- Redacción
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- 2002-02-01 00:00:00
Si hay algo en común entre las distintas regiones vinícolas europeas, que por lo demás tuvieron que enfrentarse a unas condiciones totalmente distintas, seguramente sea el hecho de que hoy en día se sabe cómo obtener resultados cuando menos correctos, y muchas veces excelentes, gracias al trabajo sistemático en los viñedos. Por ello, el 2001, climatológicamente difícil, se cuenta en general entre las añadas buenas. No sólo es positivo que las cantidades muestren un ligero descenso (una bendición a la vista del exceso de producción mundial, que se prevé sea de casi 100 millones de hectolitros en el año 2005), sino también el que, por primera vez desde 1995, los precios permanezcan estables o incluso tiendan a la baja.
Italia: menos es más
En el 2001, la mayoría de los vinicultores italianos no están tan satisfechos con la cantidad como con la cantidad. Las heladas, el granizo y los periodos de sequía demostraron que la naturaleza todavía tiene algo que decir sobre el vino. Así, la producción del Piamonte, Apulia y Cerdeña resultó diezmada por la sequía, mientras que en la Toscana ocurrió lo mismo por una helada en Semana Santa. Sin embargo, esta «limitación natural de la producción» dará seguramente algunos resultados excelentes. Sicilia, la costa del Adriático, Montepulciano y Umbría, así como el Norte (Friulia, Tirol Meridional y Valtellina), disfrutaron en cambio de un tiempo equilibrado durante el verano, una característica que también encontraremos en los correspondientes vinos.
Piamonte
Calidad: media a muy buena
Cantidad: escasa a media
Precios: ligeramente ascendentes
Comentario: quienes intervinieron en los viñedos lograron una cosecha reducida pero de calidad extraordinaria, especialmente en el caso del Barbera. Para los vinos de uva Nebbiolo, sobre todo el Barolo y el Barbaresco, la añada vuelve a ser plena, vigorosa, mimada por el sol, pero con un vigor que corre a costa de la elegancia.
El verano fue muy caluroso en el Piamonte: las variedades Nebbiolo, Barbera y Moscato echaron de menos el agua, lo que en muchas regiones llevó a adelantar algo la vendimia. El volumen de producción se encuentra entre un 15% y un 20% por debajo del de años anteriores. Algunos productores eliminaron casi el 50% de las uvas, con lo que casi todas las flores se convirtieron en uva. Por lo que se refiere a la calidad, los vinicultores se mueven en dos niveles diferentes: los que trabajaron en el viñedo de forma sistemática obtuvieron una cosecha extraordinaria; en cambio, para quienes dejaron que la naturaleza siguiera su curso, el 2001 será un año más bien flojo.
El Nebbiolo muestra este año estructura y fuerza, pero no tanta elegancia. En las Langue y el Roero, seguramente el 2001 no se acercará a las añadas muy buenas de 1999 y 2000. Siempre que la producción se haya limitado de forma consecuente, la uva Barbera resultará excelente, rica en extracto y vigorosa, con buena acidez. También ha sido un año muy bueno para los blancos, sobre todo las variedades Gavi y Moscato.
En el caso del Barolo se pagaron precios algo menores a los del año anterior por la uva. Por cierto, después del salto en los precios del año pasado, en el Barolo cabe esperar únicamente una subida discreta. Incluso es posible que el mercado ya reaccione y el Barolo y el Barbaresco queden congelados en un nivel adecuado.
Italia Nororiental
(Véneto, Friulia, Trentino-Tirol Meridional, Lombardía)
Calidad: muy buena
Cantidad: media
Precios: estables
Comentario: verano soleado y seco, interrumpido por algunas precipitaciones. El resultado son unas uvas maduras que dan lugar a tintos y blancos bien estructurados.
En el Tirol Meridional se espera una añada en algunos casos aún mejor que la del 2000. Efectivamente, el verano trajo tanto sol como algunos periodos lluviosos refrescantes. Esto hace que los vinos posean más acidez y sean más elegantes y frutales que el año pasado. Así ocurre con los blancos, pero también con el Pinot nero. En gran parte, el Cabernet ha vuelto por fin a madurar por completo, y podría dar resultados excelentes como en 1997. Para el Vernatsch fue un año flojo, y en la mayoría de los casos el Merlot y el Lagrein tampoco alcanzan el magnífico nivel del 2000. El volumen de la cosecha ha descendido un 2% largo con respecto al año anterior, algo que también tiene que ver con las nuevas plantaciones en los viñedos.
La Valtellina también se benefició de un buen verano, que le vino especialmente bien al Nebbiolo. Los vinos del Véneto –entre el Lago de Garda y Prosecco– presentan la cantidad y calidad del año anterior. La región pudo confirmar su puesto como mayor productor de vino de Italia. Resultan muy prometedores los tintos de Valpolicella; sin embargo, también los blancos de Lugana y Soave y el Prosecco de Conegliano-Valdobbiadene alcanzarán probablemente el elevado nivel del año pasado.
En Friulia, el 2001 también es una añada excelente: un verano agradable con breves periodos de lluvia ha dado lugar a vinos equilibrados que brillan por su estructura y acidez. Tanto en blancos como en tintos, podría ser una de las mejores añadas desde hace tiempo.
Toscana
(e Italia Central)
Calidad: media a muy buena
Cantidad: escasa a media
Precios: estables a ascendentes
Comentario: fue un año difícil para los productores de la Toscana. Chianti y la costa sufrieron daños por una helada en Semana Santa que frenó el desarrollo de las vides en casi un mes. Los resultados fueron cuantitativamente escasos, pero cualitativamente el año 2001 promete ser bueno. Algunos productores hablan incluso de una cosecha excelente.
Chianti, Montalcino y las regiones situadas hacia la Maremma sufrieron heladas en Semana Santa, con lo que las cepas tuvieron que echar nuevos brotes. A pesar de ello, los vinicultores que trabajaron cuidadosamente vendimiaron una añada extraordinaria, ya que las uvas pudieron madurar gracias al largo verano y se presentaron con mucho mosto. Sin embargo, cuantitativamente se perdió una cuarta parte de la cosecha.
En Montepulciano, la situación fue distinta. La helada sólo perjudicó a las tierras más bajas, y en el resto de los casos las uvas pudieron madurar muy bien después de un periodo seco estival, interrumpido por poca lluvia. Por tanto, los productores de Vino Nobile ya hablan de un año excelente. Sin embargo, también aquí las cantidades son algo inferiores a las de la cosecha anterior.
Seguramente, los precios se estabilizarán en general en Montepulciano en el nivel del año pasado. No así en el caso del Brunello: en algunos casos, en Montalcino se han pagado precios exorbitantes por las uvas en el 2001, lo que sin duda también se reflejará en los precios del vino.
La costa del Adriático disfrutó de un verano equilibrado. Sólo en las Marcas, en las tierras más altas del Verdicchio, influyeron negativamente las heladas primaverales de la Toscana. En el resto de las zonas del Adriático se han obtenido unos blancos y tintos muy equilibrados, que también presentan una buena acidez. En cuanto a cantidad, la cosecha es incluso mejor que el año pasado. El Rosso Conero del 2001 promete ser una recomendación segura: limpio, con extracto, estructura y la necesaria pizca de elegancia.
