia y fama sus propios vinos. De esa larga y fructífera herencia procede la imagen de una geografía donde se luce la mayor concentración en el mundo de Garnacha de viñedos viejos, de más de 50 años.
Razones sobradas para que al nacer Bodegas Aragonesas, en 1984, su vocación y su línea de elaboraciones no ofreciera duda. Y así se ha perpetuado, como una dedicación exclusiva a la riqueza y la tipicidad de sus irrepetibles garnachas, nada menos que 4.000 hectáreas a las que contempla con arrobo, mima y da explendor el sólido equipo de enólogos: Javier Vela, Javier Baselga y Fernando Ballesteros.
Materia prima y genio
La bodega partió de la suma de las dos históricas cooperativas de la zona, San Juan Bautista de Fuendejalón y Santo Cristo de Magallón, y en principio solo se pretendía embotellar y comercializar la producción. Pero el equipo técnico comprobó lo que ya intuía, y es que con esa materia prima de lujo, con un viñedo perfectamente asentado en un terruño ideal para la variedad, podían elaborar grandes vinos, podían soñar y hacer realidad sus sueños.
Hoy en día disponen de un equipo técnico permanente en bodega que se encarga de la rigurosa selección de las viñas a pie de campo y del servicio constante de asesoramiento a los agricultores para actualizar los métodos de trabajo, aunque siempre respetando las tradiciones locales, que a veces revelan un profundo conocimiento pragmático.
La elaboración se realiza en fases combinadas en depósitos de acero inoxidable y de hormigón recubierto de resinas epoxídicas. Para la crianza disponen de una magnífica nave con más de 5.000 barricas de roble francés y americano. Y poco a poco al viñedo se han sumado otras variedades experimentadas, como Tempranillo, Cabernet Sauvignon, Syrah, Merlot, Macabeo, Chardonnay y Moscatel que se transforman en más de veinte marcas, como Coto de Hayas (jóvenes, roble, crianza, reserva, solo, garnacha centenaria), Fagus, Oxia, Aragus, Aragonia, Viña Tito, Don Ramón o Fagus 10º Aniversario
De Aragón al mundo
Con ese amplio catálogo, entre etiquetas de diferente gama y producción diseñada para hostelería, la bodega comercializa anualmente más de siete millones de botellas entre mercado nacional e internacional, donde tiene presencia en más de 55 países de los cinco continentes.
Y por encima de las cifras está el mimo de cada botella, como el premiado Fagus, que sale de cepas que apenas dan un kilo de uva, igual que el excelso Oxia, de los pagos La Sarda y Montealto, o el Garnacha Centenaria limitado a 10.000 botellas. Joyas en las que brilla lo mejor de un Campo de Borja que tiene mucho por descubrir.