Italia Meridional
(Apulia, Sicilia, Cerdeña)
Calidad: media a muy buena
Cantidad: media
Precios: estables
Comentario: los otrora máximos productores de vino de Italia –Apulia y Sicilia, ahora relevados en el primer puesto por el Véneto– apuestan por la calidad. Precisamente en la primera de las regiones citadas se comercializan cada año vinos de alta calidad producidos por nuevas bodegas.
En las zonas meridionales de Apulia volvió a faltar la lluvia, lo que provocó una reducción del volumen de la cosecha. En cambio, algunas partes de Sicilia, especialmente la costa sur, disfrutaron de lluvias a finales del verano. Quienes dejaron los racimos en la viña pudieron dejarlos madurar hasta octubre gracias a un magnífico otoño. Esto hace que el 2001 vaya a ser probablemente una añada muy buena para tintos, blancos y Moscato en esta región.
En cuanto a Cerdeña, volvió a sufrir un verano seco igual que el año pasado, lo que conllevó pérdidas en torno al 30% en el Vermentino. Pero a cambio, las uvas que quedaron parecen ser especialmente buenas, encabezadas naturalmente por la Vermentino, y también los tintos son equilibrados y bien estructurados.
Christian Eder
Así les fue
«Quienes intervinieron en el viñedo y realizaron una selección sistemática estarán contentos con la calidad: la Barbera resultará excelente, y la Nebbiolo no estará mal, aunque no será como la del 2000 ó 1999. Pero con la Nebbiolo estamos mal acostumbrados: si hubiéramos tenido una cosecha así hace ocho años, habríamos estado encantados».
Michele Chiarlo (Piamonte)
«En cuanto a la calidad, colocaría la cosecha del 2001 entre las buenas añadas de 1999 y 2000; en algunas variedades, como la Blauburgunder o la Cabernet Sauvignon, es incluso mejor».
Luis Raifer (Schreckbichl/Tirol
Meridional)
«Las heladas de Semana Santa hacen que sea un año difícil, con poca producción. Hubo que trabajar bien en los viñedos y en la bodega para hacer buenos vinos».
Nunzio Capurso
(Macchiavelli/Chianti)
«Un 30% menos de producción, pero un año excelente: pequeñas uvas bien maduras, mucho mosto... estoy muy contento. Para mí, el 2001 será un año de cinco estrellas, como 1997 y 1998».
Franco Biondi-Santi (Montalcino)
«En verano, la maduración aún llevaba un mes de retraso; finalmente, el resultado ha sido mejor del esperado, aunque la producción es un 40% menor».
Michele Satta
(Castagneto Carducci/Maremma)
«Nuestros vinos son mucho más tranquilos y equilibrados que en el 2000; las uvas pudieron madurar plenamente si se les dejó tiempo».
Giusto Occhipinti (Cos/Sicilia)
«Ya es el segundo año que sufrimos una gran sequía. Esto se refleja sobre todo en el Vermentino. Pero lo que perdemos en cantidad lo ganamos en calidad: el 2001 es excelente, sin duda una de las mejores añadas de nuestra historia».
Mario Ragnedda
(Capichera/Cerdeña)
Francia: calidad heterogénea
Los vinicultores franceses cosecharon 56 millones de hectolitros, un 6% menos que el año pasado. Fue un año difícil. En algunas zonas, el verano no hizo honor a su nombre, y el otoño trajo lluvias durante la vendimia en muchos lugares. El sol sólo lució en las regiones mediterráneas de Ródano/Provenza y Languedoc, lo que dio lugar a unos tintos vigorosos con capacidad de envejecimiento. En muchas zonas resultaron especialmente logrados los blancos, con magníficos ejemplares en la región de Burdeos, Borgoña, Alsacia y el Loira. En Champaña, la calidad mediana de las uvas hará que haya pocos champanes de añada. La tendencia general de los precios es de estabilidad.
Burdeos y Sudoeste
Calidad: media a muy buena
Cantidad: poca
Precios: descendentes
Comentario: después de la añada del siglo del 2000, los vinicultores bordeleses han cosechado esta vez uvas entre medias y excelentes para los tintos, muy buenas para los blancos y excelentes para los vinos de dulzor noble.
Una primavera templada y lluviosa y un verano cálido predominantemente seco hicieron esperar una buena añada para el burdeos. Y, efectivamente, a finales de agosto y principios de septiembre se vendimió una uva Sauvignon blanc y Sémillon óptimamente madurada, cuyo aroma supera claramente al del 2000.
Muchas uvas tintas recibieron agua en la segunda mitad de septiembre. La Merlot, que madura antes, se vio menos afectada por ello que la Cabernet Sauvignon, por lo que el material cosechado fue heterogéneo. Fueron sobre todo los vinicultores que entresacaron y deshojaron sus vides quienes vendimiaron uvas maduras y sanas, con elevados pesos de mosto. Y es que esas prácticas permitieron obtener uvas pequeñas de hollejo duro capaces de resistir a las precipitaciones. Los productores que trabajaron con cuidado en la bodega fueron recompensados por vinos muy buenos.
En las zonas de vinos dulces Sauternes y Barsac las precipitaciones fueron bien recibidas, ya que favorecieron la aparición de botritis. En el largo periodo soleado que siguió, las uvas desarrollaron elevados valores de azúcar. Los vinos de dulzor noble del 2001 proporcionarán todavía placer dentro de algunas décadas; serán al menos tan buenos como los de 1997.
En el resto del Sudoeste hubo mucho sol. Esto hizo que el Tannat de Madiran alcanzase un porcentaje alcohólico de hasta el 16%. Algo similar ocurrió en Cahors, donde el veranillo de San Miguel también proporcionó valores récord al Cabernet y el Merlot. Un año para guardar.
Borgoña
Calidad: variable
Cantidad: baja a media
Precios: descendentes
Comentario: los productores borgoñones caminaron por la cuerda floja. Quienes comenzaron demasiado pronto con la vendimia por miedo al tiempo tuvieron que conformarse con uvas sin madurar del todo; quienes resistieron, corrieron el riesgo de perder toda la cosecha. En general, el Chardonnay resultó mejor que el Pinot noir.
El tiempo anduvo loco en Borgoña durante todo el verano. Las fases cálidas y secas alternaron con lluvia, tormentas y granizo. Especialmente el Pinot noir maduró de forma poco homogénea. Los mejores resultados fueron para quienes esperaron a vendimiar hasta que las uvas estuvieran totalmente maduras (algo que sucedió antes en los casos en que se había realizado una entresaca previa), vendimiaron en varias pasadas y volvieron a realizar una selección estricta en las bodegas. Esto permitió obtener vinos con una relación equilibrada entre azúcar y acidez, buena estructura de taninos y gran finura aromática. Es el segundo año consecutivo con tintos desiguales.
El Chardonnay, menos sensible, se adaptó sin problemas a las condiciones meteorológicas: los borgoñas blancos muestran una calidad similar a la añada muy buena del 2000, resultando finos y frutales, con algo menos de acidez pero, a cambio, con más cuerpo.
Por lo que se refiere a la cantidad, el 2001 es un año clásico para el borgoña; se cosechó claramente menos que en la última vendimia. El granizo afectó especialmente a la Côte d’Or y la Côte Chalonnaise.
Alsacia
Calidad: buena a muy buena
Cantidad: elevada
Precios: ligeramente ascendentes
Comentario: en octubre, una cosecha que parecía mediocre evolucionó hasta acabar resultando más que digna. Los mejores resultados se obtuvieron en los Riesling.
En Alsacia, una primavera fría y lluviosa se vio seguida por un verano cambiante con fuertes precipitaciones en septiembre. Muchos vinicultores que veían como sus uvas empezaban a pudrirse ya daban por perdido el año, pero en octubre salió el sol. Al final, el volumen de la cosecha fue igual al del año pasado, aunque hubo grandes diferencias en la calidad de la uva recogida en las distintas zonas.
El Riesling, relativamente poco sensible a la humedad, presentó unos resultados muy buenos: es una añada para guardar. El Gewürztraminer y el Tokaj Pinot gris muestran una buena acidez. Hay algunas Beerenauslesen y Trockenbeerenauslesen excelentes, aunque en pequeñas cantidades, ya que la podredumbre noble no se extendió este año tanto como se habría deseado.
Por lo demás, 15 de los 20 Grand Crus han decidido elevar el contenido mínimo de azúcar de las uvas para vinos de dulzor noble y aumentar el nivel de exigencia en cuanto a las condiciones de producción.
Ródano / Provenza
Calidad: buena
Cantidad: media
Precios: estables
Comentario: en la Provenza, las cepas estaban a punto de sufrir seriamente por la sequía, pero las suaves lluvias de septiembre llevaron las uvas a una madurez óptima. Especialmente en el Sur hay tintos excelentes. También en el Ródano se logró una buena producción tanto cualitativa como cuantitativamente, a pesar del tiempo tormentoso.
Durante casi cuatro meses, las viñas provenzales no vieron una gota de agua. Por fin, en la segunda mitad de septiembre llegaron las lluvias salvadoras. Las variedades mediterráneas primigenias Cabernet, Grenache, Cinsault y Carignan se recuperaron pronto, y sólo la Syrah sufrió por el repentino cambio de tiempo. Los vinicultores del norte de la Provenza cosecharon vinos equilibrados con elevados valores alcohólicos, buena acidez y color atractivo. Los excelentes tintos del sur de la Provenza muestran taninos aterciopelados, mientras que los blancos y rosados presentan abundante frutosidad. Esta cosecha, de un volumen entre un 15% y un 20% menor que el del 2000, invita a almacenarla.
En el Ródano, la vendimia empezó más tarde que en los años anteriores, porque el tiempo estival soleado pero fresco hizo que las uvas maduraran despacio. Por lo tanto, las condiciones fueron óptimas hasta que empezó a llover en la última semana de septiembre. Para entonces, la vendimia ya estaba en marcha, y los vinicultores tuvieron que darse prisa para cosechar la uva antes de que sufriera daños. También les supuso pérdidas el mistral, que barrió los viñedos con velocidades de más de 50 kilómetros por hora, algo que no sucedía desde hacía 30 años. Sin embargo, se cosechó un volumen bastante elevado. Los blancos del Ródano –Marsanne, Roussanne y Viognier– tienen cuerpo y al mismo tiempo frescura gracias a una acidez jugosa. Los tintos, con gran capacidad para madurar, se caracterizan por unos taninos finos y elegantes y una buena estructura ácida.
En Châteauneuf-du-Pape reinaron unas condiciones meteorológicas extraordinarias. Desde mediados de julio hasta mediados de septiembre no cayó ni una gota de lluvia, lo que dio lugar a una elevada concentración de azúcar en las uvas. Además, el mistral hizo que se formara una acidez jugosa. Es ya la cuarta añada excelente.
Champagne
Calidad: mediocre
Cantidad: elevada
Precios: estables a descendentes
Comentario: los chubascos y el frío gélido de septiembre perjudicaron notablemente la cantidad y calidad de las uvas. Probablemente, la cosecha del 2001 se destinará sobre todo a assemblages con otras añadas.
Un año turbulento: después de algunas heladas primaverales aisladas, en julio llovió a cántaros, y en algunos casos incluso granizó. Esto provocó la aparición de falso mildiu, que sin embargo pudo ser controlado por los vinicultores. El cálido agosto volvió a hacer crecer las esperanzas de una añada muy buena con un gran volumen de cosecha, pero septiembre acabó definitivamente con las expectativas. Llovió el doble de la media, el sol lució menos que en los últimos 45 años, y el termómetro cayó hasta los 3,5 grados. Muchos vinicultores aplazaron la vendimia confiando en una mayor madurez, pero a pesar de ello obtuvieron valores de mosto bajos. El Pinot Meunier fue el que mejor resistió las condiciones meteorológicas, mientras que el Pinot noir y el Chardonnay tuvieron más dificultades. Una intensa selección de las uvas mejores y más sanas permite esperar buenos resultados, pero el 2001 ha sido sin duda el año más difícil desde hace tiempo. Previsiblemente sean pocos los champanes de añada.
Loira
Calidad: media a buena
Cantidad: media
Precios: estables
Comentario: una estricta selección hizo que los vinicultores obtuvieran calidades aceptables en este año lluvioso, algo a lo que contribuyó el sol de finales de verano.
En el Loira, el 2001 fue un año para la paciencia. Sólo obtuvieron buenos resultados quienes esperaron a vendimiar hasta la última fase de maduración, porque el sol no apareció hasta entonces. Antes, el tiempo cálido y húmedo favoreció el falso mildiu y la botritis, por lo que fue necesario seleccionar las uvas una y otra vez.
En la región de la Turena, donde las temperaturas subieron intensamente durante la vendimia, se obtuvieron Gamay, Cabernet y Cot con mucha frutosidad y color. Los Sauvignon son apetitosos y frescos, con su tipicidad característica. La zona se vio afectada por el granizo, por lo que el volumen de producción fue menor que en el 2000, mientras que en Anjou fue superior.
En Pouilly y Sancerre, las uvas maduraron en dos fases, separadas por un mes de septiembre en el que reinaron ininterrumpidamente las bajas temperaturas. Esto hizo más lenta la formación de azúcar, pero también conservó la acidez. Con el retorno del calor a principios de octubre, las uvas maduraron rápidamente. Las variedades tintas muestran aromas de cereza con profundidad de color media. Las uvas Sauvignon blancas se asemejan por su estilo a las de 1995, pero resultan aún más aromáticas. En el mejor de los casos son intensas, complejas y nerviosas, con buena acidez. Según la asociación Interloire, no obstante, muchas bodegas tuvieron problemas con la vinificación, lo que atenúa la calidad de la añada.
Languedoc
Calidad: excelente
Cantidad: reducida
Precios: estables
Comentario: vendimia de volumen reducido y gran calidad, con las mejores perspectivas para vinos de todas las variedades.
Fue un año de libro en el Languedoc. El verano fue soleado y seco, con tormentas aisladas que permitieron a las viñas acumular reservas de agua. En septiembre, los días cálidos alternaron con noches frescas, con lo que los racimos maduraron de forma lenta y homogénea. El mistral y la tramontana estuvieron muy presentes. La cosecha –en cada parcela se esperó hasta la madurez óptima– discurrió en condiciones idílicas, al menos hasta finales de septiembre, cuando la lluvia obligó a los vinicultores a culminar la recogida. El volumen de la cosecha fue un 20% menor que en el año anterior, pero la calidad fue excelente. Salvo algunas Grenache, todas las variedades mediterráneas presentan resultados magníficos. Los tintos se muestran ricos en alcohol y color, con una notable estructura de taninos, aunque aterciopelados y armónicos. Seguramente, su potencial se desarrolle magníficamente con la crianza. Los blancos son redondos, plenos y especiados, con menos acidez que en el 2000, y los rosados se muestran agradablemente afrutados. La elevada madurez de las variedades Muscat y Muscat d’Alexandrie dará seguramente lugar a unos Muscat de Rivesaltes grandiosos.
Texto: Barbara Schroeder
Así les fue
«Lo que los vinicultores bordeleses no lograron en el 2000 con los vinos de dulzor noble, lo han conseguido en el 2001. Han obtenido excelentes vinos para envejecer. Los amantes del vino que el año pasado almacenaron burdeos tintos pueden hacerlo esta vez con los grandes Sauternes. La bodega que dejen a sus hijos estará completa».
Denis Dubourdieu (Catedrático de la Facultad de Enología de la Universidad de Burdeos)
«El 2001 ha traído en el Ródano unos blancos excelentes. Las uvas tintas sufrieron por las tormentas, que les hicieron perder peso de mosto. Sin embargo, como el tiempo fue en conjunto más seco que el año pasado, el Cornas y el Hermitage han resultado aún mejores que en el 2000».
Michel Jaboulet (Ródano)
«Los vinos vendimiados a finales de octubre tienen la tipicidad de un vino clásico de Alsacia. Presentan poco dulzor residual, lo que los diferencia de las últimas añadas».
Seppi Landmann (vinicultor del «Vallée Noble»/Alsacia)
«Vendimiamos en bañador. Los Tannat tienen unos valores de mosto nunca vistos en los 20 años que llevamos produciendo vinos en Madiran».
Cathy y Alain Brumont (Château Bouscassé, Madiran/Sudoeste)
«Una de las añadas más concentradas que hemos producido nunca.»
Michel Escande (Domaine de Maurel, Minervois La Livinière/Languedoc)
«El cuarto año en un cuarteto de cosechas excelentes».
Michel Blanc (Châteauneuf-du-Pape)
España: menos uva mejor calidad
Las fuertes temperaturas registradas hacia el final de la vendimia, junto con la sequía generalizada que han sufrido la mayoría de las zonas vinícolas españolas, han provocado una disminución en el rendimiento general del viñedo, aunque con significativas excepciones como es el caso de Rías Baixas. Todavía no existen cifras oficiales de producción, pero las primeras que se barajan oscilan entre 40 y 42 millones de hectolitros de vino en la campaña 2001/2002: cerca de un 10 por ciento menos que el pasado año. A pesar de las inclemencias sufridas, el buen estado sanitario de la viña y de la uva apunta hacia una gran calidad de la cosecha. Cuando reseñamos en cada D.O. la cantidad de producción se compara con las cosechas medias de cada zona.
PENEDÈS
Calidad: muy buena
Cantidad: media/baja
Precios: descendentes
Comentario: alta calidad y precios a la baja son los dos aspectos que destacan en esta zona vinícola catalana. Las grandes empresas elaboradoras mantendrán el precio de las variedades blancas y primarán la calidad de las tintas.
Sanidad y madurez de la uva, además de calidad, y un mayor grado que otros años. Los responsables del Consejo Regulador confirman una disminución de la producción: la primera estimación es de un 30% menos que en la campaña anterior. Las causas más importantes de la bajada productiva han sido la fuerte sequía y las heladas primaverales que afectaron a varias zonas del Penedès. Los precios parecen oscilar dentro de la normalidad.
RUEDA
Calidad: muy buena
Cantidad: media
Precios: estables
Comentario: la gran novedad en esta D.O. no es la excelente calidad obtenida en las variedades blancas, sino la entrada en producción, según el nuevo Reglamento, de las variedades tintas para la elaboración y comercialización de los tintos de Rueda.
En total se han cosechado cerca de 24 millones de kilos en las variedades blancas, lo que supone un descenso del 20% respecto a la pasada campaña, y cuatro millones de kilos de la variedad tinta Tempranillo. La vendimia se adelantó unos diez días, pero el balance general es más que optimista. La uva entró en las bodegas muy sana y en excelente estado de maduración. Los futuros vinos de esta cosecha, según las primeras impresiones, tendrán cuerpo, estructura e intensidad aromática.
TACORONTE-ACENTEJO
Calidad: buena
Cantidad: baja
Precios: dispares
Comentario: mientras los kilos controlados en el año 2000 fueron 2.714.700, los de la cosecha 2001 han sido 1.504.458 kilos, con una reducción de un 44%. La calidad, no obstante, es muy buena.
En toda la Comunidad canaria la cosecha ha sido escasa debido a la baja pluviometría. En esta D.O. se adelantó la vendimia hasta en 20 días, pero los objetivos previstos de cosechar la máxima calidad de materia prima se han cumplido. La uva se recogió con un estado sanitario muy bueno y una maduración equilibrada, superior a los 12,5 % vol. La acidez ha sido algo baja en cuanto a contenido en ácido tartárico. Sin embargo, ha sido rica en aromas, intensos, frutales, y en intensidad colorante. Una cosecha de la que se obtendrán unos vinos muy atractivos, estructurados y complejos. La tendencia de los precios es a la baja para las uvas blancas y al alza para las tintas.
PRIORATO
Calidad: buena
Cantidad: media
Precios: estables, al alza
Comentario: el resultado de la vendimia de este año podría calificarse de bueno. La calidad del fruto es óptima gracias a la poca incidencia de enfermedades.
En la variedad Garnacha se constató una falta de cuajado que se manifestó en una menor producción. A pesar de todo, la producción se ha mantenido a buen nivel -unos 2.428.000 kilos en la presente campaña, frente a los 2.643.600 del 2000. Parte del mantenimiento de este rendimiento se debe a la entrada en producción de nuevas plantaciones. En cuanto a los precios, el Consejo ha hecho una aproximación orientativa de 375 pesetas/Kilo para las variedades tintas, y de 200 para las blancas.
TORO
Calidad: buena
Cantidad: baja
Precios: a la baja
Comentario: una vendimia corta y muy selectiva, donde se ha primado el buen estado sanitario de la uva y su buena maduración.
La nota más significativa en el resultado final de la campaña es la disminución de un 60% en la producción de uva de todas las variedades, aunque como contrapartida está la buena calidad del fruto, buena acidez, grado y extracto, que se prestan sin duda para la elaboración de grandes vinos tintos y muy longevos. Las causas de esta considerable reducción están en las heladas primaverales.
RIBERA DEL DUERO
Calidad: muy buena
Cantidad: media
Precios: a la baja
Comentario: las primeras impresiones arrojan un panorama muy optimista en esta D.O., en cuanto a calidad se refiere. Las heladas registradas en el mes de abril han mermado la producción, pero no la sanidad del fruto cosechado.
En Castilla y León, en general, el viñedo ha tenido un desarrollo sanitario y vegetativo muy bueno: septiembre estuvo acompañado de buen tiempo, y sólo las heladas de abril disminuyeron los rendimientos. En la Ribera del Duero se estima una caída del 40% en la producción -cerca de 35 millones de kilos de uva se han vendimiado este año- pero esta bajada no ha afectado a los índices esperados de calidad, que a priori son muy buenos. Mucho grado, mucho color, buena estructura. Vinos con excelente futuro.
RÍAS BAIXAS
Calidad: muy buena
Cantidad: elevada
Precios: a la baja
Comentario: quizá ésta es una de las pocas zonas donde la cantidad y la calidad han ido parejas. Es una de las vendimias históricas para el Albariño, con unos parámetros cualitativos magníficos y unas perspectivas comerciales muy halagüeñas.
Esta zona ha experimentado un crecimiento espectacular en la presente vendimia, con 16,8 millones de kilos de uva recogidos. Esta cifra, la mayor de la historia de esta D.O., supone una subida del 100% respecto a la campaña de 2000, cuando se recolectaron 8,4 millones de kilos. También se ha superado la cantidad que se obtuvo en el 99, con 12,4 millones de kilos, la más abundante de Rías Baixas antes de 2001. A lo largo de los últimos años, a excepción de la cosecha del 98, Rías Baixas ha ido incrementando su producción no sólo gracias al propio crecimiento de la D.O., en superficie y número de viticultores, sino también a la paulatina profesionalización de productores y elaboradores inscritos. El buen tiempo reinante fue otra de las causas que favoreció la óptima maduración del fruto. Con la alta producción obtenida durante esta campaña, en esta D.O. se potenciará muy especialmente la consolidación de estos vinos en el exigente mercado internacional, así como la búsqueda de nuevos destinos para la comercialización en el exterior.
la mancha
Calidad: muy buena
Cantidad: media/baja
Precios: estables
Comentario: en la caída generalizada en la producción, La Mancha está a la cabeza. Esta merma cuantitativa no parece que afecte a la calidad de la uva, que a priori es muy buena. Los precios han sido los protagonistas en esta campaña donde se ha logrado un acuerdo entre productores e industriales.
La cosecha en la D.O La Mancha ha sufrido, según las primeras estimaciones, una disminución entre un 35/40% con respecto a la del pasado año. En Villarrobledo, Socuéllamos, Las Pedroñeras y El Provencio la bajada ha sido entre un 50/60%. En Daimiel, Carrión de Calatrava, Torralba de Calatrava y Villarrubia de los Ojos han tenido una cosecha igual o algo superior a la del año anterior. También ha disminuido entre un 22/25% en Tarazona de La Mancha y Villalgordo del Júcar, y en Tomelloso ha caído un 35%. Las graduaciones medias de las variedades blancas han oscilado entre 11,5 y 12 grados, y las tintas, entre 13 y 14. La calidad de la cosecha se puede considerar de muy buena.
navarra
Calidad: buena
Cantidad: media
Precios: estables
Comentario: abundantes lluvias a finales de septiembre. Menos uva, pero en perfecto estado sanitario y de calidad.
Un total de 94.581.462 de kilos se han recogido en la D.O. Navarra, cifra susceptible de algún cambio a la vista de los informes realizados por los Servicios Técnicos y tras los que se obtienen la cantidad definitiva de uva amparada. Esta cantidad representa una reducción de un 25% respecto al año 2000. La vendimia se ha desarrollado en unas condiciones meteorológicas buenas tanto en precipitaciones como en temperaturas y en horas de sol; la uva ha entrado en las bodegas en un excelente estado sanitario, con abundante color y buen grado.
SOMONTANO
Calidad: excelente
Cantidad: escasa
Precios: estables
Comentario: el Consejo ha calificado la cosecha como una de las mejores de esta D.O. La reducción de la producción se ha visto contrarrestada por la gran calidad de la uva gracias a las precipitaciones registradas entre los meses de invierno y primavera.
En el Somontano la vendimia ha sido más corta que en años anteriores, un 20% menos. En total se han recogido más de 12 millones de kilos de uva de una calidad excelente, según las primeras previsiones. El clima provocó una maduración muy rápida de la uva, y esas mismas condiciones, heladas en invierno y sequía en verano, provocaron una reducción de la cosecha. Hasta principios del presente año no finalizará la calificación de los vinos de la que derivará la valoración de la cosecha. El Consejo Regulador y los enólogos de la D.O. pronostican una cosecha excelente debido sobre todo al buen estado sanitario de la uva, su acidez y grado.
CARIÑENA
Calidad: muy buena
Cantidad: media
Precios: descendentes
Comentario: la única inclemencia que sufrió esta zona fue una importante sequía que influyó en una disminución de la cosecha, pero la sanidad y madurez del fruto obtenido han sido óptimos para lograr unos vinos con excelente futuro.
Todo indica que en la D.O. Cariñena se va a contar con una cosecha de muy buena calidad. Las bodegas de esta zona han cosechado un total de 51 millones de kilos de uva, un 30 por ciento menos que el año pasado, cifra que aún así se mantiene dentro de los valores medios de la zona. La calidad de la uva ha sido calificada por los técnicos como muy buena, ya que la ausencia de incidencias climáticas graves ha facilitado un buen desarrollo del fruto y el control óptimo de su maduración, incluso en la fase final de la vendimia. Por el alto grado de sanidad que ha presentado la uva cabe esperar una cosecha muy buena en vinos; los jóvenes se presentarán especialmente afrutados y muy sedosos en boca, con mucho color y buenas condiciones para la crianza. Algunos de ellos ya han salido al mercado aunque la mayoría lo harán en las próximas semanas.
RIOJA
Calidad: muy buena
Cantidad: media
Precios: descendentes
Comentario: todos los datos oficiales auguran una excepcional cosecha a pesar de la caída en la producción. En cuanto a los precios, la tendencia ha sido a la baja, en algunos casos muy baja, con operaciones de compra sin precio fijado todavía, y donde se ha primado la calidad.
El informe final sobre la vendimia 2001 realizado por los Servicios Técnicos del Consejo Regulador han confirmado plenamente las expectativas de una cosecha de excepcional calidad que habían generado la magnífica evolución del ciclo vegetativo y el buen estado sanitario de todas las variedades de uva. Con una producción de 367 millones de kilos de uva, un 25 por ciento menos que el año pasado, tanto las graduaciones alcohólicas como la acidez y los índices de intensidad colorante y polifenoles obtenidos han sido superiores a lo habitual y muy homogéneos en la mayor parte de la producción.
LANZAROTE
Calidad: buena
Cantidad: baja
Precios: dispares
Comentario: cabe destacar la drástica disminución de la cosecha con respecto a años anteriores. La calidad se prevé que sea buena, ya que se ha obtenido una acidez total bastante alta, lo que permitirá lograr unos vinos excelentes.
La cosecha se ha visto truncada por la sequía, circunstancia por la que no se ha llegado ni al millón de kilos, lo que supone una reducción de más de un tercio con respecto al año pasado, en el que se registraron 3.138.969 kilos. La calidad, en una primera estimación, es buena. Los precios, debido a la poca producción, han sido muy dispares, entre las 155-185 pesetas la variedad Malvasía, y entre 175-225 pesetas la Listán Negro y la Moscatel. Las características climáticas y geográficas de Lanzarote son las que le transfieren al vino sus peculiaridades, ya que estamos hablando de unas condiciones de sequía extremas y de una forma de cultivo excepcional, lo que permite obtener una uva con una madurez óptima para elaborar los vinos con Malvasía.
JEREZ
Calidad: muy buena
Cantidad: media
Precios: estables
Comentario: en el Marco de Jerez las vendimias, en los últimos años, siempre transcurren con todo normalidad. La falta de incidencias es algo habitual, aunque la novedad es que la cosecha ha sido superior a la del año pasado, un 3% más.
La producción total ascendió a 127.258.434 kilos de uva, de los que 103.900.285 fueron de Jerez Superior y 23.358.149 del resto de la zona. De estos kilos se han calificado un total de 108.841.669. Así, el mosto calificado como apto para reponer las criaderas de Vino de Jerez, Vinagre de Jerez y Vino de la Tierra ha sido de 152 botas de mosto, de 500 litros de capacidad. La calidad de la uva, su grado Baumé y su estado sanitario han sido calificados como excelentes.
MADRID
Calidad: buena
Cantidad: media
Precios: estables
Comentario: la notable sequía registrada a lo largo del año ha dado una vendimia de calidad buena pero con una reducción del 33%. La variedad Garnacha es la que más ha sufrido las adversidades climatológicas.
La campaña en el ámbito de la D.O. Vinos de Madrid arroja unos 30.756.468 Kilos de uva de producción. El estado sanitario de la uva es, en general, muy bueno a pesar de las heladas primaverales y la intensa sequía estival. Donde más destaca la calidad es en la variedad Tempranillo con unos parámetros magníficos tanto de color, extracción y grado/acidez. La subzona más afectada ha sido la de Navalcarnero, donde la cosecha ha experimentado una disminución de un 40 por ciento, debido al excesivo calor del mes de julio, lo que ha incidido, sobre todo, en la variedad Garnacha.
CAVA
Calidad: buena
Cantidad: baja
Precios: estables
Comentario: la cosecha del 2001, tras un invierno, primavera y verano extremadamente secos para lo habitual en la zona, trajo una disminución de kilos y un bajo rendimiento de extracción de mostos.
De manera global, la producción ha sido un 35 por ciento inferior a lo que se considera una cosecha normal, llegando a unos 225 millones de kilos de uva. La calidad de los vinos está siendo bastante buena, el buen estado sanitario de la uva y su cuidada elaboración así lo han propiciado. Han quedado un poco cortos de aromas, previsiblemente por la acelerada maduración, debida a los calores de julio/agosto, y algo justos de acidez total. El precio de la uva se ha mantenido a los mismos niveles del año pasado, que oscilaron, para las variedades principales -Macabeo, Xarel.lo y Parellada-, entre las 5,5 y las 4,3 pesetas/kilo.
RIBERA DEL GUADIANA
Calidad: buena
Cantidad: media
Precios: descendentes
Comentario: la cosecha se estima más corta en las variedades blancas, y superior en las tintas debido a la mayor producción por hectárea y a la entrada de nuevas plantaciones. En cuanto a los precios se espera una bajada del 50 por ciento.
La recolección comenzó en la primera semana del mes de agosto, con uvas de las variedades Tempranillo, Chardonnay y Sauvignon Blanc, procedentes principalmente de las subzonas de Ribera Baja y Tierra de Barros. Las variedades tintas presentaron una excelente maduración debido a las temperaturas moderadas del mes de julio, uvas con una óptima graduación, muy buena acidez y contenido en polifenoles, que han llegado a las bodegas en muy buen estado sanitario. Igual ha ocurrido con las variedades blancas de maduración temprana (Chardonnay, Sauvignon Blanc o Macabeo). En cuanto a las variedades blancas autóctonas, comenzaron a vendimiarse en la última semana de agosto en la subzona de Ribera Baja, con elevada graduación Baumé en muchos casos y problemas aislados de podredumbre en algunas zonas, lo que ha provocado gran irregularidad en la vendimia de estas variedades.
Texto: Ana Ramírez
Así les fue
«Al contrario que en otras DD.OO. aquí hay cantidad y calidad. Es un buen año para el Albariño, tenemos una uva magnífica con una acidez muy equilibrada, algo clave para nuestros vinos».
Ana Isabel Quintela Suárez, Pazo de Señorans (D.O. Rías Baixas)
«Todavía es pronto para conocer todas las señas de identidad del vino del 2001, pero dada la calidad de la uva y la gran concentración en aromas y color obtenidos, se puede adivinar que no va a ser una cosecha cualquiera».
Pedro Aibar, Viñas del Vero
(D.O. Somontano)
«El clima es algo que la enología no puede controlar. Hemos tenido un proceso de maduración muy rápido y la vendimia ha sido algo complicada, pero la calidad de la uva obtenida es muy buena».
Juan Fuente Rus, Bodegas Fontana (D.O. La Mancha)
Así les fue
«Aunque la producción se ha visto mermada, la calidad ha sido excepcional en la uva tinta, con excelente color y equilibrio. La blanca está en los parámetros normales. Ha sido una vendimia magnífica para la calidad».
Manuel Martínez Chacón, Vinos Jeromín (D.O. Vinos de Madrid)
«Esta cosecha se sale de lo habitual. Un clima estupendo y una maduración correcta. La uva entró muy sana y con una calidad buenísima. En febrero será cuando estos vinos den su verdadera cara».
Gonzalo Rodríguez, Barón de Ley (D.O. Ca. Rioja)
Así les fue
«Ha sido una vendimia precoz, donde hemos estado muy pendientes del estado de la uva. Una cosecha de la que saldrán buenos cavas. El tiempo seco también nos ha permitido obtener una uva excelente para elaborar vinos de podredumbre noble».
Manel Aviñó, Caves Nadal (D.O. Cava y Penedès)
«La merma en la cosecha ha sido bastante significativa, un 35/40 por ciento menos, pero el estado sanitario de la uva ha sido muy bueno. Es un buen año para los tintos, tendrán color y concentración, serán vinos redondos».
Ricardo Sanz, Bodegas Toresanas (D.O. Toro)
«Este año ha sido uno de los mejores para nosotros, con unas condiciones muy buenas para obtener una materia prima de muy buena calidad, sobre todo en la variedad Pedro Ximénez, aunque en el resto de las uvas con las que trabajamos el balance también es positivo».
Francisco José Medina Pérez-Rejón, López Hermanos (D.O. Málaga)
«Un año de libro, una cosecha estupenda. La cantidad ha bajado respecto al año pasado, pero la calidad es magnífica. Nosotros hemos sido muy rigurosos con la entrada de la uva, y esperamos unos vinos excelentes».
Guillermo Delgado, Valleoro (D.O.
Valle de la Orotava)
Alemania y Austria: «octubre dorado»
En septiembre, los productores alemanes ya temían un desastre de podredumbre similar al del año anterior. Pero las uvas, bastante maduras, se mantuvieron sanas a pesar de las precipitaciones, y posteriormente pudieron recargar otro poco de azúcar. Y es que el «octubre dorado» puso fin a todas las preocupaciones de los vinicultores y permitió un resultado más que satisfactorio. En Austria, la añada transcurrió de forma casi idéntica a Alemania, por lo que también están muy contentos.
Alemania
Calidad: buena
Cantidad: media
Precios: bajos para vinos sencillos; los demás, estables.
Comentario: el 2001 se considera ampliamente como «muy satisfactorio». Desde luego, no es una de las grandes añadas, pero gracias a su sustancia, pureza y frutosidad, los vinos son interesantes y en su mayoría aptos para la crianza.
El año transcurrió muy satisfactoriamente hasta finales de agosto, con la maduración de las uvas bastante adelantada. Después, septiembre resultó pasado por agua y alimentó los temores frente a la podredumbre. Pero después, el tiempo volvió a cambiar y las cosas terminaron bien. Casi todas las bodegas realizaron una selección previa, con lo que el volumen de producción se redujo algunas semanas antes de la vendimia, en beneficio de la calidad. Algunas casas que en principio sólo esperaban vinos Kabinett lograron cosechar Auslesen. En las regiones de tintos de Ahr, Palatinado, Baden y Wurttemberg también se vendimió material maduro de color intenso.
En el Rheingau, una tremenda granizada acompañada de fuertes vientos asoló a su paso varias localidades, destrozando varias tierras de viñedos, algunas de ellas de la máxima categoría. Esto obligó a realizar una vendimia de emergencia, y los mostos obtenidos no pudieron ser utilizados por las bodegas.
Muy pronto, el 11 de noviembre, las temperaturas bajaron lo suficiente para el Eiswein. Los más pacientes se vieron recompensados entre el 10 y el 15 de diciembre en casi todas las zonas de cultivo con temperaturas por debajo de –8ºC, y en algunos casos incluso de –10ºC. El peso de mosto de algunos de estos vinos helados superó los 200 grados Öchsle.
Los primeros vinos jóvenes salieron al mercado ya antes de la vendimia de los Eisweine. La cooperativa de vinicultores de Auggen, en Baden, estableció un dudoso récord: el Spätburgunder, de maduración tardía, se embotelló a principios de noviembre, algo que no beneficiará a la imagen de esta variedad.
Austria
Calidad: muy buena
Cantidad: superior a la media
Precios: estables
Comentario: todavía en septiembre, las expectativas eran limitadas. Sin embargo, las uvas se mantuvieron sanas, y finalmente se lograron bastantes vinos de elevada calidad.
El inicio fue bueno. Al invierno suave y seco le siguió una primavera soleada bastante cálida, por lo que la floración transcurrió sin problemas. Las temperaturas frescas del inicio del verano frenaron algo la evolución de las viñas. Agosto, seco y cálido, impulsó la maduración de la uva, y ya a finales de ese mes pudieron recogerse los primeros racimos.
Sin embargo, las grandes esperanzas se vieron atenuadas por un tiempo cambiante y lluvioso. A pesar de todo, a finales de septiembre las viñas de uva blanca, y muchas de las de uva tinta mejor cuidadas, demostraron estar en excelente estado, y el tiempo del otoño, más propio del verano, permitió aumentar aún más la calidad. El volumen de producción supera en aproximadamente un 15% la media histórica de 2,5 millones de hectolitros. Especialmente en Estiria se ha producido una gran cantidad de vino: un 24 por ciento más que el año anterior.
Texto: Rudolf Knoll
Lo que hace 10 años era aún ciencia-ficción es ya algo habitual en las casas de la máxima categoría, como vemos aquí en Pichon Longueville: mesas de clasificación en los mismos viñedos, lo que permite eliminar ya en origen los granos podridos o inmaduros.
La vendimia en el resto de Europa y en ultramar
Portugal:
las esperanzas se cumplieron
En el 2001, los vinicultores portugueses obtuvieron la mayor cosecha desde hace cinco años. También la calidad se considera en general muy buena. «Esta añada es precisamente lo que necesitaba Portugal», dice Peter Symington, cuya familia es propietaria de casas de oporto como Dow’s, Graham’s o Warre’s. Después de tres vendimias sucesivas con un volumen reducido (de las que 1998 y 1999 presentaron una calidad media), 2001 podría convertirse en un año clave, en el que la cantidad de vinos de alta categoría es suficiente para demostrar los enormes avances realizados por la vinicultura portuguesa en los últimos años. Y, sin embargo, todo empezó francamente mal. Los primeros tres meses del año trajeron las mayores precipitaciones que se recuerdan. En el valle del Duero, las masas de agua dañaron muros de contención, puentes y carreteras. Sin embargo, la brotadura y floración de las viñas se desarrolló posteriormente en condiciones ideales. En el norte, el verano fue variable y más bien fresco. Debido a un agosto especialmente caluroso (y el consiguiente aumento de los valores de pH), en el Duero la vendimia empezó relativamente pronto. Puesto que las necesidades de la producción de oporto se ven claramente superadas, es probable que se comercialicen también cantidades importantes de tintos de calidad de esta añada. En cuanto al oporto Vintage, los productores favorecen claramente el año 2000, que se declarará en primavera del 2002. En ese sentido, el 2001 se verá eclipsado por su predecesor. A pesar de todo, los productores hablan de una añada sólida y clásica para el oporto. También cifran grandes esperanzas en este año los vinicultores de primera categoría del Dão, el Ribatejo y el Alentejo.
Hungría: sólo el
Tokaj es de primera
Empecemos por lo bueno: en Tokaj, después del 1999 y el 2000 se logró una tercera añada excelente consecutiva con vinos Aszú. Mientras que los vinos de crianza seca muestran una calidad media, el otoño muy variable fomentó la formación de botritis. Sobre todo en las variedades Furmint y Hárslevelü, de alta calidad aunque difíciles, la podredumbre noble se desarrolló de forma tan ideal que por una vez los vinicultores apenas tendrán que recurrir a variedades más sencillas como Zéta o Muscat, que si bien tienden todos los años a la podredumbre noble no producen unos vinos tan complejos. La vendimia de las uvas botríticas no empezó hasta después del 10 de octubre, cuando ya había terminado el periodo de mal tiempo. A diferencia del 2000, que dio lugar a vinos increíblemente concentrados y opulentos, los vinos del 2001 serán seguramente más afiligranados y elegantes. Aunque muchos de los vinos Aszú de alta calidad aún se encuentran en la fase de fermentación, ya puede verse que la concentración de azúcar se ve acompañada por una acidez madura.
En el resto de Hungría, el 2001 dará seguramente en su mayor parte vinos de calidad media. En Eger, sólo en septiembre cayeron 200 milímetros de lluvia por metro cuadrado. «Gracias a una reducción sistemática del volumen de producción, estamos satisfechos con nuestros vinos Chardonnay y Pinot noir. Fueron más problemáticas variedades como Muscat o Cabernet», afirma el vinicultor de fama internacional Tibor Gal. En el sureño Villány, conocido por sus Cabernet, los vinos resultaron algo mejores gracias a una vendimia temprana, pero tampoco allí se alcanzará seguramente el nivel del año anterior. La cosecha de calidad mediocre (el contenido medio en azúcar proporciona una graduación alcohólica de apenas un 10%) pero volumen elevado agravará probablemente la crisis de la vinicultura húngara, ya que en las bodegas todavía existen dos millones de hectolitros de la cosecha del 2000.
Así, el mundo del vino presenta en Hungría dos situaciones opuestas: mientras a los productores de máximo nivel les falta vino, la mayor parte de los vinicultores luchan por la supervivencia económica.
California: buen año de Cabernet
Los vinicultores californianos experimentaron en el 2001, como ya ocurrió en años anteriores, una montaña rusa meteorológica. «Estaría bien volver a tener un año vinícola normal para que no se nos olvide del todo cómo es», bromea Forrest Tancer, de Iron Horse Vineyards, en Sonoma County. Sin embargo, el resultado es excelente, sobre todo por lo que se refiere al Cabernet Sauvignon. Vinicultores de alto nivel como Doug Shafer o Bob Foley (Pride Mountain) ya comparan el 2001 con el año de ensueño 1997. «Un color increíblemente profundo, taninos suaves y una fantástica intensidad de la fruta»: así describen los vinicultores la última añada. A la vista de la mejora de los métodos de crianza en los últimos años (retorno a la fermentación abierta en cubas de madera y utilización más sensible de la barrica), ya hoy es posible pronosticar que el culto de los Cabernet de alto nivel de la costa norte vivirá un nuevo punto culminante con la añada 2001. Por desgracia, seguramente ocurra lo mismo con los precios. Y es que con un total de 3,1 millones de toneladas, la cosecha del 2001 fue aproximadamente un 6% menor que la del anterior año, en que se registró un volumen récord. Este descenso viene a pesar de que en el 2001 entraron en producción más de 15.000 hectáreas de nuevos viñedos. Las responsables de esta cosecha reducida fueron las cabriolas meteorológicas. En las zonas de cultivo de la costa norte, dos periodos cálidos inhabituales en marzo hicieron que las viñas brotaran pronto. Después, en abril se produjeron las peores heladas desde hace 30 años. Mayo y junio fueron los más calurosos desde hace mucho tiempo, y quemaron una parte de la uva que estaba empezando a granar. Esta reducción natural de la producción hizo que las uvas que quedaron resultaran muy concentradas. Como los meses siguientes de agosto y septiembre fueron más bien frescos, los vinos poseen buenos valores de acidez, lo que promete unos Sauvignon blanc y Chardonnay bien estructurados y frescos. También en la costa central y en la zona septentrional de Mendocino se considera muy elevada la calidad de la añada 2001. Las expectativas son especialmente elevadas por lo que se refiere a las variedades tintas. Además de la especialidad Syrah, el interés se concentra en variedades cuya producción acaba de comenzar, como Grenache, Malbec, Sangiovese, Nebbiolo, Barbera, Pinotage o Touriga Nacional.
Una novedad fue la forma en que los vinicultores californianos presentaron la añada 2001, con una retransmisión en directo desde San Francisco a través de Internet. Los informes de la vendimia, muy detallados, se han publicado en la dirección www.wineinstitute.org.
Australia y Nueva
Zelanda: un año
para el Shiraz
Los vinicultores de las antípodas pueden respirar tranquilos: a diferencia del año anterior, cuando el calor extremo obligó a adelantar la vendimia en algunas zonas dando lugar a unos vinos que resultan al mismo tiempo inmaduros y alcohólicos, el año vinícola del 2001 fue más equilibrado. Es cierto que el verano volvió a ser seco y caluroso, lo que esta vez perjudicó algo a las uvas blancas de maduración temprana. Pero, después, sobre todo las variedades tintas principales se beneficiaron de unas precipitaciones moderadas y un descenso térmico hacia finales de febrero y marzo, lo que prolongó el ciclo de vegetación y garantizó el suministro de agua para las plantas. Los productores del Barossa Valley están entusiasmados por la calidad de sus tintos –Shiraz, Cabernet y Grenache–, y conceden a los vinos del 2001 la misma valoración que los del excelente 1998. No son pocos los productores que se muestran aún más optimistas y hablan de la mejor cosecha de Shiraz de los últimos 30 años. Por otra parte, parece que el 2001 entrará en la historia –sobre todo en el Clare Valley y las Adelaide Hills– como un año excelente para el Riesling. En general, todo el Sur (incluidas las zonas de cultivo masivo como Riverland y Padthaway) habla de un año excelente para los tintos, mientras que a los blancos les falta en algunos casos acidez natural (por ejemplo en el McLaren Valley). En Hunter Valley, los periodos lluviosos y frescos poco antes de la vendimia hicieron que los vinos del año sean más frescos, elegantes y menos marcados por el alcohol. En Australia Occidental (Margaret River), los productores de primera categoría lograron unos vinos concentrados pero equilibrados, que expresan magníficamente el carácter regional.
También Nueva Zelanda ha registrado una cosecha muy buena en cantidad y calidad. En Marlborough, tanto el Sauvignon blanc como el Pinot noir se muestran más expresivos que el año anterior. En la Isla del Norte, un noviembre muy frío hizo descender el volumen de producción. Sin embargo, también allí los vinicultores consideran que el resultado es bueno.
Chile y Argentina: cosechas más
reducidas
Mientras que el año anterior –con condiciones meteorológicas difíciles y variables– los productores chilenos obtuvieron una cosecha grande pero no plenamente convincente en cuanto a calidad, la vendimia del 2001 estuvo bajo un signo muy distinto. Un periodo bastante fresco en el momento de la floración ya determinó muy pronto un volumen de producción reducido. Después, el verano seco y cálido proporcionó unos vinos plenamente concentrados. Sobre todo las variedades Cabernet Sauvignon y Carmenère mostraron su mejor aspecto.
En la región vinícola más importante de Argentina, Mendoza, un verano también cálido y seco hizo madurar unas uvas pequeñas y muy concentradas. Aunque las intensas lluvias y granizadas en el periodo de vendimia provocaron daños en algunos lugares, los vinicultores que consiguieron mantener sus uvas en la vid hasta después del mal tiempo sin demasiados problemas de podredumbre se vieron recompensados por excelentes calidades. Cabe esperar tintos muy buenos, sobre todo Cabernet Sauvignon y Malbec.
Sudáfrica: poco
pero bueno
En el 2001, los viñedos sudafricanos proporcionaron la cosecha más reducida desde hace 14 años. Sin embargo, la calidad de la uva es claramente mejor que la del año anterior. No son pocos los vinicultores que hablan incluso de una añada excelente. Un tiempo fresco pero no demasiado lluvioso en diciembre y enero hicieron que el proceso de maduración resultara idealmente lento. Después, en febrero llegó la habitual ola de calor, que proporcionó a las uvas el impulso necesario para alcanzar las densidades de mosto previstas. La sequía fue muy pronunciada ya en invierno, por lo que los mejores resultados los proporcionaron los viñedos de regadío o los plantados con viñas viejas. En cambio, los terrenos más recientes y de secano sufrieron por la falta de agua. En general, la calidad de los blancos fue desigual. Especialmente en el caso del Chardonnay, los productores orientados hacia la calidad tuvieron que desechar estrictamente las uvas inmaduras. En cambio, están encantados con sus tintos plenamente estructurados y frutales. Beyers Truter, el conocido vinicultor de Kanonkop, considera ya que el 2001 figura entre las grandes añadas como 1974, 1986, 1991 ó 1995.
Texto: Thomas Vaterlaus
Las uvas recogidas a mano pasan a un remolque, desde donde se transportan directamente a la desgranadora. Aún más delicado con las uvas es el transporte en cajas de 20 a 30 kilos, practicado por cada vez más casas de primera categoría.